Ayer, veintiséis de abril de
dos mil dieciocho, antes de las 13 horas, me senté frente a mi televisor para
ver y escuchar en directo el fallo del juez en relación al juicio contra la
Manada de los Sanfermines, un juicio que
nos ha tenido a miles de personas indignadas, asqueadas y en vilo durante casi
dos años, desde que estos cinco animales, los cinco lobitos, fueron puestos en
prisión preventiva , después de que una chica apareciera llorando y
desorientada, sentada sola en un banco, en plena madrugada, en la ciudad de
Pamplona.
A lo largo de este tiempo han
ocurrido muchas cosas, se ha desacreditado a la víctima, se le ha puesto un
detective privado para probar su posterior “vida normal” después de la
violación, se ha puesto en entredicho su palabra, cuando hay videos, mensajes
de watsapp y otro caso de otra
víctima de Pozoblanco que corroboran que estas cinco bestias son unos
delincuentes que han atentado contra la libertad y la intimidad de otra
persona, utilizando su fuerza y las circunstancias que rodeaban al momento y a
la víctima. Tod@s conocemos este proceso, no voy a entrar en más detalles.
La verdad es que es todo tan
obvio: es difícil contar con una prueba visual de un delito, y estos imbéciles
la pusieron en bandeja, por eso lo veíamos
tan claro, aunque siempre con el miedo de que puede ser que no sea justo
lo que se decida. Pero miedos remotos.
Cuando el magistrado dijo en
directo que los cinco imputados NO eran culpables de agresión sexual pero sí de
abuso sexual, me quedé algo dubitativa. ¿Es que no viene a ser lo mismo?
Perdonad, pero el lenguaje jurídico y yo somos perfectos desconocidos. Luego
dice que consideran que no existe intimidación ni violencia (de ahí abuso y no
agresión), y yo volvía a preguntarme, “¿entonces cuando abusan sexualmente de ti
no hay intimidación? ¿cómo se come eso?”. Después informa que todo queda en 9
años de prisión y 5 años de libertad vigilada, vale, y ya han cumplido 2 años
con la prisión preventiva, así que si todo sigue así, el año que viene ya
pueden salir con permisos, un poquito más y fuera. Estaba tan en shock, era como que me había pillado
todo esto desprevenida y simplemente me di por informada, una sumisa de la
información. Ya no se puede hacer nada, solo esperar a ver si fiscalía recurre
o qué. Esperar. Ahora me analizo desde fuera y me siento, en otro contexto muy
distinto por supuesto, como la víctima de la manada: escucho, no actúo, dejo
que pase… Porque escuchar una decisión repugnante, al igual que ser objeto de
un acto repugnante, puede producir la misma reacción: parálisis total. No me
creo lo que está pasando, voy a esperar a ver, por si esto no es real. Si
incluso me pronuncié en seguida a través de Facebook y leyéndo un día después
lo que puse no me reconozco, veo que esto lo ha escrito alguien conformista y
sumisa, y yo no soy así:
“Fallo del juicio contra “la manada” de San Fermines:
9 años de prisión por abuso sexual continuado sin violencia + 5 años de
libertad vigilada. No voy a entrar en si es poco o es suficiente, pero espero
que esto se llegue a cumplir y que se trabaje con ellos una adecuada
reinserción `para que no sean un peligro para las mujeres nunca más, y que se
marque un precedente en la violencia machista. Lo que no me cuadra es lo de “sin
violencia”, creía que el abuso sexual de por sí ya implicaba violencia…”
Hasta la última coma, tal cual
lo puse en Facebook. Es cierto que el tema del tiempo no es lo que más me
preocupa: de nada sirve tener a un tío 20 años metido en prisión si no se va a
hacer un adecuado trabajo con él en ese tiempo. ¿Se trabajará con ellos? ¿Se
les va a ofrecer un adecuado programa de reinserción? Lo dudo, ese es el
problema. El problema también es que no se le llama a las cosas por su nombre.
Andaba tan perdida que me puse a leer, a buscar en internet, porque lo vuelvo a
decir, soy una completa ignorante del lenguaje judicial y de las leyes en
general, y pensando “¿Abuso sexual sin intimidación ni agresión? ¿Cómo mierda
se come eso?”, y voilá, hay un abismo
entre violación y abuso sexual, Y este caso se ha quedado en el lado más “flojo”
de ese abismo.
Pronto salí de ese letargo y
reaccioné, ¿cómo que no es violación? Ahora tengo la jerga clara. ¿Me dices que
cinco armarios empotrados metiéndote en un cubículo minúsculo y sacándose los
rabos no intimida? La violación implica penetración, el abuso sexual no… Que me
explique entonces, dónde metieron sus penes estos desgraciados para que no se
considerara violación.
Ayer, todas las mujeres
españolas fuimos objeto de burla y fuimos violadas por el sistema judicial.
Creo que lo hemos sido durante mucho tiempo. Pero el letargo dura un tiempo
hasta que una despierta y ahí lo tienen, la reacción general de millones de
mujeres insultadas y ultrajadas.
Que a nadie se le vuelva a ocurrir
juzgar a una mujer por no “hacer nada”, porque eso no quiere decir que lo vaya
a dejar pasar, la reacción siempre llega y si una sola no puede, juntas somos
imparables.