jueves, 11 de octubre de 2018

Jueces y prejuicios


A veces da un poquito de miedo el pensar en quién confiamos la justicia. Platón decía que los únicos seres que se consideraban aptos para gobernar, juzgar y demás acciones que se suceden en una sociedad civilizada eran los filósofos, porque se supone que, como ya conocen todas las cosas “en sí”, no pueden ser corrompidos ni la verdad se les puede distorsionar. Pero creo que Platón, como filósofo en sí, tenía unos pensamientos demasiado  utópicos e idealizados sobre el ser humano.

Es muy difícil, por no decir casi imposible, que una persona pueda conocer la verdad absoluta para hacer la justicia que toca, si encima añadimos las conductas propias de nuestra especie, llenas de prejuicios, malas ideas, negatividad, sátira sobre asuntos serios… todo se vuelve mucho más complicado e injusto.
Hoy en día tenemos, por un lado, jueces que deben mantenerse imparciales durante un proceso judicial para después ofrecer el veredicto más justo ante un caso, tal y como se comprometen a su código de honor, y por otro a fiscales que deben representar y defender… … … … No cuela, ¿verdad?
En los casos de violencia de género todo es mucho más delicado: la inseguridad que siente una mujer de verse desprotegida si denuncia y la posterior decisión de denunciar es un proceso duro, como para encima verse adjetivada y, mucho peor, ridiculizada, como si su maltrato no fuera algo serio, precisamente por esa persona imparcial que debe hacer cumplir la ley y así proteger al ciudadano, son cosas que hacen real que todavía haya un alto porcentaje de mujeres que sufren o han sufrido maltrato, abusos, violaciones…, que prefieren no pasar por un juicio público y quedarse en su casa, en silencio, sin denunciar.
¿Y cuando se cumplen ciertos estereotipos que lo complican todo más? ¿Qué pasa cuando la mujer que denuncia es un personaje público, modelo, actriz o cantante?
María San Juan, me sonaba muchísimo el nombre, luego recordé que cuando yo era más cría y ojeaba las revistas de las semanas de rebajas de El Corte Inglés, ella era una de las modelos que salían ahí, con diferentes prendas de ropa. Una chica muy mona. Después de mucho tiempo me vuelve a sonar ese nombre porque la TV difunde un vídeo de las grabaciones de la sala (alguien olvidó apagar la cámara) donde se había juzgado la demanda de divorcio de ésta modelo a su ex marido, a quien previamente había denunciado por malos tratos y con quien tenía que establecer el régimen de custodia de los dos hijos de ambos, dos bebés de 10 y 21 meses. En ese vídeo se puede escuchar la conversación del juez con la fiscal, tachando a María San Juan de “bicho” e “hija de puta” y haciendo comentarios como “Verás el disgusto que se va a llevar la María cuando vea que tiene que darle los hijos al padre, estará por la noche en el Sálvame poniéndome de vuelta y media”. Independientemente de las medidas que vaya a tomar esta chica o de cómo se resolviera el tema de la demanda por abuso de malos tratos, es necesario hacer nosotras un juicio (nunca mejor dicho) sobre la capacidad de ciertos jueces para hacer su trabajo sin verse contaminados por ciertos aspectos, en este caso, la popularidad o la profesión de la mujer. Una modelo también puede ser una mujer maltratada, las chicas atractivas y conocidas no están exentas de ser víctimas de violencia de género, ellas no denuncian por una cuestión de frivolidad, pero por lo visto hay personas que creen llamarse profesionales y que no saben separar esos detalles de un hecho en concreto o que se piensan que a las mujeres nos encanta que se nos maltrate y se nos viole (véase al famoso juez y su calificación de “jolgorio” y “ambiente distendido”, ante la violación en grupo de los San Fermines). ¿Qué filtros pasan estas personas para llegar a tener un poder tan importante como decidir si una persona es culpable o inocente?
Vergonzosa es también la actitud de la fiscal, no solo por pertenecer al sistema judicial y no frenar las actitudes del juez, sino porque es mujer al igual que la que es objeto de insultos, y no es capaz de empatizar con ella o simplemente respetarla.
¿Es justo un sistema judicial como este, lleno de jueces con prejuicios y mujeres fiscales que aplauden el machismo?

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