jueves, 25 de septiembre de 2014

Demasiado joven para casarse

Hoy toca ponerse al día con las ofertas culturales que se nos ofrece. Concretamente me he quedado con una, la exposición fotográfica “Demasiado joven para casarse”, que se puede visitar, si no recuerdo mal, en el Congreso de los Diputados hasta el 3 de Octubre. A mí Madrid me pilla un poco lejos, pero me parece un tema interesantísimo que no quería dejar de compartir y difundir, para quién sí que pueda aprovechar una visita a la exposición.


Accediendo a la web de National Geographic:
http://www.nationalgeographic.com.es/2011/06/01/xxxxesposas.html, se puede ver parte de este reportaje fotográfico. Imágenes, entre otras, de niñas de 11 años vestidas de mujer, junto a sus maridos que les cuadriplican la edad; preadolescentes con dos hijos ya a su cargo y, a causa de su precoz maternidad, unos serios problemas en sus órganos reproductores, chiquillas que se dirigen sollozando a la ceremonia de su boda, mientras la familia la pasea como una virgen a un sacrificio…Y es que, hay imágenes que por sí solas nos pueden parecer surrealistas, pero nada más lejos de la realidad, son cosas que pasan y en cifras lamentablemente altas, a pesar de que se intente ocultar.
La exposición, tal y como informa Plataforma de Infancia en su web, “es una iniciativa del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que ha sido encargada a National Geographic y ha sido presentada en varias capitales del mundo con el objetivo de encaminar a la sensibilización de la opinión pública frente al matrimonio infantil, una práctica contraria a los derechos humanos. La muestra está compuesta por treinta y cuatro fotografías que relatan casos concretos de niñas que han sido forzadas a contraer matrimonio en diversas regiones del mundo”. Además añade que “la práctica del matrimonio infantil es común en más de 50 países en desarrollo en todo el mundo y no es un fenómeno exclusivo de ninguna religión o sociedad en particular. En la mayoría de las ocasiones tiene como objetivo remover a las niñas de la escuela. Por esta razón, la educación es el principal factor de protección contra el matrimonio infantil. Las niñas no quieren ser novias menores de edad”.

Me parece una aberración, algo muy sucio, que a niñas con edades desde los 6 años, se les case con hombres maduros, sabiéndose que es totalmente ilegal, y todo por continuar con esos arcaicos acuerdos entre familias, que se arreglan poniendo como moneda de cambio a una pobre niña inocente.
Espero que esta exposición llegue a mucha gente, que cada vez más personas conozcan estas atrocidades y se haga algo por frenar esta locura, porque para mí, esto no es ni tradición, ni práctica cultural, ni nada parecido. El obligar a niñas a casarse con vejestorios, cuando deberían estar viviendo una infancia feliz e inocente, es algo asqueroso, repugnante, inhumano y un montón de calificativos monstruosos que se me pasan por la cabeza.

Hay veces que necesitamos una imagen bien clara y real, para creernos lo que ocurre en este mundo. Ojala las fotografías recopiladas en “Demasiado joven para casarse”, no solo sea una oferta cultural pasajera para gente curiosa y lleguen a muchos ojos, provocando esa sensibilización que tanta falta hace, para que  se consiga frenar, o al  menos reducir todo esto.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Indignación

Indignación, eso es lo que he sentido en las últimas horas. Voy a ser un poco más concreta, porque últimamente, tal y como están las cosas, una puede sentirse indignada ya por cualquier cosa.
A ver, vayamos por partes, en esta semana que termina, leyendo el blog de Nuria Roca Los tacones de Olivia, el cual suelo visitar muy a menudo, se me encogieron las tripas y se produjo una combustión de rabia y repugnancia dentro de mí, al encontrarme con un post 
tan sobrecogedor: “Una agresión sexual cada hora y media” (http://lostaconesdeolivia.es/?p=9504), dejo el enlace para quien le interese ojearlo. En dicho post, la presentadora denunciaba el caso de una joven de 17 años que, tras conocer a un chico de 20 a través de Facebook, ésta quedó con él, por lo visto bebió mucho y, aprovechando el estado de embriaguez de ella, él abusó sexualmente de la joven, sin que ésta pudiera oponer resistencia, debido a los efectos que el alcohol había causado en ella.
Por supuesto, posteriormente hubo una denuncia, pero de nada sirvió, porque el chico fue puesto en seguida en libertad. Y la chica, unos días después, se suicidó, probablemente porque fue incapaz de soportar toda la presión que se cernía sobre ella.
Sentí mucha impotencia, pena y rabia por la suerte que había corrido esta pobre chica. Y es que es cierto, en muchas ocasiones no se toman en serio estas denuncias, se da por sentado que, por tratarse de un novio o de un chico al que la víctima ha conocido por internet, las relaciones son consentidas sí o sí, y a la que sostiene que no es así, se le trata de mentirosa de primeras, y tiene que defenderse y demostrar, con pruebas muy sólidas, que ella dice la verdad y es la que ha sido agraviada. Es un camino muy tortuoso en el que muchas terminan abandonando la lucha e incluso, acabando con su vida, como en el caso que comenta Nuria Roca en su blog, movidas por la desesperación y la vergüenza.
Es algo indignante, que a mí por lo menos, me hace plantearme la validez de todo el sistema judicial, cuando las víctimas son las que tienen que demostrar que realmente han sido víctimas y al acusado, por el trato que se le da, solo falta hacerle una reverencia al pasar por dependencias judiciales.
Pero claro, es que la cosa tiene narices. Aquí hay grandes señoras vinculadas a la abogacía, asociaciones y otros grupos, denunciando cada día iniquidades como ésta, intentando que a las mujeres maltratadas se les escuche, se les proteja y, sobre todo, se les haga justicia. Y de repente, todo se desmorona cuando vuelves a abrir el periódico y te encuentras con titulares como éste: “La joven que denunció la violación en Málaga reconoce ante la jueza que se la inventó” (20minutos). Al parecer, en este caso una chica tuvo relaciones consentidas con varios jóvenes, pero quiso denunciar, por miedo a que se difundiera un vídeo que le grabaron mientras practicaba sexo con ellos. El vídeo desvelaba que no existía tal agresión, pero como no estaba completo, solo se consideró una prueba parcial, algo a favor para la entonces agredida. Pero un selfie de la chica y los jóvenes en el momento de la presunta violación, como las declaraciones de otros testigos, incluida una amiga de la denunciante, desmintieron el relato de la joven, que tuvo que retractarse de su acusación. Ahora se han cambiado las tornas, esta chica ha mentido, ha acusado falsamente y ha pasado de ser víctima a imputada, por hacer una denuncia falsa. La otra cara de la moneda en este tema.

Me parece muy injusto que haya tantas mujeres aguantando sin obtener respuesta, que han sufrido verdaderos abusos sexuales y no tengan medios con los que demostrarlo, siendo cuestionadas, o sí los tengan pero el proceso para hacer justicia sea lento. Pero el hecho de que una mujer, que por desgracia de estas hay muchas, sabiendo cómo están las cosas con respecto a estos temas y lo delicada que es la cuestión en torno a los abusos sexuales, se atreva a utilizar este delito para su provecho personal, se ría con su actitud de las mujeres que lo han sufrido y tire por tierra el trabajo que tantas otras llevan a cabo para que el delito de violación sea castigado justamente y las denuncias no sean en vano, me parece totalmente vergonzoso e indigno, además de que le esté haciendo un flaco favor a las víctimas que sufren de verdad.

Si una mujer mantiene relaciones sexuales consentidas, por pasar un rato agradable, con uno o más hombres, con grabaciones y selfies o sin ellos, y después se da cuenta de que ha sido un error, que asuma su traspié de la forma más digna posible, pero que nunca frivolice con un tema como el abuso sexual, que hay muchas víctimas que pueden salir perjudicadas y su credibilidad está en juego cuando se ven salpicadas por denuncias falsas.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Dicen por ahí...

Siempre me pasa igual: cuando ya tengo pensado un próximo tema sobre el que poder escribir, de repente se me cruza otro por mi mente, no intencionadamente, sino más bien por algo que he leído, me han contado o, como en este caso,  algo de lo que he sido testigo recientemente. Esta vez me he desviado un poco de los temas principalmente femeninos, que es de lo que suelo y procuro escribir y me he adentrado en el mundo de los rumores, el cotilleo, el chismorreo… que  es algo que tod@s hemos vivido en nuestras propias carnes y, por qué no, en muchas ocasiones ayudamos a alimentar con nuestras “sabias” aportaciones.

Y cómo no, si el cotilleo es el deporte nacional en nuestro país, al igual que en el caso del futbol, en esto del critiqueo gratuito  y soltar perlas de otros, hay diferentes niveles y categorías, según el número de seguidores y de alcance que pueda conseguir el chismoso profesional, pero yo los he querido diferenciar básicamente en dos niveles.
Los cotillas de segunda, que es donde me incluyo yo, si tenemos que ponernos a la faena en esto de rumorear, preferimos hacerlo en campo cerrado y en la intimidad con los amigos de confianza, con los que sabes que la conversación se va a quedar ahí, entre las tazas de café vacías. Porque el chismorreo, si no traspasa paredes evitando afectar a la vida de nadie, y no alcanza los grados de crueldad y vejación, puede ser entretenido ¡e incluso constructivo! Puedes poner verde a tu jefe con una compañera de trabajo para desahogarte o puedes comentar con una amiga lo mal que le sienta el nuevo color del pelo a Fulanita por aburrimiento, pasas el rato y punto, pero sin maldad.
Pero luego están los cotillas de primera división, y estos sí que saben a lo que van, y van a hacer daño. Mira que en esto del “marujeo“ siempre hemos destacado nosotras, las mujeres, porque según ellos todas somos “unas arpías que nos tiramos mierda las unas a las otras y somos malas, todas” (palabras textuales de mi hermano). Pero por lo que he comprobado, yo que me he visto como objeto del cotilleo cruel y también he sido testigo de cómo lo han sufrido personas cercanas a mí, puedo decir que a la hora de vomitar chismes y despellejar a personas con intención de hacer daño, aquí no hay distinción de sexos. Los chismosos de primera división (ellos y ellas) ya juegan en otro nivel y con otras herramientas más sofisticadas, pero a su vez son los que nunca dan la cara ni asumen el contenido de sus rumores. Estos cotillas deben tener una gran facilidad para calar a la gente, porque cuando tienen que sembrar su semilla de veneno, saben exactamente a qué persona contarle el chisme para que se extienda como una bomba expansiva, un chisme que, puede que sea cierto o puede que no, no se molestan en verificarlo, la intención es que se sepa y cuanto más mejor.  

Además, los cotillas de primera división lo tienen cada vez más fácil con el internet y las redes sociales: cuelgan el bulo en la red con nombre anónimo y que la pelota cada vez se haga más grande, la mierda salpicará a unos cuantos, pero el astuto cotilla ya estará bien lejos. Este es uno de los problemas de internet, que cualquiera tiene licencia de publicar rumores y mentiras que afectan a otras personas, sin haberse molestado en asegurarse si era cierto o no. Los chats que podemos encontrar en diferentes blogs y redes sociales pueden llegar a ser destructivos y peligrosamente nocivos para la autoestima de alguien y para las relaciones entre las personas. Porque no deja de ser un total acto de persecución social.
Está clarísimo que siempre vendrá alguien a contarnos algo sobre gente que conocemos, eso siempre ha sido así, es y será, pero después de esta explicación de las dos clases de cotillas que andan por el mundo, la diferencia de estas situaciones se encuentra, sin lugar a dudas, en la intención. También los receptores del rumor malintencionado somos responsables y tenemos que saber hacer un buen placaje de éste, para que no se extienda más, porque ya lo dice el refranero: “El chismoso escucha una pequeña brisa y la convierte en un ciclón” o “No todos repiten los chismes que oyen, otros los mejoran”, evitémoslo.
Pero, ¿cómo lo evitamos? No quería ponerme filosófica, pero no me lo he podido impedir y llevar ahora puestas las gafas de pasta ayuda mucho a crecerme y me hace sentir intelectual y cooltureta... Bueno, en realidad no encontraba mejor forma para explicarlo y he buscado en internet la solución. ¿Quién no conoce a Sócrates (de oídas, al menos)? En el diálogo de éste señor, conocido como “El triple filtro”, podemos encontrar la respuesta para saber actuar ante los cotillas de primera división (los de segunda somos inofensivos), ahí va la versión resumida:

“Un conocido se acercó a Sócrates para contarle algo sobre uno de sus amigos, pero Sócrates antes de escucharlo, decidió hacerle un pequeño examen, el examen del triple filtro. Socrátes decidió filtrar lo que aquel conocido iba a contarle de su amigo por tres filtros diferentes: el filtro de la verdad, el filtro de la bondad y el filtro de la utilidad. Por lo tanto, le hizo tres preguntas relacionadas con cada uno de los filtros: 
-¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto? (Filtro de la verdad)
-¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo? (Filtro de la bondad)
-¿Será útil para mí lo que vas a decirme de mi amigo? (Filtro de la utilidad)
Después de que el conocido admitiera que no estaba seguro de si era verdad aquello que iba a contarle, que tampoco era bueno y no le sería útil, Sócrates concluyó que ¿por qué decírselo entonces?”

En fin, una estrategia útil a llevar a cabo ante un chisme, crítica o rumor, sería aplicar este triple filtro. No solo cuando recibamos un comentario sino también a la hora de querer contarlo nosotros podemos ponerlo en práctica, aunque puede que no sea fácil de primeras. Pero puede ser que así nos ahorremos satisfacer a quienes quieren hacer daño, no malgastemos energía con momentos de ira y evitemos el sufrimiento de muchas personas.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Bimba al desnudo y sin complejos

Iba a publicar otra cosa que tenía ya preparada, pero esta noticia no la podía dejar pasar por alto, no solo por su impacto sino por su calidad humana.
Todas conocemos a la modelo, cantante, DJ… en fin, artista polifacética, Bimba Bosé. No es de extrañara viniendo de la familia de la que viene, en la que se ha practicado todo tipo de estilos artísticos. La musa del excéntrico diseñador David Delfín siempre ha sido conocida por su peculiaridad, no solo a la hora de elegir sus estilismos sino por muchas facetas suyas en general. Puede que no sea una modelo perfecta y que nunca aspire a desfilar para Victoria`s Secret, pero es una auténtica transgresora de la moda, capaz de convertir la belleza andrógina en un arte y todo un sello de identidad y para eso no vale cualquier “angelito”.

Pero Bimba esta vez no está en boca de todos por nada referente a la moda o la publicidad, bueno en cierto modo sí. A ella le gusta colaborar y formar parte de proyectos novedosos, por eso no es raro que haya amadrinado a la nueva revista de moda Vein Magazine, protagonizando la portada de su primera publicación. La noticia ha corrido como la pólvora y se ha convertido en un viral de las redes sociales y de internet en general, porque la polifacética modelo española ha posado mostrando las secuelas de su mastectomía.
Pongo en antecedentes a quien no lo sepa: como le ocurre cada día a tantas otras mujeres anónimas, Bimba Bosé fue intervenida por un cáncer de mama el pasado mes de Abril, por suerte todo salió bastante bien, a pesar de los riesgos que podrían haber y por ahora continúa con un tratamiento de quimioterapia como procedimiento complementario. Aún así, apenas ha cancelado eventos de su vida profesional y social, continuando con su apretada agenda y cinco meses después de la intervención médica, deja sus complejos a un lado y no teme mostrar al mundo su único pecho y la cicatriz que le sirve como recordatorio de la terrible experiencia que supone pasar por una enfermedad como ésta.
Y, ¿qué decir ante esto? Pues que puede que le falte un pecho, pero con ésta portada ha demostrado que tiene un par de ovarios  y con eso creo que tiene más que de sobra y que a su lado las FEMEN son unas aficionadas en esto de enseñar los atributos. Ante todo, con eso no menosprecio para nada la valentía que demuestran todas esas mujeres que cada día luchan por combatir el cáncer de mama, pero cada uno lucha con las armas que tiene y con las que mejor se le dan y Bimba ha utilizado su imagen, mutilada pero igual de bella, extravagante y original que siempre, para recordar a la gente que el problema del cáncer de mama está ahí todos los días, no solamente el Día Mundial de esta enfermedad, que es cuando parece que se acuerda todo el mundo.

Tal vez esta sea la mejor publicidad que pueda recibir esta nueva revista y que la imagen de portada de Bimba Bosé ayude mucho en sus ventas, pero más allá del márketing, quedémonos con el mensaje gráfico que nos manda la modelo, su manera de alentar y transmitir valor y esperanza a aquellas que se encuentran en plena batalla contra el cáncer.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Lo post vacacional irradia negatividad

¡Hola amig@s mi@s! Seguro que en toda esta semana va a haber más de uno con una depresión de caballo: ha empezado septiembre y este mes se asocia con el final de esas vacaciones que tan disfrutadas han sido durante agosto… ¡empieza el arduo proceso del síndrome post vacacional!
Y mucha gente pensará, “Y ésta, ¿por qué tanto entusiasmo y tanta exclamación, si lo normal sería que estuviera escribiendo con el “modo insípido” activado, o simplemente no tener ganas ni de escribir?”. Ay amig@s mi@s, lo que ocurre es que ya escribo desde otra óptica, a diferencia de muchos, yo he sido de esos pocos pringados que han tenido sus días de descanso en julio (por imposición) y al llegar agosto me he encontrado con todos mis amigos de vacaciones y haciendo planes, mientras yo me mordía las uñas de envidia y, sobre todo al principio, me invadía una sensación de desgana y aburrimiento por ir a trabajar que me duraba hasta la noche de esa jornada y comenzaba otra vez al día siguiente. Supongo que pasé mi particular depresión post vacacional.

Depresión post vacacional, estrés post vacacional… ¡joder si es que la palabra post vacacional no trae nada bueno ni intentándolo! Todo es negatividad: ansiedad, presión, readaptación forzada, vuelta a los horarios matadores, retomar ese estilo de vida tan estresante y con esa sensación de ir a mil por hora, reencuentros indeseados con el jefe y algún compañero cabrón…
Pero como en casi todo, hay un perfil de personas que con mayor frecuencia presentan estrés post vacaciona: generalmente son aquellas personas que toman pocos días  libres, las que retornan de modo abrupto al trabajo, las que tuvieron un año crítico por diversos motivos o las que sufrieron pérdidas importantes en este último periodo o simplemente aquellas que no logran descansar, como es el caso de muchas mujeres con hijos muy pequeños.
 Y es que, ¿Qué ama de casa con trabajo remunerado o no consigue tener unas
vacaciones como Dios manda? Durante el año tienen que sacar una casa y la educación de unos hijos adelante y si a eso se le suma la  jornada laboral, es para morirse. Y claro, cuando llegan las “idílicas” vacaciones familiares, que suelen ser en un camping, la casa del pueblo o algo por el estilo para que dé juego con los críos, el factor estresante sigue estando ahí: tareas domésticas y gritos de niños. Así no descansa nadie. Creo que las amas de casa son las que más sufren en silencio este síndrome, las más perjudicadas y a las que más difíciles de detectar a veces, digamos que se lo callan porque, a diferencia del trabajo remunerado, una no puede pedirse una excedencia en casa.
Luego las grandes empresas intentan solucionarlo con sus fantásticos artículos para coleccionar en fascículos: monta tu propia maqueta de un Boeing 747, colecciona dedales de porcelana, figuritas en miniatura, sellos, monedas antiguas y gilipolleces varias, aprende a hacer ganchillo o a pintar al óleo fácilmente… Una piensa, “Venga, voy a empezar a montar una casita de muñecas, así me será más fácil afrontar este mes y a lo mejor consigo hacer algo creativo”. El primer fascículo sale tirado de precio, así te enganchan, el segundo y tercero lo vas comprando y con el cuarto ya has mandado ese proyecto creativo a la mierda, porque faltan piezas, las que hay no encajan y si no tiras la puñetera maqueta a la basura acabarás cometiendo un asesinato.
Pues sí, parece ser que todo lo que tiene que ver con el final del verano y la vuelta al trabajo está abocado al desastre y al desespero. Incluso el regreso a la rutina de septiembre está asociado al alto número de divorcios que se producen, en comparación con el resto del año, un tema del que hablé precisamente el año pasado por estas fechas: 
A pesar de todo esto, no todo tiene porqué ser una mierda, hablando en plata. Para muchas personas el regreso a la rutina es algo casi necesario para sus vidas, los colegios abren sus puertas dando cabida a los niños y sus insoportables gritos, la programación de la TV vuelve a ser interesante y regresan las series a las que estamos enganchados, el estrés playero y las operaciones salida llegan a su fin y ya comenzamos a divisar los momentos de sofá y manta… En fin, que si lo miramos bien, no tiene porqué ser malo… o puede ser solo una manera de autoconvencerme para no caer en el desespero o en la temible depresión post vacacional, otra vez.
Sea como sea, que cada cual afronte septiembre del mejor modo que pueda, como ya he dicho, yo sobreviví a agosto, ¡que fue peor con diferencia!