El título suena raro y guarro, pero es
así, se trata de un artículo de interés consumista, como si hubiese hecho
referencia a “calcetines de algodón” o “sábanas calientes”. Los productos fetiches generan una demanda
bestial a pesar de que no esté a la vista, suena extraño decir que te vas a
gastar un dineral en tacones con olor a pies,
pero la gente de gustos “especiales” también tiene derecho a quedar
satisfecha y a disponer de un mercado abierto y lleno de posibilidades. ¡Hay que ver! Esto no es nuevo
para nada, pero yo, siempre ingenua y desconocedora de lo último en la red,
descubrí el negocio de bragas usadas el otro día, viendo un programa de Cuatro, Soy Noticia. En él se estuvo hablando con
algunas chicas que vivían del negocio, una de ellas madre y con pareja, por lo que se demuestra que, a pesar de la rareza del producto, se puede
compaginar con la vida familiar. Y es que, después de saber lo que invierten en bragas que ellas mismas impregnan con sus fluidos y las ganancias
que reciben después por ello, una se plantea dejar los quebraderos de cabeza
que nos dan los trabajos típicos y monótonos y lanzarse al negocio de bragas usadas, en el
que, como empresaria, solo tienes que preocuparte de dejar la prenda interior marcada.
Es cierto, no hay nada más detrás de todo
esto, ni prostitución ni pornografía, al menos intencionadamente.
En el programa que he comentado, una de
las empresarias entrevistadas habló del procedimiento a seguir para meterse en
el negocio y hacer una correcta transacción. La verdad es que parece fácil y
seguro, simplemente hay que entrar en bragasusadas.com, una web especializada en fetichismo de ropa interior femenina y
registrarse. Cuando ya formas parte del mercado y estás dispuesta a comenzar el
negocio, toda buena estrategia de marketing
requiere de una presentación, una buena imagen, un gancho que atraiga la
atención de los “raritos” compra-bragas,
que los hay a montones, así que la dueña de las bragas sucias publica una foto
o un vídeo suyo mostrando parte de su cuerpo, con un cartelito escrito a mano
que ponga bragasusadas.com junto a su nick y
subirlo al foro de la web, obviamente,
la foto debe ser propia, nada de robar identidades corporales ni de
engañar al consumidor. Lo bueno es que no hay ninguna necesidad de mostrar el
rostro y no es necesario establecer contacto con el comprador fetiche: las
bragas están a la venta en la web, el comprador las selecciona y hace una
transferencia que va directamente a la
cuenta de la dueña de las bragas y ésta, una vez recibido el dinero, las lleva
puestas toooodo un largo día, las empapa bien y envía su producto ya
impregnado, sellado en una bolsita y dentro de un sobre, enviándolo por correo
postal a su destinatario.
¿Ventajas? Para empezar, la facilidad con la que se gana dinero.
Puedes comprar unas bragas por 3 euros y venderlas por 70, haz la cuenta, el precio varía según las
peticiones del consumidor: si solo
quiere que huelan, si las quieren con regla (sí, sí, con menstruación), con una
dedicatoria escrita etc, el lema es “A bragas más sucias, bragas más caras”. Se
puede ganar perfectamente los 1.500 euros al mes, más que otras que nos
partimos los cuernos trabajando por menos. Y por no hablar de lo que se puede
ahorrar en lavadoras, ya que tirar unas bragas sucias en la cesta de la colada sería tirar el dinero, literalmente. La otra ventaja es la de la confidencialidad, está claro
que en el mundo del fetichismo hay mucho enfermo, pero si hay una garantía de
que no te vean, no sepan quién eres y no hay necesidad de establecer un trato directo
con el cliente, parece que da más seguridad y la vendedora además se siente más
cómoda. Pero eso es opcional porque hay chicas, actrices porno, por ejemplo, a
quienes sí les interesa que se conozca su identidad, porque son personas
conocidas en ciertos círculos y sus bragas se cotizan más.
A mí, lo que me sorprendió, pero también
me pareció genial, era una de las entrevistadas del programa sobre las Bragas
Usadas, la madre de familia, quien aseguró que su vida familiar no se veía
perjudicada por su extraña profesión, al revés, tiene más tiempo para atender a sus hijos que si ejerciera cualquier otra profesión.
También se trató la otra parte, el
comprador fetiche. Eso a mí ya me dio un poco más de asquito, pero porque no
puedes evitar pensar que si este tío es capaz de pagar una cantidad vergonzosa
por unas bragas sucias, de qué otras cosas sería capaz y hasta dónde podría
llegar su excentricidad… Es que hay gente muy rara. Salió entrevistado uno de
esos fetiches, asegurando que era y definiéndose a sí mismo como un
coleccionista, como el que se hace con platos de porcelana o con sellos vamos, y que sabía
que cuando él quisiera se lo podía
dejar, con la cara cubierta con un pasamontañas. Mi análisis es que cuando uno defiende su afición fetiche
comparándose con un coleccionista pero se tapa el rostro, es que sabe que su
práctica normal, lo que se dice normal, no es, y si encima sale de su boca la
típica frase de yonki “lo puedo dejar
cuando quiera”, su intención de demostrar normalidad cae en picado, se le
ve el plumero.
Voy a colgar unos vídeos, que estuvieron bastante
bien sobre le programa de Soy Noticia:
http://www.cuatro.com/soynoticia/temporada-1/programa-4/negocio-bragas-usadas_2_2127330162.html
http://www.cuatro.com/soynoticia/temporada-1/programa-4/Miss-Mami-Fetiche-vendedoras-cotizada_2_2127330165.html
http://www.cuatro.com/soynoticia/temporada-1/programa-4/coleccionista-bragas-usadas-colecciona-sellos_2_2127330166.html
http://www.cuatro.com/soynoticia/temporada-1/programa-4/negocio-bragas-usadas_2_2127330162.html
http://www.cuatro.com/soynoticia/temporada-1/programa-4/Miss-Mami-Fetiche-vendedoras-cotizada_2_2127330165.html
http://www.cuatro.com/soynoticia/temporada-1/programa-4/coleccionista-bragas-usadas-colecciona-sellos_2_2127330166.html
A pesar de que en el mundo del fetichismo
hay gente que da mucha grima, los propios fetichistas, hay que decir que en estos
días, con la privacidad garantizada, está bien saber que ante una necesidad
económica se puede echar mano de las bragas, llevarlas puestas todo el día y
después, en vez de meterlas en la lavadora, guardarlas en un plástico
precintado y mandárselas a algún salido de gustos extraños a cambio de un buen
pellizco, porque parece que aquí los que tienen el dinero son los raritos.
Así que, hagas lo que hagas,
ponte bragas, que nunca sabes lo que pueden valer después de usadas.
Y no has pensado en dedicarte a ello tu? :-) Si lo haces dímelo...
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