martes, 25 de marzo de 2014

La Sirenita suicida

¿Quién no conoce la tierna historia de "La Sirenita"? Es de esos clásicos de Disney que nos encantaron de pequeñas y que nos sigue gustando años después. Pero como ocurre con muchos cuentos, a veces, la versión que nos cuentan no tiene mucho que ver con la historia original y los adaptan para que tengan un final feliz, a gusto de todos. En la versión original de Hans Christian Andersen, todo empieza más o menos igual: el naufragio del príncipe, el rescate de la Sirenita y el trato que ésta hace con la bruja del mar, cediéndole su voz a cambio de unas piernas. Pero hay unas diferencias bastante significativas que analizaremos ahora:
En la historia original, la primera diferencia es que el príncipe se enamora de otra, que paseaba por casualidad por esa playa, cuando la Sirenita ya había hecho todo el trabajo sucio de salvarlo, y se lleva todo el mérito. Muy injusto para la pobre Sirenita ser sustituida por una figurante que, encima no ha movido ni un dedo para hacer méritos con el príncipe.
En segundo lugar, está el tema del encantamiento, es más enrevesado que el que nos ofrece Disney, ya que el verdadero hechizo consiste en que la Bruja del Mar, quién le vende una poción que le da piernas a la Sirenita, a cambio de su lengua (por el tema de la voz y esas cosas), le advierte, siendo totalmente franca y sin ningún tipo de engaño, que una vez que se convierta en humana, nunca podrá volver al mar. Además, sólo conseguirá un alma si encuentra el beso del verdadero amor y si el príncipe la ama y se casa con ella, porque entonces, una parte de su alma pasará al cuerpo de ella.
De lo contrario, al amanecer del día siguiente de que él se case con otra mujer, la Sirenita morirá con el corazón roto y se convertirá en espuma de mar. O sea que nada de convertirse en esclava de la bruja, al parecer, la bruja no es tan mala como nos habían hecho creer. Y la gran diferencia entre la obra de Andersen y la versión de 1989 se encuentra en el final, ya que, contra todo pronóstico, el príncipe, en realidad decide casarse con la otra, esa que sin hacer nada y debido a un cruel malentendido, todo el mundo cree que ha sido la salvadora del príncipe, y que, al parecer, vivía encerrada en un convento o algo parecido y se le ocurre salir de él en el peor momento, cuando la pobre Sirenita se lo estaba currando para enamorar al príncipe y ya lo tenía casi en el bote. El príncipe y la otra se casan, el corazón de la Sirenita se rompe: Ella piensa en todas las cosas a las que renunció y todo el dolor que tuvo que sufrir y se desespera,
pensando que la muerte la espera. Pero antes del amanecer, sus hermanas le traen un cuchillo que la Bruja del Mar les dio a cambio de su largo cabello (hay que ver qué tratos más raros hacen en el mundo subacuático). Si la Sirenita asesina al príncipe con el cuchillo, ella volverá a ser una sirena, su última oportunidad para seguir viviendo. La Sirenita entra en la alcoba del príncipe, teniendo que soportar la imagen de verlo compartir cama y sueños con la otra, donde en realidad debería haber estado ella y aún así eso no es suficiente para ser capaz de clavarle el cuchillo ya que, tonta de ella, aún lo ama, y cuando sale el sol, la pobre Sirenita se lanza al mar. Su cuerpo se convierte en espuma. Luego su espíritu hace un trato con las Hijas del Aire, pero lo dejo aquí, porque si no, sería rizar el rizo demasiado.
El caso es que, como se nota que Andersen era un hombre, porque hay que ver que no tenía ni idea de mujeres, al menos que la Sirenita de su imaginación tuviese algún trastorno psicótico suicida. Primero porque si hay dos mujeres interesadas por el mismo hombre, la que no es la elegida, normalmente, debe saber retirarse con dignidad, porque etas cosas pasan, y dejar que la afortunada viva feliz su romance y, desde luego, no tiene que tomarla con el chico que la ha despreciado, intentando asesinarlo y en su noche de bodas mucho menos. Y por encima de todo, nadie en sus cabales muere por amor, si la Sirenita ve que no tiene nada que hacer con el príncipe, a otra cosa mariposa y a rey muerto rey puesto, ¡que hubiese buscado el beso de amor que la convertiría definitivamente en humana en otros labios! Es una ironía decirlo pero, ¡hay más peces en el mar!
¿Qué clase de mensaje se nos habría dado de niñas si los realizadores de la película se hubiesen basado en el guión original? ¿Morir y asesinar por amor? “Achavo” panda de psicópatas hubiésemos sido las de nuestra generación. Menos mal que los guionistas de Disney arreglaron un poco ese final.

2 comentarios:

  1. Jajajajajaja!!! Nos retiramos con dignidad y aceptamos no ser la elegida pero, ¿y lo bien que lo pasamos haciéndonos creer a nosotras mismas que será un pobre infeliz por los restos por esa equívoca elección? Claro, nosotras SIEMPRE somos mejores! El sábado me cuentas cómo termina la historia...

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  2. Sobre todo no hay que perder ni la dignidad ni los papeles! Jajaja. El sábado entre vinos continuamos la historia: como les va el matrimonio entre el príncipe y la otra, seguro que acaban divorciados porque eso de casarse con tanta prisa no se yo...

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