martes, 2 de octubre de 2018

Mi 1 de octubre


Quería comenzar este mes hablando, precisamente, del 1 de Octubre, pero me he retrasado un poquito ya que aún intento conciliar el ser mamá con sacar tiempo para escribir en el blog. De todas formas, no es que haya cambiado ahora la temática del blog y no pretendo ser una polemista más y escribir sobre todo el jaleo que se ha levantado a raíz de lo que sucedió el año pasado con el conflicto catalán y su constante ir y devenir. Qué va, estoy bastante cansadita ya de encontrar cada día en la TV la misma historia; no es que no me preocupe, pero sí me cansa, para qué voy a engañar a nadie, y sobre todo porque es un monotema que quita protagonismo a otros acontecimientos.


Porque seguramente ayer poc@s cayeron en la cuenta de que un 1 de octubre de 1931, aquí en España, se aprobó en las Cortes el derecho al voto de las mujeres y el sufragio universal. Fue un duro camino que comenzó en 1910, cuando se permitió a la mujer acceder a la universidad y poco a poco pudimos ir conquistando espacio. Tan solo tres mujeres ocupaban un escaño en 1931 y entre ellas Clara Campoamor fue, con su discurso inspirador (y en contra de   compañeras políticas como Victoria Kent), la  abanderada y defensora de la ley que otorgó a la mujer la capacidad de hacerse oír en el ámbito político, por una “cuestión de ética”.
Parece mentira que, comparándonos a día de hoy con otros países occidentales, con todo lo dicho, los españoles y españolas no seamos precisamente una nación progresista e innovadora, y eso que nuestra ley de sufragio universal se aprueba antes que en otros países como Canadá, Francia o Bélgica. Pero claro, hubo una Guerra Civil y una dictadura militar por medio que destrozaron todos esos avances, nos hicieron retroceder socialmente, principalmente a las mujeres, que pasamos a ser consideradas propiedad del padre o del marido, y no volvimos a ser tenidas en cuenta en nuestra historia política hasta que la Constitución de 1976 dijo algo así como que “todos los hombres y mujeres somos iguales ante la ley”.
Lo que quiero decir es que ayer se cumplieron 87 años de la aprobación del voto femenino en España, interrumpido por más de treinta años de dictadura, pero aún así fue un logro que hay que recordar. ¿Por qué no dedicamos un día así en celebrar las proezas de pioneras y mujeres valientes como Clara Campoamor en lugar de pelearnos entre ciudadanos de un mismo país, un país que tiene la suerte de albergar tantas culturas juntas?
Guarden las esteladas y enseñen el venus, por favor.

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