miércoles, 22 de diciembre de 2021
mi propia lotería
domingo, 19 de diciembre de 2021
La peor madre del mundo
martes, 14 de diciembre de 2021
Curar el alma
jueves, 25 de noviembre de 2021
El latido de las mariposas 🦋
miércoles, 17 de noviembre de 2021
Por las que ya no pueden, el podcast
martes, 9 de noviembre de 2021
Qué bello es envejecer
sábado, 6 de noviembre de 2021
Se siente el aullido...
martes, 2 de noviembre de 2021
Un paso adelante, un salto hacia atrás
lunes, 1 de noviembre de 2021
El género de Shilo
viernes, 28 de mayo de 2021
El feminismo paternalista
Mucho tiempo sin escribir por aquí y no por falta de ganas ni de temas que me rondan por la cabecita (había un proyecto de escritura entre manos que no podía dejar), de hecho, últimamente ha habido una cuestión que me ha tenido dándole vueltas a si, en cuestión de la liberación de la mujer, vamos un poco hacia atrás, un retroceso muy sutil, muy micro, que casi no se percibe pero que, de tanta ejemplificación que leo en noticias o en frases de nuestras políticas comienzan a dar un poco de tufillo. Lo que he querido llamar "el feminismo paternalista".
Es evidente que el movimiento feminista, su tercera ola, cogió fuerza, y mucha, unos tres años atrás; de repente ya nadie se callaba, salían de bajo tierra temas y denuncias sociales que hacía un tiempo ni se hubieran planteado y esa pequeña bola de poder
parecía ir creciendo, una tendencia o una corriente que se notaba que no era pasajera, que llegaba para quedarse, para intentar rescatar a las adolescentes esclavas del reggeaton entre otras tribus que se salen del buen camino. Sin embargo, últimamente, y ya no sé si se debe al parón y al "ahora qué hago" de la Covid-19, están llegando muchas absurdeces a las redes. La que me hizo plantearme esto del "feminismo paternalista" fue la que soltó Beatriz Gimeno, la directora del Instituto de las Mujeres (nota: no sé qué gasto habrá supuesto para el Ministerio de Igualdad cambiar el nombre del Instituto de la Mujer por el actual, al igual que muchas otras nomenclaturas, pero si nos preguntaran por medidas de igualdad, yo les pediría que se dejaran de juegos de palabras y comenzaran a buscar recursos reales para la ansiada conciliación laboral y familiar, como más guarderías públicas, poooor ejemplo). Sigo, el caso es que Beatriz Gimeno tuiteó a comienzos de este año "¿En serio están poniendo Pretty Woman en tele 5?"... A partir de ahí han ido surgiendo más quejas y denuncias a la integridad de la mujer de según qué películas, literatura, costumbres pasadas etc, por no hablar de la guerra abierta entre feministas y queers.
Vamos a ver, está claro que la cultura de los 90 está cargada de machismo disfrazado de humor, es que digo cualquier cinta al azar... ¡El príncipe de Zamunda!, por ejemplo, y si te pones a analizar, el machismo es impresionante, comenzando por la princesa que salta a la pata coja y ladra como un perro y continuando por las "limpiadoras reales". Y sí, lo mismo ocurre con las comedias románticas de la época como Pretty woman, por la comicidad de la prostitución y todo lo demás. Pero, dicho todo esto, ¿qué quieren? ¿qué pretenden? ¿restringir o vetar cualquier película, libro, pintura o canción que suponga una idea contraria al feminismo por el que tanto luchamos hoy?
¿Tan tontas e inocentes nos creen estas señoras como para pensar que si vemos Pretty woman o el clásico de Blancanieves, nos vamos a tirar de cabeza a la búsqueda del amor romántico y ser esposas sumisas? ¿Es necesaria esta protección?
Creo que esta cultura anterior a la nueva ola feminista no hay que vetarla, es más, si no te gusta ignórala. Pero como tantos episodios desagradables de la historia, errores humanos, perspectivas y opiniones claramente equivocadas, forman parte de eso, de la historia y de la evidencia de nuestra evolución, de cómo estábamos antes y de cómo estamos ahora. Creo que esa "cultura fea" debe existir para concienciarnos aún mejor, con ejemplos más evidentes, de lo que no es adecuado al igual de que en los libros de historia se siguen explicando los sucesos bélicos, no podemos borrar todo esto de nuestra existencia. Somos lo suficientemente adultas, hemos recibido una educación adecuada que nos permite identificar qué mensajes son positivos o no, y si no es así, el evitarnos esos mensajes no es la solución. El "protegernos" del cine que abandera el amor romántico a toda costa o que normaliza el machismo, nos idiotiza como mujeres, es un paternalismo puro y duro que nos dice claramente "voy a evitarte estas imágenes por que sino vas a caer en la trampa".
Precisamente, por estos mensajes, opiniones o decisiones de responsables políticos o personajes mediáticos de hoy en día, que condicionan cómo debes posicionarte en las redes para no parecer más misógina o más feminazi, de extremo a extremo, porque así funcionan las cosas, siento que nos cohíben y que no nos permiten, indirectamente, ser totalmente auténticas en nuestras opiniones, por el miedo a ser catalogada como tal o cual. A veces me pregunto si empezamos a retroceder en esto de la libertad de expresión, muy sutilmente, pero todo empieza con sutilezas. El hecho de que yo no pueda compartir un tweet del tipo "La 45º vez que estoy viendo Pretty Woman", por las veces que la echan en la tele, debido a que puedo resultar retrógrada y apoyar una cultura machista cuando únicamente busco un rato de entretenimiento y de no pensar en nada, ya canta un poco, ¿no?
Es exagerado este planteamiento de feminismo paternalista, puede ser que este texto resulte fatalista al leerse pero, una puede anticiparse para ver las opciones que hay y a mí no me gusta que me protejan diciéndome lo que es adecuado o no de ver, lo que es feminista y lo que es machista. Yo ya sé todo eso. Tampoco me gusta tener que pensarme lo que voy a escribir por cautela, siempre y cuando se haga desde el respeto.
jueves, 11 de marzo de 2021
Malamente con el burka
Así ando hoy, malamente. Porque despertarse una mañana leyendo el mensaje de una cuenta de Instagram feminista, en el que denuncian la aprobación de una ley en Suiza que prohíbe el uso del burka en espacios públicos, excepto en los lugares de culto, me parece sacado del mundo al revés.
Conforme comienzo a leer el post pienso, "Jo, que bien. Esto supondrá un avance", pero luego leo la segunda parte, en la que se menciona y se refiere a esa ley como un acto "racista y sexista" y que "atenta en contra de los derechos y libertades humanas", que nadie le ha preguntado a esas mujeres a las que se les va a prohibir el uso del burka si de verdad querían dejar de usarlo etc. ¿Atenta conta las libertades humanas, en serio? Pienso que las que lanzan este tipo de acusaciones son las mismas que, cuando están en un chiringuito de la playa y ven a un señor islamista hasta la médula, rodeado de su ejercito-harem de mujeres manta, lo miran con cara de asco y con algún comentario desaprobatorio, algo que por otro lado es muy lógico, ya que como mujeres, nos indigna ver una estampa así.
Pero más indignante es ver cómo esas mismas personas que no están de acuerdo con estas situaciones, después rizan el rizo, diciendo que a esas mujeres se les está arrebatando algo cultural. Voy a hablar un poco de lo "cultural" del burka o de cualquier otra prenda que cosifica y anula a la mujer: en los años 70, Irán era una monarquía constitucional en la que la mujer podía llevar minifalda, ir a la universidad y solicitar el divorcio; a partir de 1979, Irán se convierte en república islamista y esas mismas mujeres pasan a ser ciudadanas de segunda y permanecen segregadas en la mayoría de los espacios públicos, necesitan del permiso paterno o del marido para realizar cualquier actividad, se ven restringidas para trabajar y estudiar y se ven obligadas a usar velo. ¿Eso es cultural?
Eso NO es una herencia cultural.
Eso es que un grupo de hombres armados tomaron un país y cambiaron su estilo de vida, empezando por anular a lo que supone una amenaza para ellos y para su sociedad patriarcal: la mujer. ¿Cómo la anulan? Imponiéndoles y prohibiéndoles, para asegurarse de que no despunten ni se vean intelectualmente o físicamente por encima de un hombre.
Lo de Irán es solo un ejemplo de lo que no es cultura. Si a una mujer criada en el islam le preguntas si le gusta llevar burka o el niqab, va a decir que le encanta, más que nada porque no conoce otra cosa y si desea otra cosa, se puede llevar la gran paliza del marido o del padre, una paliza que nunca se podría visualizar ni denunciar por otros porque, claro está, van completamente tapadas, además de que la forma en que un padre o un marido educa a sus mujeres también es cultura, sí, también.
Queda muy progre y muy de feminista auténtica e innovadora defender ciertos temas pero, ¿de verdad son defendibles todos? Aquí lo que ocurre es lo de siempre, algo que huele a rancio y que aburre: la política. Para el referéndum de esta ley, la iniciativa la ha llevado un partido conservador, algo que socialmente no casa con la idea de feminismo, que por otro lado debería ser completamente apolítico. Hagamos una reflexión y planteémonos qué hubiera pasado si este referéndum lo hubiera promovido un partido de izquierdas, ¿la crítica habría sido igual? Eso es lo que me chirría, que pienso que no.Sí es cierto que, si prohíbes el burka muchas mujeres pueden verse en la situación de no poder salir de sus casas por imposición de su hombre, claro, pero creo que ese no es motivo para no hacer nada, es un importante factor a tener en cuenta y ser estudiado, para lo que los técnicos y agentes sociales deben estar al pie del cañón, haciendo un seguimiento de estas ciudadanas que se puedan ver invisibilizadas por terceras personas. Esa excusa no puede frenar el cambio de una costumbre que en realidad no es opcional sino impuesta. Las tendencias políticas tampoco pueden obstaculizar eso.
Me considero una persona feminista, a mi manera y con mis medios lucho cada día por una sociedad igualitaria, pero también debo decir que hay ciertas ideas radicales que no comparto ni considero justificadas, aunque sean dichas por otras feministas.
¿Opiniones?
viernes, 5 de marzo de 2021
Lilith o la primera mujer libre
Últimamente, viendo que se acerca el 8M y las posibilidades de manifestarse y hacerse escuchar van a estar bastante más reprimidas por la situación que ya conocemos y que, lógicamente, creo que está justificado el no salir en masa a las calles, se está recurriendo a personajes, mujeres influyentes de la literatura o la ciencia e incluso a seres mitológicos, para hacer llegar un mensaje, un manifiesto de que la mujer siempre ha estado ahí, intentando ser escuchada, aunque vetada y considerada tal vez, ¿una amenaza?
Por eso, uno de los nombres que resuena en las redes, que imprime camisetas con logos feministas y que inspira frases en estos días es el de Lilith. Han recuperado a Lilith. Suena angelical, frágil, delicado. Pero la leyenda que hay detrás de ella y las transcripciones bíblicas, incluso las interpretaciones que se han hecho de ella, para nada sugieren un ser dócil.
Dicen que Eva no fue realmente la primera mujer del paraíso, no se creó en el sexto día sino después, incluso después del séptimo porque ese día le tocó a Dios descansar. Primero fueron creadas las especies animales y Adán, éste probó entre todas las especies que había, el mantener sexo con ellas para encontrar a la que fuera más afín a él, pero no quedando satisfecho con ninguna de ella, Adán se quejó a Dios, pidiéndole que le hiciera una hembra a su imagen y semejanza, con la que pudiera quedar saciado. Así que Dios creó a Lilith inspirándose en el propio Adán. Pero Adán y Lilith nunca encontraron ese feeling que debe darse entre las parejas: Adán intentaba someter a Lilith ante sus deseos, le exigía sexo cuando él quería, la intentaba obligar a adoptar posturas sexuales que a ella no le satisfacían y Lilith, en lugar de someterse y acatar órdenes, se mostró ofendida y se reveló: dicen que, encolerizada, pronunció el nombre de Dios, se elevó por los aires y abandonó a su pareja, Adán, y la protección de esa jaula de oro que era el paraíso. En su lugar, Lilith fue a dar a las orillas del Mar Rojo, un lugar que, se decía, era habitado por los demonios y allí se entregó a la lujuria con todos ellos y dando a luz a los lilim o demonios femeninos. Tres ángeles de Dios fueron a buscarla (Snvi, Snsvi y Smnglof), ella se negó a marchar con ellos: al parecer, en ese infierno del Mar Rojo fornicando con demonios no se estaba tan mal... En lugar de respetar su decisión, el cielo castigó a Lilith haciendo que muriesen cien de sus hijos al día. Desde entonces las tradiciones judías medievales dicen que ella intenta vengarse matando a los niños menores de ocho días, incircuncisos y de ahí la costumbre judía de poner un amuleto alrededor del cuello de los niños recién nacidos, con el nombre de tres ángeles: Snvi, Snsvi y Smnglof.
El resto de la historia del paraíso ya se conoce: Dios creó a Eva de una costilla de Adán, sumisa y enamorada, complaciente con su hombre, vivió feliz en el Edén junto a él hasta que a ambos se les ocurrió morder de la manzana prohibida, tentados por el demonio, y por lo que fueron expulsados del paraíso; por supuesto, la culpa de caer en la tentación de morder la manzana recayó directamente sobre Eva, ella fue quien incitó a Adán a probar el fruto. Así que nos encontramos con una biblia en la que se carga a sus dos primeras mujeres, infundiendo sobre ellas leyendas odiosas y culpabilizadoras, la primera, Lilith, por revelarse, abandonar a Adán y ser una ladrona de bebés recién nacidos, la segunda, Eva, por tentar a Adán a desobedecer a Dios.
A Eva no le ha quedado otra que asumir su papel de sumisa, la que traga, en la historia y de ese modo se ha intentado utilizar de ejemplo moralizador para el resto de las mujeres en adelante. Pero el caso de Lilith no ha sido así. A Lilith se la ha intentado borrar de la historia, al menos de la historia religiosa propiamente dicha, porque a los niños y niñas, en catequesis, no nos han hablado nunca del papel de Lilith y su revelación, pero sí de Adán y Eva y su expulsión del jardín del Edén por culpa de la segunda.
Lilith sí ha sido representada por artistas en la pintura, pero su imagen siempre ha estado vinculada a la de femme fatale, la perversión, algo negativo, casi siempre representada desnuda como acto de provocación, rodeada de figuras demoníacas y queriendo dar el mensaje de que esa mujer era todo lo contrario a una esposa abnegada y obediente, una forma de dar ejemplo a las mujeres a través del arte, ejemplo de cómo no se debe ser.
Pero Lilith fue, en realidad, la primera mujer libre en la historia, real o simbólica, y por lo tanto, desde el principio los autores y artistas han querido asociarla a la mujer fatal, la imagen demoniaca, la diablesa, la provocación, cuando en realidad era una forma que utilizaba el sistema para esconder su miedo ante el poder de una mujer. Una mujer es igual que un hombre, mientras que Eva fue sacada de una costilla, Lilith fue creada a la semejanza de Adán, en igualdad de condiciones, esa igualdad es lo que siempre ha defendido el feminismo y lo que siempre ha temido la sociedad patriarcal, escondiendo esa libertad y esa igualdad, tras una imagen de maldad y sustituyendo a esa mujer por la "copia" o el trozo que pertenecía al cuerpo del hombre, quedando así como su propiedad.
Por suerte, el movimiento feminista, la nueva historia, el nuevo arte, todo ello, han recuperado a Lilith y se le está dando el lugar que se merece, contando su historia con una visión más objetiva de los hechos, acorde a una sociedad igualitaria y a lo que debería esperarse de ella. Que siga sonando ese nombre como debería haber sido, como un símbolo de libertad e igualdad.
lunes, 22 de febrero de 2021
La impostora
Hay muchas inseguridades que a las mujeres nos surgen como madre y que se extrapolan a otros ámbitos de la vida y a nuestro propio autoconcepto. El miedo a fracasar, a no dar la talla, siempre está ahí acompañándonos, más en una sociedad que cada vez se perfecciona más en hacernos esclavas de nosotras mismas y de nuestro entorno.
Miedos hay a montones. Mi mayor miedo, por ejemplo, ahora que estoy esperando una niña teniendo un hijo de dos años y medio, es el de no ser buena madre para mi hijo y tener que atender más a la que llega, por lo tanto, desatenderlo a él, aunque sea sin intención. Otro miedo es el de la preservación de la parcela que con tanto esfuerzo he creado para mí y para mi familia con la que convivo (mi pareja, mi hijo y, pronto, mi hija), para tener un espacio en el que sigamos siendo nosotros, aprendiendo y no se entrometan otras personas, dando consejos que no pides o intentando "ayudar" cuando lo que quieres es privacidad: hace falta muchas horas de paciencia, de mandar mensajes sutiles y a veces no tan sutiles y, por desgracia, demostrar que puedes; el mínimo cambio dentro de esta parcela hace temer que la gente de fuera piense que no eres capaz e invada ese santuario. Claro que habrá momentos en los que una se desborda, pero se sale adelante, la ayuda se pide si realmente la necesitas no por insistencia de otros y al final, la decisión que toma una en su familia es la que vale, aunque se equivoque, porque equivocarse es rectificar y probar otra fórmula.
Ahí va un párrafo de miedos, de tantos miedos que existen para la mujer en plena crianza y ocupando un trabajo: que me invadan, que me juzguen, que no lo haga bien y sea motivo de invasión.
El Club de las Malas Madres publicó no hace mucho un post muy interesante sobre el Síndrome de la Impostora y los diferentes perfiles que puede presentar, los englobó en estos cinco:
- La perfeccionista: por su alta autoexigencia se siente frustrada y duda de ella misma. Suele exigirse metas que son inalcanzables y esto le causa un gran desgaste.
- La experta: se infravalora y tiene miedo de no saber tanto como piensan. Nunca se siente suficientemente preparada, no se cree lo suficientemente experta. No cree que es quién dice ser.
- La superwoman: cree que para estar a la altura ha de trabajar más duro que nadie. Se responsabiliza de tareas que no le corresponden y esto la agota.
- La “Yo lo hago todo”: teme pedir ayuda y que lo consideren como una debilidad. Intenta hacer malabares sola y sin querer aleja a las personas de su vida.
- La genia: piensa que ha de hacerlo bien a la primera y se castiga duramente si falla. No se permite una segunda oportunidad.
han luchado nuestras antecesoras, ¿cómo se te ocurre dar ese paso atrás, desagradecida?"; pero es que la misma sociedad es la que también nos señala si llegamos cansadas de currar y ponemos la excusa de "ir al baño" para buscar ese momento de intimidad y evadirte de los gritos de los niños. Los berreos de tus hijos deben sonarte a música celestial; aunque hayas tenido una noche de mierda porque el niño tenía fiebre tienes que acudir a tu trabajo con una sonrisa de oreja a oreja y sin preocupación; en los menús de almuerzo de la guardería, el día que toca bollería, que sea casera, busca tu tiempo para hornear en casa algo, porque comprar Bollicaos no vale; que si el disfraz del festival ha de ser artesanal significa que no se puede comprar de los chinos; dar teta es lo más sagrado del mundo y el primer paso de ir por el buen camino, así que más te vale tener la subida de leche y no recurrir a la de ¡¡¡fórmulaaa!!!, luego tendrás que llevar el sacaleches al trabajo y te mirarán como un bicho raro porque incomoda, peeeero... etc, etc.
miércoles, 3 de febrero de 2021
La teoría Queer
La Ley Trans, planteada por la ministra de Igualdad Montero y presentada en el Congreso el pasado 23 de febrero de 2018, reconoce que la solicitud de la rectificación registral de la mención del sexo, es decir, su cambio en el Registro Civil, "no precisa de más requisitos que la declaración expresa" de la persona. "El ejercicio de este derecho en ningún caso podrá estar condicionado a la previa exhibición de informe médico o psicológico alguno, ni la previa modificación de la apariencia o función corporal de la persona a través de procedimientos médicos, quirúrgicos o de otra índole, sin perjuicio del derecho de la persona interesada a hacer uso de tales medios".
Es cierto que el colectivo Trans es un colectivo vulnerable en la sociedad y como tal, hay que evitar esa vulnerabilidad garantizando los mismos derechos y acceso a la igualdad de oportunidades que al resto de colectivo. Pero en definitiva, si se lee un poco más, la Ley Trans plantea el abolir los calificativos "hombre" y "mujer", cuando estos se tratan de calificativos biológicos y no sociales: biológicamente, un hombre tiene pene y una mujer tiene vagina, no hay más.
La Ley Trans habla de la autodesignación de género y de que éste no tiene por qué estar preestablecido, y ahí es cuando comienzan los choques del movimiento Queer vs Feministas: Lidia Falcón, intenta desmontar esa idea de la autodeterminación de género argumentando que "el género no existe, simplemente es un constructo social para denominar cosas". El movimiento feminista defiende que el hacer desaparecer "hombre" y "mujer" (biológicamente hablando) para que esta autodeterminación de género (sociológica y lingÜísticamente hablando) sea completamente libre, se enfrenta directamente con el origen de siglos de violencia y marginación hacia la figura de la mujer y en contra del movimiento de liberación femenino, que se basa precisamente en el sexo, algo completamente tangible y biológico y sustentado en que la principal causa de esa violencia histórica e imposición de los hombres hacia las mujeres es la capacidad de la mujer como reproductora.
El pasado 20 de febrero de 2020, con una sorprendente votación del 85% a favor, los miembros de Izquierda Unida decidieron expulsar de su organización al Partido Feminista en España (PFE), liderado por Lidia Falcón. Digo "sorprendentemente", porque se le acusó y se le sigue señalando directamente de tránsfoba a ella, quien luchó durante la dictadura franquista contra la opresión que sufrían las mujeres, siendo torturada por Billy el Niño y Roberto Conesa, en cuya trayectoria política se mostró contraria y rechazaba la Ley de Peligrosidad Social de la época y quien siempre se ha posicionado a favor de las reivindicaciones de colectivos LGB. Desde IU se explica esta expulsión alegando que PFE se ha mostrado contrario a los acuerdos pragmáticos del partido de Garzón.
Lidia Falcón se ha mostrado muy dura con el movimiento y la teoría Queer que respaldan partidos políticos como Podemos o IU, ella ha afirmado que la teoría Queer amenaza directamente a la categoría "mujeres", señalando a un enemigo concreto, el transfeminismo, el lobby trans por lo que predican. También hay que decir que Falcón no ha estado nada acertada con sus palabras y con sus formas: no puedes llamar a mujeres que, aunque han nacido con pene se sienten mujeres, "mujeres con barba"; tampoco puedes dirigirte a una niña trans que intervino en el parlamente Extremeño como "niño". Eso es muy ofensivo y para nada está justificado.
Pero tampoco está justificado que personas que tienen algo que decir en contra de esta teoría o de partes del contenido de la Ley Trans, como le ocurrió a la escritora Lucía Etxevarría, sean linchadas públicamente por miembros del actual gobierno, personas que, al fin y al cabo, deben velar por tod@s l@s ciudadan@s y respetar todas las opiniones que se dan desde una perspectiva no ofensiva.
Cuando hay tanto revuelo y tanta disparidad, cuando un movimiento como es el movimiento Feminista en España y su partido se muestran contradictorios y amenazados por un proyecto de ley, creo que ese colectivo debe ser escuchado y tenido en cuenta. Tal vez simplemente se trate de reformular el texto en algunos apartados, ya que dudo muchísimo que las Feministas quieran atacar y dañar a otro colectivo oprimido por la sociedad como ese mismo.
Pero para comprender las reservas que un amplio sector del Feminismo tiene hacia la teoría Queer y su contrariedad, hay un artículo ilustrado de la artista Feminista Ilustrada que me ha hecho entender muchísimo y compartir ese miedo por perder todo lo conseguido. Dejo aquí la explicación:
jueves, 21 de enero de 2021
La cara sonrosada del escritor naciente
¡Good morning por aquí!
La verdad es que hacía mucho tiempo, estos meses, semanas, han sido una locura y una montaña rusa de emociones a todos los niveles, pero poco a poco parece que, aunque suene raro en plena tercera ola, voy organizándome. Lo cierto es que durante la primera ola de la pandemia, a pesar de los horarios ceñidos de trabajo, el niño sin escolarizar, el confinamiento y todo lo demás, el tiempo que pasaba tranquila en casa fue bastante productivo; pienso que en momentos de crisis, cuando todos los servicios públicos que se encuentran al pie del cañón están saturados y dando el cien por cien y otros sectores deben cerrar y luchan por sobrevivir en esta situación tan dudosa, sanitaria y económicamente hablando, y con todo el estrés que genera en el entorno, al resto de mortales no nos queda otra que procurar ser productivos con nuestro tiempo y dar lo mejor de nosotros mismos: si acudimos a trabajar o teletrabajamos, pues ahí, dando el callo en todo lo que se necesite, y si nos toca quedarnos en casa, por suerte a día de hoy tenemos un montón de recursos para acercarnos al mundo e intentar compartir opiniones, aficiones, recursos de entretenimiento, tertulias o para exprimir nuestras otras motivaciones para sacar algo bueno de ellas.
Como ya he comentado, durante el periodo que ocupó la primera ola me vinieron un montón de ideas que he ido plasmando, aunque no he podido finiquitar, pero me satisface saber que ese tiempo encerrada en casa no ha sido tiempo perdido para mí y que después puede servir de recurso para otros. Bueno, "después" puede ser a largo plazo, no lo sé ni yo.
El desconfinamiento también sirvió para retomar proyectos aparcados: ya publiqué el post de mi tercera novela, Desde el espejo: La dimensión contraria de tu yo. Me gustaría decir que que se ha vendido como churros, pero no es así, si esta crisis ha afectado a tantos sectores cómo no iba a hacerlo en el mercado del autor independiente que es tan delicado y tan inestable. Aún no he podido realizar una presentación oficial de la novela ni participar en la Feria del Libro Independiente que de mayo se pospuso a octubre y de ahí, a saber cuando, tengo un banner de la novela precioso ahí plegadito, con ganas de plantar, como las banderas en tierras conquistadas, y un montón de ejemplares de la novela en mi despachito, metidos en sus cajas de cartón, que van siendo enviados a cuenta gotas, conforme me hacen un pedido o si de tanto en tanto, alguna de las librerías que colabora conmigo me pide reponer. Pero ni mucho menos es comparable al ritmo anterior.
Pero este post no es para lamentarme, para nada, tengo la suerte de estar bien de salud y laboralmente, lo de mis libros es un sueño materializado que aún necesita fuerza, pero por eso, cuando tengo alguna novedad comparto e intento hacer eco de cada paso.
La semana pasada se pudo emitir la entrevista que me hizo José Tovar, antes de Navidad, para su espacio La cara sonrosada del escritor naciente, dentro del espacio radiofónico El baúl de mis recuerdos. En esta novela hablamos de mi novela, de esa inquietud que me ha surgido por escribir sobre ficción, del tema del postureo y de cómo nos controla la imagen y las redes sociales a nosotros y de varios temas que pudimos abordar en diez minutos de entrevista muy bien aprovechados, en el entorno del parque de El Palmeral de San Gabriel, Alicante, junto al mar, como escenario. Ya compartí un listado de emisoras de radio y horarios en la que se podía escuchar la entrevista, pero entiendo que las personas muchas veces tenemos otras ocupaciones que andar buscando canales de radio, por eso aquí dejo el enlace para descargar y escuchar el podcast de la entrevista y así pueda acceder a ella quien quiera, quien sienta curiosidad y, si piensa que vale la pena, compartir:
Enlace de descarga https://wetransfer.com/ |
2 elementos |
La cara sonrosada del escritor naciente - Programa 34 - Elena Picó.mp3 10 MB |