Indignación, eso es lo que he
sentido en las últimas horas. Voy a ser un poco más concreta, porque
últimamente, tal y como están las cosas, una puede sentirse indignada ya por
cualquier cosa.
A ver, vayamos por partes, en esta
semana que termina, leyendo el blog de Nuria Roca Los tacones de Olivia, el cual suelo visitar muy a menudo, se me
encogieron las tripas y se produjo una combustión de rabia y repugnancia dentro
de mí, al encontrarme con un post
tan sobrecogedor: “Una agresión sexual cada
hora y media” (http://lostaconesdeolivia.es/?p=9504),
dejo el enlace para quien le interese ojearlo. En dicho post, la presentadora
denunciaba el caso de una joven de 17 años que, tras conocer a un chico de 20 a
través de Facebook, ésta quedó con él, por lo visto bebió mucho y, aprovechando
el estado de embriaguez de ella, él abusó sexualmente de la joven, sin que ésta
pudiera oponer resistencia, debido a los efectos que el alcohol había causado
en ella.
Por supuesto, posteriormente hubo una denuncia, pero de nada sirvió,
porque el chico fue puesto en seguida en libertad. Y la chica, unos días
después, se suicidó, probablemente porque fue incapaz de soportar toda la
presión que se cernía sobre ella.
Sentí mucha impotencia, pena y
rabia por la suerte que había corrido esta pobre chica. Y es que es cierto, en
muchas ocasiones no se toman en serio estas denuncias, se da por sentado que,
por tratarse de un novio o de un chico al que la víctima ha conocido por internet, las
relaciones son consentidas sí o sí, y a la que sostiene que no es así, se le
trata de mentirosa de primeras, y tiene que defenderse y demostrar, con pruebas
muy sólidas, que ella dice la verdad y es
la que ha sido agraviada. Es un camino muy tortuoso en el que muchas terminan
abandonando la lucha e incluso, acabando con su vida, como en el caso que comenta
Nuria Roca en su blog, movidas por la desesperación y la vergüenza.
Es algo indignante, que a mí por
lo menos, me hace plantearme la validez de todo el sistema judicial, cuando las
víctimas son las que tienen que demostrar que realmente han sido víctimas y al
acusado, por el trato que se le da, solo falta hacerle una reverencia al pasar
por dependencias judiciales.
Pero claro, es que la cosa tiene
narices. Aquí hay grandes señoras vinculadas a la abogacía, asociaciones y
otros grupos, denunciando cada día iniquidades como ésta, intentando que a las
mujeres maltratadas se les escuche, se les proteja y, sobre todo, se les haga
justicia. Y de repente, todo se desmorona cuando vuelves a abrir el periódico y
te encuentras con titulares como éste: “La
joven que denunció la violación en Málaga reconoce ante la jueza que se la
inventó” (20minutos). Al parecer, en este caso una chica tuvo relaciones
consentidas con varios jóvenes, pero quiso denunciar, por miedo a que se
difundiera un vídeo que le grabaron mientras practicaba sexo con ellos. El
vídeo desvelaba que no existía tal agresión, pero como no estaba completo, solo
se consideró una prueba parcial, algo a favor para la entonces agredida. Pero
un selfie de la chica y los jóvenes
en el momento de la presunta violación, como las declaraciones de otros
testigos, incluida una amiga de la denunciante, desmintieron el relato de la
joven, que tuvo que retractarse de su acusación. Ahora se han cambiado las
tornas, esta chica ha mentido, ha acusado falsamente y ha pasado de ser víctima
a imputada, por hacer una denuncia falsa. La otra cara de la moneda en este
tema.
Me parece muy injusto que haya
tantas mujeres aguantando sin obtener respuesta, que han sufrido verdaderos
abusos sexuales y no tengan medios con los que demostrarlo, siendo
cuestionadas, o sí los tengan pero el proceso para hacer justicia sea lento.
Pero el hecho de que una mujer, que por desgracia de estas hay muchas, sabiendo cómo están las cosas con respecto a
estos temas y lo delicada que es la cuestión en torno a los abusos sexuales, se
atreva a utilizar este delito para su provecho personal, se ría con su actitud de
las mujeres que lo han sufrido y tire por tierra el trabajo que tantas otras
llevan a cabo para que el delito de violación sea castigado justamente y las
denuncias no sean en vano, me parece totalmente vergonzoso e indigno, además de
que le esté haciendo un flaco favor a las víctimas que sufren de verdad.
Si una mujer mantiene relaciones
sexuales consentidas, por pasar un rato agradable, con uno o más hombres, con
grabaciones y selfies o sin ellos, y
después se da cuenta de que ha sido un error, que asuma su traspié de la forma
más digna posible, pero que nunca frivolice con un tema como el abuso sexual,
que hay muchas víctimas que pueden salir perjudicadas y su credibilidad está en juego cuando se ven salpicadas por denuncias falsas.
Bien dicho! La persona que sufra abusos debe denunciar y que la justicia actúe con todo su peso y que no sientan vergüenza porque los únicos que deben sentirse así es la escoria que los comete. Y por favor, padres y madres, demos una educación sexual a nuestros hijos que se base siempre en el respeto y el deseo mutuo.
ResponderEliminarSí, desde un primer momento hay que enseñar a los chavales a vivir y disfrutar su sexualidad de una forma sana y prevenirlos de los riesgos y de todo lo que se pueden encontrar en las redes sociales, cuando ya empiecen a hacer uso de ellas. Gracias por tu comentario, espero que muchos padres compartan tu opinión, desde tu visión como madre, porque a veces muchos evitan tratar el tema de la educación sexual con sus hijos por vergüenza o por no considerarlo correcto.
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