domingo, 30 de agosto de 2015

Despidiendo el verano con optimismo

Ya ha llegado el fatídico final, esos días de finales de agosto, 48 horas antes de que concluyan las vacaciones de much@s de nosotr@s oficialmente. Momentos de desgana en los que el en último suspiro vacacional se va perdiendo el tiempo tirada en el sofá viendo un programa de TV que ni si quiera te gusta u observando a tu pareja cómo juega a la-Box, porque no tienes ganas de nada. Momentos de limbo.
Y es en esos instantes cuando te das cuenta de lo pesada e hinchada que te notas…
¡Normal! Si echamos la vista atrás, en las últimas semanas de vacaciones nos hemos dedicado a apoyar el codo en chiringuitos de playa y barecitos de piscina. Hay gente que se entrega desde el primer día después de las barbacoas de Semana Santa hasta el 1 de julio a hacer dietas para morirse de hambre, renunciando cualquier clase de tapa que se exceda de las calorías permitidas y en cuanto llega el verano se pasan al extremo totalmente opuesto: de los zumos naturales a las jarras de cerveza y tintos de verano; de la pechuga de pollo a la plancha a la carne roja; de las lonchas de pavo, el queso ligero y las ensaladas a las croquetas, los chipirones fritos y el morro de cerdo. Pero, ¿y quién le dice que no a esos aperitivos piscineros? La mesa con amigos, el agua de fondo, el sol… todo acompaña. Yo creo que la gente se pone a dieta antes del verano, no por la operación bikini, sino para dejar un hueco extra a todas esas fritangas y bebidas con gas que consumimos en nuestros días de verano. Que luego decimos “bueno, luego en septiembre me apunto al gimnasio y  compenso todo lo que he guarreado en los chiringuitos”… Mentira, sabes que no lo vas a hacer, bastante tienes con quitarte de encima ese letargo  y hacerte a la idea de que la cervecita y los calamares a la romana se han acabado, ahora toca el café a las 7 de la mañana y el taper de ensalada o comida precocinada para tomar en el descanso del trabajo.

Pero es ley de vida, lo bueno tiene que durar poco, porque sino ya no sería bueno. Vamos a ser positiv@s para esperar con más optimismo las vacaciones siguientes (creo que ya será el puente de octubre) y así coger con menos desánimo esta vuelta a la rutina. Si las vacaciones de verano fueran eternas, al final no sería bueno, ocurrirían muchas catástrofes, por ejemplo:
-Todos los días cerveza o tinto de verano + tapa explosiva acabaría por convertirnos en un globo que tarde o temprano reventaría. Esto, como rutina, no es sostenible en el tiempo...

-La visita diaria a la playa o la piscina para tomar el sol o ponerse morenas durante unas semanas está bien, si es más tiempo, acabaríamos pareciéndonos a la vieja de “Algo pasa con Mary”.

-Recuerdo que cuando era pequeña y después de dos meses de vacaciones cogía el boli para hacer los deberes del cole, se me había olvidado escribir bien y recuperar mi buena ortografía me llevaba semanas. Unas vacaciones eternas nos conducirían al analfabetismo, estoy segura.
-Para las que les gusta vivir una aventura loca de verano para después olvidarse, un amor de verano en un verano eterno sería ¿una relación permanente? ¿Entonces qué gracia tendría eso de buscarse un amor de verano? ¡Adiós a los días de pendoneo para muchas! Qué putada, con perdón...

-Con respecto a la depilación: las vacaciones de verano suponen un uso diario de bikini, que a su vez obliga a un constante y perfecto mantenimiento en la depilación (ya sea con cuchilla o con cera), ni un pelo hay que dejar a la vista que el sol lo enseña todo. En invierno puedes permitirte el lujo de no ser tan tan tan perfecta en ese sentido… en verano NO.

Y podría dar muchas más razones para convencer a tod@s y a mí misma de que lo poco gusta y lo mucho cansa, de que las vacaciones tienen que durar lo que tienen que durar y de que añorarlas nos dará más motivos para coger las siguientes con más ganas.

Ahora, vamos a por septiembre…

domingo, 23 de agosto de 2015

Cuanto daño ha hecho el reggaeton

Reggaeton, ese estilo musical caracterizado por mezclar reggae, hip hop y el merengue,  que se gestó en los 70 en Panamá y finalmente llegó a Europa a finales de los 90 y principios del 2000. Recuerdo que a mí me pilló (gracias a Dios) a una edad en la que, aunque lo escuchaba continuamente en los locales y discotecas por los que salía, ya había desarrollado cierta cultura musical.
Típica portada de CD de reggaeton
Más o menos, durante mi etapa universitaria se hicieron famosas canciones como “Papi chulo”, “Dale don dale”, “Yo soy tu gatita” o “Baila morena” y por mucho que me esforzara en escuchar, no pillaba gran parte de lo que decían, tampoco es que me interesara mucho. Pero es que con el tiempo una va sabiendo que “Dale papi que estoy suelta como gabete” quiere decir algo así como que “estoy dispuesta a todo, a tener sexo fácil con quien sea”; “Dale morena, vamos a fuegote” viene a ser “vamos a por todas, a lo que surja”; y el término “gatita” en la jerga reggaetoniana es el sinónimo de “puta”.
La responsable del "Papi chulo"
A raíz de las innumerables canciones de reggaetón que salen cada año, hace poco y ya en serio, comentaba con una amiga el mensaje machista y violento que ofrecen las canciones de este estilo, al menos las más conocidas. Estuvimos analizando las letras y lo cierto es que, cuando te paras a descifrar esas ridículas rimas es para caerse de culo. El jeroglífico de versos reggaetoneros lo he seguido captando e interpretando en ratos libres, algo inevitable sobre todo ahora, que en verano sin querer, entre barracas de fiestas y chiringuitos de playa, entra más a menudo por mis oídos esta música maldita y he de confesar que es preocupante. No puede ser que a una niña de once años la escuches cantar “Dile que en tu cama está mi nombre” o “Lo que me pidas te lo voy a dar, y si te pido no digas que no”… Y eso que esos versos son de lo más light.
Imagen de una campaña contra el machismo en el reggeaton
De todos modos, no es la primera vez que se les critica por su contenido machista y sexista pero leer las frases tal cual, sin acompañamiento musical, deja bastante evidente cuáles son los principios de sus compositores."Agárrala, pégala, azótala", "Eso lo quiero ver, qué pasa cuando te pego duro contra la pared", "Ponte en cuatro, la cosa se puso dura" o "Ponme esa nalga que a ti te voy a inyectar, si te duele por detrás te doy por el frente", son algunas de las frases sacadas de canciones de artistas como Daddy Yankee, Trebol Clan, Wisin & Yandel, Palomio & Daniel y Don Omar que el portal Upsocl ha recopilado.
También frases hay como “voy a fregarte la trasera”, “déjame lamerte el trasero”, vamos a hacerlo al lado de la nevera, en la bañera, en la litera y en la escalera”, colando gemidos de mujer en la canción. Son letras que me producen bastante asquito, aunque aborrezco más a los que dicen llamarse artistas, que ponen su voz y que encima creen que están cantando un super éxito.
Así se baila reggeaton...
Pero los expertos en música sí defienden que no todo el reggaeton es malo, es decir, que existen dos variantes de este estilo: el romántico y el machista. El problema es que el reggaeton machista es el que parece más comercial y los versos que hablan de amor y caricias ha pasado a un segundo plano.
El reggaeton machista es violento no solo por las letras, sino porque además en una gran mayoría de estos “temazos” se incluye el sonido de carga de un arma y disparos, las letras invitan a resolver los conflictos volándole la cabeza al otro de un disparo… venga por favor. Y no solo eso, los videoclips que acompañan a las canciones no son nada originales, apareciendo cochazos caros y mujeres ligeritas de ropa enseñando más carne que el mostrador de una charcutería, dejando claro el mensaje de que los coches de lujo y las chicas explosivas van unidos. Son videos musicales en los que se invierte una cantidad de pasta impresionante para llevarlos a escena, caros pero vacíos de contenido, igual que la letra, ya que es reiterar una y otra vez que puedes ser un cranco de tío, sin ninguna virtud ni por dentro ni por fuera, pero si estás forrado de dinero y tienes un coche de gama alta, tendrás a todas las mujeres exuberantes locas por acostarse contigo y por hacer todo lo que les digas, cuanto más sucio mejor (porque según el reggaeton, el dinero llama a la mujer y ésta solo sirve para satisfacer los deseos lujuriosos de un aficionado del rapeo, enclenque, gilipollas, hortera y con muchos collares de oro).
Los que se hacen llamar cantantes
Y, ¿qué mensaje subliminal puede estar lanzando la pegadiza letra del reggaeton en nuestra sociedad? ¿Tiene algo pegadizo que produzca un lavado de cerebro en los y las adolescentes? No tengo ni idea, imposible de demostrar, pero sí que voy a exponer una cosa: ya he escuchado desde diferentes bocas la opinión de que las chicas adolescentes de ahora son bastante más machistas que las de hace algunos años. En las últimas décadas ha habido muchos movimientos feministas y avances dentro del feminismo, porque una generación de mujeres empujaba con fuerza para que esto fuera así, que viendo todo lo que llevaban arrastrando en la historia de la mujer, no querían ser como sus anteriores generaciones, servidumbre de maridos y patriarcas, objeto de vejación y burla. Pero como todo, cuando en algo ya se ha conseguido avanzar y todo se ve más fácil, parece que nos relajamos y si encima un ritmo pegadizo con una letra ininteligible te dice que “perrees” y “le des duro” y no sé que más mierdas, siendo una adolescente desinformada y con muchas ganas de gustar a los chicos, ahí lo tenemos: chicas que consienten ser insultadas y maltratadas, porque creen que parecerse a las “gatitas” de los videoclips de reggaeton es lo más.
La cruda realidad

Lo peor de todo es que la industria de la música gana demasiado dinero con estos poetas papanatas como para frenar y modificar el enfoque de este tipo de reggaeton, por lo que solo nos queda esperar a que esta espantosa moda pase y cuidar los oídos de nuestras chicas.