Imagino que muchas, y por qué
no, muchos, conoceréis las novelas de Jane Austen, ya sea por leerlas
directamente o por ver las versiones cinematográficas que suelen estar bastante
logradas. En general son historias con una gran carga irónica, muy similares
entre ellas y el motivo principal de la protagonista es la pesca del marido
ideal en una sociedad del siglo XVIII, cuyas inquietudes no son tan diferentes
a la de nuestros días.
Y con esto puedo enlazar
perfectamente con el libro que voy a recomendar. Nunca he recomendado una
novela que no he terminado de leer, pero se trata de una historia de la que ya me sé el final,
porque es la versión del siglo XXI de Orgullo
y Prejuicio: Sin Compromiso, de
Curtis Sittenfeld.
¿Os gustó Orgullo y Prejuicio? A mí es una historia que me gusta mucho, por eso, cuando vi este libro en un kiosco de la estación de Atocha, que se presentaba como un Orgullo y Prejuicio al más puro estilo Sexo en Nueva York (una combinación que me encanta), dije “venga va, lo pillo”, porque me llamó la atención y me produjo mucha curiosidad el saber cómo sería Elisabeth Bennet en nuestros tiempos y alejada de la tradicional campiña inglesa para ejercer de escritora para una moderna revista neoyorquina. El caso es que la historia se desarrolla en Cincinnati, ciudad natal de los Bennet, donde se juntan todos los personajes: el pasota señor Bennet, la pesada de la señora Bennet, la dulce Jane y las otras hermanas de Liz, Mary, Kitty y Lydia, el pánfilo Bingley y su arpía hermana Caroline y, por Diooor, cómo no, el aparentemente estúpido, orgulloso y estirado señor Darcy, que ahora es médico en el hospital de Cincinnati .
Las vidas de todos estos
personajes confluyen tal y como sucede en el argumento de la obra de Jane
Austen, solo que se incluye la independencia económica y social de la mujer, sexo,
tratamientos de fertilidad y madres solteras, lesbianismo, poligamia, realities, clubes de campo, embargos y
agencias inmobiliarias, seguros médicos y otros temas y conceptos
contemporáneos.
De momento me encuentro por la
parte en la que Elisabeth ha mandado a paseo a Darcy por entrometerse
negativamente en la relación de su hermana Jane con Bingley, y la verdad es que
me estoy llevando momentos muy entretenidos; vuelves a meterte en los cómicos
argumentos de relaciones y malentendidos de la autora, aunque con un cambio de escenario y de costumbres, por
supuesto: en la obra original no hay encuentros sexuales entre Elisabeth y
Darcy, y menos aún se habla de la posibilidad de que una de sus hermanas sea
lesbiana o que otra se someta a una inseminación artificial.
Bueno, ahí queda: Sin Compromiso.
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