viernes, 28 de febrero de 2014
¡Grande, Lizzie!
Debe ser desolador que en el primer día de guardería, con toda la ilusión que conlleva, saludes a otra niña y esta te responda con una mirada de horror y repugnancia. Resultará muy difícil afrontar cada día una enfermedad rara y padecer una disminución visual, que te obligue a luchar cada día el doble que las demás personas, simplemente para llevar una vida normal como el resto. Aunque, tal y como suena, para muchas sea el sueño de toda mujer, tiene que ser muy preocupante ver que por mucho que comas, tu cuerpo genere un 0% de grasa y a su vez, agotador el hecho de tener que comer sesenta veces al día (entre 5.000 y 8.000 calorías) para mantenerte con vida, sin bajar de los escasos 29 kilos. Debe resultar muy muy duro, conectarte un día a you tube y ver un video tuyo, 8 segundos de un primer plano de tu rostro que tantas miradas de temor y lástima suscitan, sin sonido y que haya sido colgado por tus compañeros de clase, en el que se lean comentarios como “Hazle un favor al mundo y pégate un tiro”.
Un físico con ciertas similitudes a las personas que padecen progeria, comer cada 15 minutos para sobrevivir, crueles actos de bulling… Cualquier persona se hubiera rendido ante todas esas dificultades, se hubiese pegado un tiro tal y como le pedían, pero para Lizzie Velasquez, todos esos aspectos de su vida que pueden ser aparentemente negativos, son el potencial que ha necesitado para ganar en fortaleza, seguridad y ganas de comerse el mundo. A raíz de ese vídeo colgado en la red por sus compañeros, con claros fines perversos, ella pasó a ser calificada como “la mujer más fea del mundo”. Pero ahora, con 24 años, y demostrando que puede se mucho más grande de lo que aparenta su pequeño cuerpo, ha conseguido pasar por encima de ese cruel “título” y hacer lo que realmente quería hacer con su vida: es una escritora reconocida con tres libros publicados y se ha convertido en una oradora motivacional que ayuda a muchas personas a través de sus conferencias y, según Lizzie, esto es lo que la define como persona, no su apariencia física.
Todos somos conscientes de que vivimos en una sociedad que se deja llevar por las apariencias, que se acepta la belleza exterior y se desplaza a personas que son consideradas diferentes, nos hemos olvidado de utilizar de vez en cuando la empatía, ese ejerecicio de intentar ponerse en el lugar del otro y comprenderle, acabando por hacer, reír y encubrir actos crueles y por ridiculizar al débil. Pero lo que no sabían los compañeros de secundaria de Lizzie, es que sus burlas las utilizó ella, les dio la vuelta y las convirtió en el eje de su filosofía de vida, le hizo más fuerte, y eso es lo que ella explica en su Conferencia de Ted Ex Austin Women, que se puede ver en el siguiente enlace: http://www.youtube.com/watch?v=j1sI2elU65U.
En esos casi 15 minutos de video ella recordó con tristeza a la vez que contó la enorme ayuda moral que recibió de parte de sus padres. Yo lo he visto y no he podido evitar que me toque la vena sensible, me ha parecido una historia, al principio triste e injusta, pero conforme veía que ésta chica hablaba con esa confianza y determinación, me ha convencido de que no hay que menospreciar al que aparentemente es débil y que la belleza no está definida. ¿Cómo se le puede calificar a una persona como “la mujer más fea del mundo”, cuando todo lo que hace y todo lo que dice no son más que diferentes manifestaciones de belleza?
Quien no haya tenido ocasión, que no deje de oír y ver la conferencia de Lizzie Velasquez, un claro ejemplo de aceptación personal y una lección sobre la verdadera belleza. Puede que sus palabras hagan cambiar y replantearse las crueldades de algunas personas y que ayuden a fortalecer la autoestima de mucha gente, incluso la de algunas chicas que aparentan mucha seguridad pero que detrás de su bonita fachada se esconden también complejos e inseguridades.
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