Con el tema este de la cobra
hay para rato… Si alguien lee este post, hay quien piense que voy con efecto
retardado, porque si el concierto de O.T.
El reencuentro fue el lunes por la noche, la madrugada del martes ya
estaban circulando tweets, memes, posts y demás para defender y ridiculizar a
la pobre Chenoa a partes iguales. Pero es que a mí me gusta tomarme mi tiempo
para analizar todas las reacciones y opiniones. No voy a poneros en situación
porque creo que todos (aunque alguien no pertenezca a esa maravillosa
generación en la que vivimos nuestra loca adolescencia pegados a la tele
mirando Operación Triunfo) conocemos
la historia de amor que surgió entre Bisbal y Chenoa dentro de la Academia, sus
felices días de éxito juntos posteriores y el trágico momento chándal de
ella, llorando en la puerta de su casa y pidiendo respeto, que captó todas las
cámaras del país cuando él la dejó por una pija de Miami con los morros
operados. Qué años aquellos… Creo que muchas nos sentíamos identificadas
porque, ¿quién no ha sufrido un mal de amores trágico e intenso? Más intenso si
encima somos de l@s que descubrimos el primer amor al mismo tiempo que éramos
espectadores de O.T. o formatos similares que, con las vidas
cotidianas de los concursantes entre cámaras vendiéndose con tanta intensidad, volvían
más intensas también las nuestras. Sí, yo creo que INTENSO fue el adjetivo para
definir la proyección en nosotros del mal de amores de Chenoa.
Y ahora, que parecía que todo
lo de la mediática ruptura (porque si ya jodía que todo el instituto te tuviera
pena porque te deja el novio, imaginemos dar pena a toda España…) y lo del chándal
estaba, no olvidado pero sí silenciado, a alguien de la tele se le ocurre
juntar a todos los concursantes de la primera edición de O.T., sabiéndose que todo el mundo iba a estar más pendientes de
las reacciones de los ex Chenoa y Bisbal que del resto y encima, para el concierto de cierre y despedida
del reencuentro ponen a cantar a la parejita el tema Escondidos con el que surgió la relación. Mucha tela que soportar,
si a mí me ponen a trabajar compartiendo el espacio con un ex sería algo
muuuuuy incómodo, no quiero pensar el tener que cantar una canción con
sentimiento. INTENSO. Pero que durante la actuación del concierto surja de
nuevo esa complicidad que o la tienes o no la tienes, y después de un fuerte
abrazo, que en una milésima de segundo, un mal enfoque, un movimiento de cabeza
mal interpretado, todo se centre en que “Chenoa intentó besar a Bisbal y él le
hizo la cobra”, es para que una mande a la mierda definitivamente a todo el mundo.
Como todos saben, el
hecho de que te hagan la cobra es humillante y para quien padece ese plantón
demasiado es cargar con eso, pero creo que jode aún más que el público que
presencie la cobra vaya más allá de las miradas de una discoteca o un parque y
sea en un Palau Sant Jordi abarrotado con la posterior difusión. Que la cobra
te la haga un ex, ni te cuento, porque te convierte en la chica que no ha
superado la ruptura después de tantos años. Pero qué putada cuando todo ha sido
solo un error de movimiento… ¿Sabéis eso de que cuando vamos caminando por la acera
y nos encontramos con alguien de frente y para no chocarnos tendemos a
desplazarnos a un lado y resulta que la otra persona pretende hacer lo mismo,
pero lo que ocurre es que toma la misma dirección y durante un rato parece que
estemos jugando al pilla-pilla? Eso es un error de movimiento. ¿Y cuándo vamos
a darnos dos besos con un amigo y sin querer casi acabamos dándonos un pico?
Error de movimiento. ¿Os habéis encontrado alguna vez en esa típica y cotidiana
situación de cantar con un ex novio ante un millar de morbosos ojos, con los
nervios que el sentimiento y el saberse observada conllevan y tras un abrazo
que no está estipulado cuánto tiene que durar y si tras éste hay que darse un
casto besito en la cara, tú piensas que ahora tocan dos besos y él opina que ya
se ha acabado tanta carantoña, actuáis de ese modo y… ¡zas! ¡Parece que ha
habido cobraaa!? Qué cosas, por favor.
Luego están todos esos memes
burlones que, bueno, son de esperar. Pero creo que las bromas se llevan mejor,
lo peor es dar pena y que un ejército de expertas en desplantes y abandonos te
quiera “representar” con un #TodasSomosChenoa, qué vergüenza, ¿no? ¿Quién os ha
pedido vuestro apoyo? Si a veces es mejor callar y dejarlo pasar. Menos mal que
luego te encuentras a otro grupo de observadores que piensa distinto a los
burlones y las penosas. Por ejemplo, en la publicación de Imperfectas.com
prefieren utilizar el hastag #NoTodosSomosChenoas
porque (y cito palabras textuales) “No
tod@s tendríamos los ovarios –o los cojones- de hacer lo que ella ha hecho.
Esto es, cantar una canción de amor con una ex pareja que en su día nos dejó
por otra persona“. Y ¡qué coño! Tienen toda la razón, muy pocas personas, por no decir nadie, tienen el derecho de decir “Todas somos Chenoa” porque cada una es como es y actúa como le sale de la parrusa y hacer eso no es fácil y más sabiendo
las gilipolleces que van a venir después. Aquí el enlace con la publicación completa de Imperfectas.com.
Después de haber analizado esa
dudosa cobra, que a mi modo de ver es
más bien una culebrilla, solo deseo de todo corazón que Chenoa se haya ganado
un buen pico de dinero con este reencuentro y concierto que tanta guerra mediática le
siguen dando.
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