martes, 11 de diciembre de 2018

La dolera de Leticia


Digo “dolera” en vez de  “dolor” porque lo primero suscita en mí algo más prolongado, una losa que llevará a cuestas durante mucho tiempo, que le pasará factura, un quebradero de cabeza que parecía que no iba a ir a ninguna parte pero que ahí sigue, llenando titulares de periódicos digitales. Y es que, a Leticia Dolera se le suman dos indicadores para que todo esto de prescindir de una actriz para el rodaje de su serie se le venga encima: considerarse una rotunda defensora del feminismo y que la actriz en cuestión de la que prescindiera estuviera embarazada. Considerarte feminista y despedir a una embarazada de tu empresa o proyecto, lo mires por donde lo mires, no cuela. Y a la opinión pública parece que no le gusta nada.

Prácticamente, coincidiendo con la finalización del rodaje de la serie “Déjate llevar”, la actriz Aina Clotet denunciaba que antes de comenzar la filmación de la serie de la que Leticia Dolera es directora, productora y no sé qué más “ora”, se prescindió de ella tras anunciar que estaba embarazada, que a pesar de todo ella estaba tan comprometida con esa serie que propuso asumir la parte de su sueldo a los costes de producción para disimular ese embarazo y que, aunque le ofrecieron como única solución el asumir un pequeño papel de personaje capitular, evidentemente ella dijo que no. Dolera, ante tales acusaciones de la que podría haber sido su actriz estrella, solo dijo que era imposible adaptar el papel del personaje con el estado de Aina.
La polémica se estaba haciendo tan de bola en la garganta, como la comida que no deja pasar, que Dolera tuvo que publicar un comunicado de dos páginas, explicando los motivos por los que no podía ser eso de tener a una embarazada en el rodaje, asumiendo un papel de una tía delgada y, por lo visto, con mucha escena de sexo que llevar a cabo: retrasar los tiempos de rodaje y, por lo tanto, tener que prescindir de otros actores, los altos costes de producción, el no considerar ético tener trabajando a una actriz sin cobrar (por la solución que proponía Aina de asumir costes)… Son motivos que, si los analizas en frío, como un empresario frío, se puede llegar a entender, es decir, hay cosas que son imposibles las mires por donde las mires, o bien por tiempo, o por  dinero o por daños  a terceros.
Sin embargo, en esta ocasión, las ideas de Dolera se han vuelto contra ella,  porque también resulta muy difícil de entender que una persona, mujer, independiente, emprendedora y comprometida con todas las causas en contra de la discriminación de género, no pueda o no se esfuerce por encontrar una solución que pueda integrar a una mujer embarazada de 4 o 5 meses en un papel protagónico, cuando en otros casos sí se ha hecho; sin ir más lejos, la actriz Mélani Olivares criticaba a Dolera por su pasividad en este tema, ya que ella estuvo rodando hasta los 8 meses de gestación, dando vida a una mujer, ex prostituta, que precisamente no puede tener hijos, disimulándolo para ello con primeros planos, aderezos, supuestos gases del personaje o con el vestuario.
Cuando defiendes con tanta fuerza unos ideales como los feministas, escribes un libro, Morder la manzana, que por cierto yo me he leído y requeté leído y ha supuesto en mí una gran reflexión y replanteamiento de mis ideas con respecto a la mujer y al feminismo en sí, o cuando en el perfil de tus redes sociales te defines como “feminista” y “profesional con una habitación propia”, resulta muy difícil comprender una decisión, por lo menos, tan poco salomónica hacia una de nosotras. Soy blandita en mi veredicto y digo poco salomónica, porque también es cierto que el contrato para trabajar Aina Clotet solo era de palabra, aún no había un compromiso firmado, por lo que Leticia Dolera también se encontraba en su derecho de no seguir adelante con esta actriz si, por ejemplo, hubiese encontrado a otra intérprete que encajara mejor con el personaje, pero digamos que Dolera no lo planteó así, al menos ahí fue sincera y no se inventó algo más políticamente correcto para mandar a la actriz a paseo, exponiendo los motivos reales.
De todos modos, da igual cómo se excuse Dolera, lo mismo tiene las represalias que puedan venir de Aina, poco importa lo que opinemos el resto de mortales, el caso es que, una vez más, se evidencia la clara desigualdad que existe entre hombres y mujeres en cuanto a obtener y conservar un trabajo y, concretamente, se puede observar la certeza de que la mujer embarazada, en lo que se refiere al ámbito laboral, puede que sea la persona más vulnerable y discriminada injustamente de todas. Tan vulnerable y discriminada, que ni teniendo a una “patrona” con ideales feministas le puede salvar de esa discriminación, digan lo que digan.

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