miércoles, 8 de enero de 2014

La lista de propósitos

Ya estamos entrando en un nuevo año, otra vez, y como es habitual, el comienzo del ciclo de 365 días supone un “empezar de cero”, como una nueva oportunidad, borrón y cuenta nueva vamos. Todo lo que ha quedado pendiente o ha salido mal durante el año anterior ya es historia, porque para muchas personas, el 1 de enero es como parar una película y ponerla otra vez en el menú de inicio.
Por eso, nos encontramos ante la etapa de los propósitos. Los propósitos son eso, intenciones que se hacen al comenzar el año para tener una vida mejor. La puesta en práctica de esos propósitos suelen durar los tres primeros meses o simplemente no llegan a llevarse a cabo. Pero así somos, nos aferramos a que si no lo conseguimos, siempre podemos volver a intentarlo en el 2014, o sino en el 2015 o 2016. Entre las buenas intenciones y propósitos más habituales entre las mujeres se encuentran, como no, dejar de fumar, perder unos cuantos kilos, apuntarse al gimnasio, comer sano y ahorrar más. Luego existen otros no tan habituales pero que también muchas desean cumplir: encontrar pareja (aunque esto no depende de nosotras), viajar al extranjero (eso tampoco depende de nosotras, sino de nuestro poder adquisitivo), aprender un idioma o ser más solidaria. Cada una puede programar el propósito que más quiera pero, ¿por qué tiene que ser a partir del 1 de enero? ¿Es que si nos los planteamos a mitad de año ya no se consideran propósitos dignos de alcanzar? Como hemos dicho, los propósitos son intenciones y las intenciones no es necesario que tengan un fin (a veces ni siquiera llegan a tener un principio). El fallo de los propósitos, de que no se lleguen a cumplir, es que para empezar, no los deberíamos considerar propósitos en sí, sino deseos.
Cuando yo desee realmente dejarme de fumar o comer más sano, realmente lo haré y consecuentemente, lo conseguiré; y de ahí surge el segundo fallo, que es poner una fecha de inicio: “propósitos para el año nuevo”, ¡cuánta presión! Mejor empezaré una dieta cuando yo quiera, que para eso voy a ser yo quien la haga, ¿no? Pero mientras sigamos considerándolos propósitos, solo veremos obligaciones que nos autoimponemos sin plantearnos si realmente somos capaces o queremos lograr. A pesar de que sea el principio de año… ¡sin presiones! Disfrutemos de un buen menú del McDonald´s, escondamos la báscula en el fondo del armario, fumemos si nos apetece, no esperemos que nos salga una cita interesante en el próximo mes… que cuando se empiecen a cumplir los propósitos, será por el deseo de cumplirlos o por simple inconsciencia, porque cuanto menos le damos vueltas a las cosas, más fáciles se vuelven.

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