jueves, 11 de marzo de 2021

Malamente con el burka

 Así ando hoy, malamente. Porque despertarse una mañana leyendo el mensaje de una cuenta de Instagram feminista, en el que denuncian la aprobación de una ley en Suiza que prohíbe el uso del burka en espacios públicos, excepto en los lugares de culto, me parece sacado del mundo al revés.

Conforme comienzo a leer el post pienso, "Jo, que bien. Esto supondrá un avance", pero luego leo la segunda parte, en la que se menciona y se refiere a esa ley como un acto "racista y sexista" y que "atenta en contra de los derechos y libertades humanas", que nadie le ha preguntado a esas mujeres a las que se les va a prohibir el uso del burka si de verdad querían dejar de usarlo etc. ¿Atenta conta las libertades humanas, en serio? Pienso que las que lanzan este tipo de acusaciones son las mismas que, cuando están en un chiringuito de la playa y ven a un señor islamista hasta la médula, rodeado de su ejercito-harem de mujeres manta, lo miran con cara de asco y con algún comentario desaprobatorio, algo que por otro lado es muy lógico, ya que como mujeres, nos indigna ver una estampa así.


Pero más indignante es ver cómo esas mismas personas que no están de acuerdo con estas situaciones, después rizan el rizo, diciendo que a esas mujeres se les está arrebatando algo cultural. Voy a hablar un poco de lo "cultural" del burka o de cualquier otra prenda que cosifica y anula a la mujer: en los años 70, Irán era una monarquía constitucional en la que la mujer podía llevar minifalda,  ir a la universidad y solicitar el divorcio; a partir de 1979, Irán se convierte en república islamista y esas mismas mujeres pasan a ser ciudadanas de segunda y permanecen segregadas en la mayoría de los espacios públicos, necesitan del permiso paterno o del marido para realizar cualquier actividad, se ven restringidas para trabajar y estudiar y se ven obligadas a usar velo. ¿Eso es cultural?

Eso NO es una herencia cultural.

Eso es que un grupo de hombres armados tomaron un país y cambiaron su estilo de vida, empezando por anular a lo que supone una amenaza para ellos y para su sociedad patriarcal: la mujer. ¿Cómo la anulan? Imponiéndoles y prohibiéndoles, para asegurarse de que no despunten ni se vean intelectualmente o físicamente por encima de un hombre.

Lo de Irán es solo un ejemplo de lo que no es cultura. Si a una mujer criada en el islam le preguntas si le gusta llevar burka o el niqab, va a decir que le encanta, más que nada porque no conoce otra cosa y si desea otra cosa, se puede llevar la gran paliza del marido o del padre, una paliza que nunca se podría visualizar ni denunciar por otros porque, claro está, van completamente tapadas, además de que la forma en que un padre o un marido educa a sus mujeres también es cultura, sí, también.

Queda muy progre y muy de feminista auténtica e innovadora defender ciertos temas pero, ¿de verdad son defendibles todos? Aquí lo que ocurre es lo de siempre, algo que huele a rancio y que aburre: la política. Para el referéndum de esta ley, la iniciativa  la ha llevado un partido conservador, algo que socialmente no casa con la idea de feminismo, que por otro lado debería ser completamente apolítico. Hagamos una reflexión y planteémonos qué hubiera pasado si este referéndum lo hubiera promovido un partido de izquierdas, ¿la crítica habría sido igual? Eso es lo que me chirría, que pienso que no. 

Sí es cierto que, si prohíbes el burka muchas mujeres pueden verse en la situación de no poder salir de sus casas por imposición de su hombre, claro, pero creo que ese no es motivo para no hacer nada, es un importante factor a tener en cuenta y ser estudiado, para lo que los técnicos y agentes sociales deben estar al pie del cañón, haciendo un seguimiento de estas ciudadanas que se puedan ver invisibilizadas por terceras personas. Esa excusa no puede frenar el cambio de una costumbre que en realidad no es opcional sino impuesta. Las tendencias políticas tampoco pueden obstaculizar eso.

Me considero una persona feminista, a mi manera y con mis medios lucho cada día por una sociedad igualitaria, pero también debo decir que hay ciertas ideas radicales que no comparto ni considero justificadas, aunque sean dichas por otras feministas.

¿Opiniones?

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