miércoles, 26 de junio de 2013

El bebé abandonado

Cuando leí la noticia en el periódico no me lo podía creer: “Los bomberos de Alicante fueron, durante la madrugada del sábado, los protagonistas de un hecho inaudito. La historia de un recién nacido abandonado por su madre entre tuberías.”. Por lo visto fueron llamados por los vecinos que creyeron oír los maullidos de un gato atrapado, pero no, resulta que era un bebé de 40 horas de vida que aún conservaba el cordón umbilical y restos de la placenta, envuelto en una bolsa de plástico rota y ahí seguía sobreviviendo, en un diminuto patio de luces rodeado de tuberías.
Al intentar conocer el origen del neonato, se llegó a saber que ”en uno de los domicilios del edificio vivía una mujer de 26 años que se encontraba en avanzado estado de gestación, quien se hallaba ingresada en el Hospital General de Alicante tras manifestar haber sufrido un aborto en su domicilio. La mujer, tras ser informada del motivo de su detención, reconoció de forma espontánea los hechos, dijo que no deseaba tener el bebé y que no disponía de dinero para abortar”, claro que por lo que he podido leer en noticias de días posteriores, la presunta asesina ahora dice que no se acuerda de nada de lo ocurrido, muy ingenioso por su parte. Por ahora, se ha ordenado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para esta mujer acusada por un presunto delito de asesinato en grado de tentativa, según ha informado en un comunicado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.
Y ahora es cuando pienso si estamos retrocediendo al siglo XVII, o peor aún, porque al menos en aquella época los bebés no deseados los depositaban en los tornos giratorios de los conventos, no en un patio de luces. ¿Tan insensibles nos estamos haciendo? Una mujer puede no tener instinto maternal, pero ¿qué pasa con el sentido de humanidad? Claro que no estamos en el siglo XVII ni mucho menos, hoy en día hay medios, al menos en nuestro país, para hacer frente a una maternidad no deseada. Desde el 3 de marzo de 2010 que entró en vigor la nueva ley del aborto las mujeres en España pueden abortar gratuitamente, el aborto lo subvenciona la Seguridad Social, siguiendo unos trámites, por supuesto; y si no se quiere abortar, se puede ir al hospital, parir y entregar al bebé a los responsables sanitarios, que ya se harán cargo de comunicar al Ministerio de Bienestar Social para que ese bebé pase a estar en el Sistema de protección del menor, pero desde luego NO meterlo en una bolsa de plástico, como si fuera basura.
Creo que se nota que como mujer, aunque no sea madre, esta noticia me ha impresionado. Quería tratar el tema del aborto más adelante, pero creo que éste es un buen tema para empezar a reflexionar sobre ésta cuestión, aunque para eso, otro día. Solo quiero puntualizar que no estoy en contra de que una mujer tenga facilidades de abortar, sobretodo si el destino de ese no nato tiene que ser el abandono en tales condiciones como éste bebé de Alicante.

miércoles, 12 de junio de 2013

La semana que desaparecieron las mujeres

Este es el título del nuevo docu-reality que el canal Divinity estrenó el pasado 20 de Mayo. En él, todas las mujeres de la localidad norteamericana de Yemassee abandonan su hogar rumbo a Florida. Tras su marcha, los hombres tendrán que asumir el 'rol femenino' durante una semana, y cuidar de los niños y hacer las labores domésticas son algunas de sus nuevas obligaciones, a su vez, dirigirán sus respectivos negocios y velarán por el buen funcionamiento de la comunidad. Bueno, tengo que decir que yo no soy nada seguidora de los realities, pero este, como experimento social no está nada mal, es más, me resulta curioso ver cómo se las apañarían los rudos “papá oso”, junto con su progenie, para enfrentarse en solitario a las múltiples vicisitudes de la vida doméstica. Y trasladando todo esto a una realidad claramente imposible, ¿Qué ocurriría en una sociedad si el sexo femenino adulto dejara de existir o cohabitar con el resto de mortales? ¿Se desataría el caos? Intento imaginarlo: de repente, desaparecemos las mujeres, por una abducción extraterrestre o algo por el estilo, seguramente se desataría el caos ante tal acontecimiento, pero llega un momento en que las personas se adaptan a las novedades y tienen que volver a la normalidad. Seguro que se producirían conflictos domésticos ya que en muchos casos un hombre no sabe ni freír un huevo o quitar una mancha de boli en una camiseta sin montar un espectáculo. Por no hablar de hacer una compra decente para pasar toda la semana, teniendo que lidiar pacíficamente con las injusticias que se producen en el mercado, como que se te cuelen en el turno o te arrebaten el último pack de yogures en oferta que quedaban. O estar velando hasta las tantas, superpreocupados, hasta que los hijos vuelven del botellón, a las tantas de la noche, mareados y con los ojos como tomates. ¿Y cómo explicaría un tosco padre de familia a su hija preadolescente que tiene su primera menstruación, porqué le ocurre eso y cuáles serán las consecuencias en su cuerpo a partir de ahora? Sería para troncharse si lo pudiéramos ver por un agujero. Éstas son muchas de las situaciones que me imagino de hombres asumiendo el rol femenino,¡¡sería muy cómico todo!! Igual solo estoy prejuzgando y puede ser que me sorprendieran gratamente. Pero por el bien y el futuro de la humanidad, espero que esto solo quede en un experimento-reality y, ya que va de paso, se empiece a valorar más positivamente el rol doméstico de las mujeres.

miércoles, 5 de junio de 2013

La curva de la felicidad

¿Kilos de más? El peso es uno de los factores más cuestionados cuando nos preguntamos respecto a estándares de belleza establecidos, pero lo cierto es que hay cabida para todo tipo de gustos, incluso, cuando estos cambian. En la década de los 90 reinaban los cuerpos con curvas, durante el cambio de milenio comenzaron a marcar tendencia las modelos escuálidas y masculinas y hoy nos encontramos ante una lucha constante entre “Katemosses” vs “Beyoncés”, de la que no parece sacarse nada en claro. ¿O sí? Por un lado, a través de los medios, la población está constantemente rodeada de celebridades y modelos muy delgadas, lo que contribuye a que las niñas y mujeres tengan una actitud poco saludable para su cuerpo. Pero un estudio de la Universidad de Durham (Reino Unido) reveló la importancia de la publicidad y los medios en este asunto al comprobar que si se exponía a mujeres que habitualmente prefieren la delgadez a imágenes de mujeres con varios tipos de talla, no elegían a las más delgadas. ¿No parece contradictorio? La conclusión de esta investigación evidenciaba la posibilidad de cambiar el canon de belleza mediante una exposición de una modelo más saludable. Y justo es eso lo que parece estar ocurriendo. Por otra parte, muchos hombres reconocen también que debido a los estándares de belleza de mujer delgada, que se ha estado imponiendo hasta ahora, guardan su atracción por mujeres rellenitas como norma social. Sin embargo, “son ya varias las investigaciones que coinciden que la figura de una mujer delgada transmite fragilidad, en contrariedad con lo que comunican los cuerpos voluptuosos”, dice hoymujer.com. Así que se puede concluir que los hombres, dependiendo su entorno y su grado de estrés, ven a las chicas más gruesas como las más atractivas. Y, aunque parezca algo frívolo, por si acaso requieren más datos para el convencimiento, la Encuesta Nacional de Crecimiento Familiar de EE UU descubrió que las chicas con curvas tienen más relaciones sexuales. La razón la desconocen. Aunque tal vez esté relacionado con que las mujeres con curvas son más impulsivas (o eso concluyó un estudio de la Universidad de Alabama). Los cánones de belleza han cambiado. Los grandes modistos contribuyen a esta transición diciendo adiós a las siluetas escuálidas y dan la bienvenida a los cuerpos voluptuosos, con curvas. La exhuberancia del cuerpo con líneas redondeadas resulta sexy y es el modelo de mujer que parece agradar más hoy en día… Aunque quizás estos estándares nunca dejaron de agradar y simplemente se ha estado siguiendo a ciegas las tendencias que nos han sido socialmente impuestas. Imposiciones que afectan directamente a la mujer, que siempre se ha visto más involucrada en esto de “dar una buena imagen”, procurando ser siempre el reflejo del canon establecido en ese momento. Si, es cierto, en cuanto al culto al cuerpo, las mujeres somos más esclavas y menos perspicaces que los hombres. Pero estamos en el siglo XXI, ya hace tiempo que mujeres “rellenitas” habituales de la vida pública, antes de adelgazar y perder buena parte de su belleza, utilizan su poder social para oponerse al canon de perfección que parecía dominar hasta ahora. ¿Estamos al fin ante el adiós a la extrema delgadez como aspiración y sinónimo de belleza y éxito? Todo apunta a que sí, aunque nunca se sabe. Mi opinión es que no debería existir ni normas ni cánones de belleza, todas somos bellas a nuestra manera y la tendencia por la que nos tendríamos que regir es la que más nos haga sentirnos a gusto con nosotras mismas, por dentro y por fuera.