La Ley Trans, planteada por la ministra de Igualdad Montero y presentada en el Congreso el pasado 23 de febrero de 2018, reconoce que la solicitud de la rectificación registral de la mención del sexo, es decir, su cambio en el Registro Civil, "no precisa de más requisitos que la declaración expresa" de la persona. "El ejercicio de este derecho en ningún caso podrá estar condicionado a la previa exhibición de informe médico o psicológico alguno, ni la previa modificación de la apariencia o función corporal de la persona a través de procedimientos médicos, quirúrgicos o de otra índole, sin perjuicio del derecho de la persona interesada a hacer uso de tales medios".
Es cierto que el colectivo Trans es un colectivo vulnerable en la sociedad y como tal, hay que evitar esa vulnerabilidad garantizando los mismos derechos y acceso a la igualdad de oportunidades que al resto de colectivo. Pero en definitiva, si se lee un poco más, la Ley Trans plantea el abolir los calificativos "hombre" y "mujer", cuando estos se tratan de calificativos biológicos y no sociales: biológicamente, un hombre tiene pene y una mujer tiene vagina, no hay más.
La Ley Trans habla de la autodesignación de género y de que éste no tiene por qué estar preestablecido, y ahí es cuando comienzan los choques del movimiento Queer vs Feministas: Lidia Falcón, intenta desmontar esa idea de la autodeterminación de género argumentando que "el género no existe, simplemente es un constructo social para denominar cosas". El movimiento feminista defiende que el hacer desaparecer "hombre" y "mujer" (biológicamente hablando) para que esta autodeterminación de género (sociológica y lingÜísticamente hablando) sea completamente libre, se enfrenta directamente con el origen de siglos de violencia y marginación hacia la figura de la mujer y en contra del movimiento de liberación femenino, que se basa precisamente en el sexo, algo completamente tangible y biológico y sustentado en que la principal causa de esa violencia histórica e imposición de los hombres hacia las mujeres es la capacidad de la mujer como reproductora.
El pasado 20 de febrero de 2020, con una sorprendente votación del 85% a favor, los miembros de Izquierda Unida decidieron expulsar de su organización al Partido Feminista en España (PFE), liderado por Lidia Falcón. Digo "sorprendentemente", porque se le acusó y se le sigue señalando directamente de tránsfoba a ella, quien luchó durante la dictadura franquista contra la opresión que sufrían las mujeres, siendo torturada por Billy el Niño y Roberto Conesa, en cuya trayectoria política se mostró contraria y rechazaba la Ley de Peligrosidad Social de la época y quien siempre se ha posicionado a favor de las reivindicaciones de colectivos LGB. Desde IU se explica esta expulsión alegando que PFE se ha mostrado contrario a los acuerdos pragmáticos del partido de Garzón.
Lidia Falcón se ha mostrado muy dura con el movimiento y la teoría Queer que respaldan partidos políticos como Podemos o IU, ella ha afirmado que la teoría Queer amenaza directamente a la categoría "mujeres", señalando a un enemigo concreto, el transfeminismo, el lobby trans por lo que predican. También hay que decir que Falcón no ha estado nada acertada con sus palabras y con sus formas: no puedes llamar a mujeres que, aunque han nacido con pene se sienten mujeres, "mujeres con barba"; tampoco puedes dirigirte a una niña trans que intervino en el parlamente Extremeño como "niño". Eso es muy ofensivo y para nada está justificado.
Pero tampoco está justificado que personas que tienen algo que decir en contra de esta teoría o de partes del contenido de la Ley Trans, como le ocurrió a la escritora Lucía Etxevarría, sean linchadas públicamente por miembros del actual gobierno, personas que, al fin y al cabo, deben velar por tod@s l@s ciudadan@s y respetar todas las opiniones que se dan desde una perspectiva no ofensiva.
Cuando hay tanto revuelo y tanta disparidad, cuando un movimiento como es el movimiento Feminista en España y su partido se muestran contradictorios y amenazados por un proyecto de ley, creo que ese colectivo debe ser escuchado y tenido en cuenta. Tal vez simplemente se trate de reformular el texto en algunos apartados, ya que dudo muchísimo que las Feministas quieran atacar y dañar a otro colectivo oprimido por la sociedad como ese mismo.
Pero para comprender las reservas que un amplio sector del Feminismo tiene hacia la teoría Queer y su contrariedad, hay un artículo ilustrado de la artista Feminista Ilustrada que me ha hecho entender muchísimo y compartir ese miedo por perder todo lo conseguido. Dejo aquí la explicación:
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