martes, 5 de enero de 2016

Mi lista de deseos imposibles


Siempre que comienza el año las personas se plantean deseos y propósitos que raramente llegan a cumplirse o a mantenerse a largo plazo, lo de apuntarse al gimnasio o dejar de fumar por ejemplo, ¿Por qué nos cuesta realizar cosas que a simplemente parecen tan viables? Quizás el problema de esos deseos y propósitos para el nuevo año está en que son realizables y nos obligamos a hacer algo que en realidad no nos apetece o que nos supone mucha dedicación, obteniendo un resultado negativo y posteriormente un sentimiento de frustración por no ser capaces de lograr algo que está a nuestro alcance. Pero, ¿y si replanteamos todo? A lo mejor, para evitarnos esa frustración y esa angustia ante la posibilidad de fracasar en nuestros propósitos realizables, deberíamos hacernos una lista de nuestros “Deseos imposibles” para el nuevo año, deseos y propósitos disparatados, improbables e inverosímiles que nos garantizaran esa tranquilidad de que, como sabemos que no los vamos a alcanzar no tenemos por qué agobiarnos y podemos disfrutar realmente de las cosas que sí podemos hacer, sin límite de tiempo y sin plazos.
Para hacernos una idea, voy a exponer mi Lista de Deseos Imposibles para el 2016:
ü  Ponerme un fantasy bra: Más allá de las críticas que pueda recibir ese desfile de Victoria´s Secret catalogándose de sexista por exponer a modelos en ropa interior (vamos a ver, es un desfile de lencería, no van a salir en chándal), yo no puedo evitar seguir todos los años el espectáculo, las temáticas en las que se van a recrear las modelos, los conjuntos de ropa interior, el aderezo con el que se van a complementar, incluidas las famosas alas de ángel, pero sobre todo el saber cómo es el fantasy bra de ese año. El fantasy bra es un exclusivo sujetador que Victoria’s Secret saca cada año, elaborado con piedras preciosas y otros materiales hiper caros. No puedo ni imaginarme llevando más de 1 millón de euros sosteniendo mis tetas, por eso uno de mis deseos imposibles es llevar uno de esos sujetadores millonarios, que imagino que cómodos no deben ser, pero me da igual, es solo por el hecho de verme con uno de ellos puesto. Además ya sé cual elegiría, el Floral Fantasy Bra con el que Alessandra Ambrosio desfiló en 2012.
ü  Suplantar la vida de Carrie Bardshaw durante una semana: Quien sea fan de la serie Sexo en Nueva York debe de entender por dónde voy. Carrie se dedica a escribir una original columna semanal sobre sexo en un periódico, trabaja con su portátil, en su casa, ese cuco apartamento pequeñajo pero acogedor en pleno Greenwich Village. Cuando no está tirada por su piso escribiendo u ordenando (o desordenando) su vestidor, queda con sus tres íntimas amigas en lugares tan conocidos como el Magnolia Bakery u otros restaurantes chicks de la ciudad, con las que tiene largas conversaciones sobre lo que les ha ocurrido, siempre tienen algo que contar, no se aburren, y si no está con ellas se dedica a fantasear con zapatos en Manolo Blanik. Escribir, pasearse por zonas exclusivas y rodearse de buenas amigas, desde luego no es solo eso, hay más. Una semanita suplantando la identidad de esta escritora me bastaría para ver cumplido mi segundo deseo imposible.

ü  Desarrollar algún super poder: Algo que no se note mucho, no pido
ser una mutante. Pero algún poder sensitivo igual sí: escuchar los pensamientos, predecir ciertas cosas, tener una visión desarrollada, volverme invisible o poseer una fuerza de hormiga. Desde luego ese talento sería para utilizarlo para buenas causas. Y nada de llevar trajes de justiciera, ya he dicho que sería algo con lo que pasar desapercibida.
ü  Vivir un momento alfombra roja: ¿Qué debe sentir una en los 10 o 20 minutos o lo que pueda durar un desfile de una premiere? Yo no veo
que las actrices que asisten a unos premios o a una gala de promoción de una película sufran en ese paseíllo, ¡al revés, flotan sobre su ego! Se contonean, dan una vuelta sobre sí mismas, posición de pose para una foto… Hasta las que dicen que no les gusta los flashes y las fiestas les encanta esos minutos de gloria. Y por eso, otro deseo imposible sería plantarme un vestido de Versace y hacer mi particular paseíllo por la alfombra de unos Oscar o un Festival de Cannes y así saber cómo se siente una cuando tiene todas las miradas y las cámaras apuntando hacia ella. Igual me tropiezo y me caigo o me quedo petrificada sin saber qué hacer, pero da lo mismo, es mi momento.


ü  Entrevistarme con un vampiro: Hace algunos años, cuando todo el BOOM de Crepúsculo,tuve mi época de obsesión vampírica, aunque esos personajes ficticios y todo lo que les rodea siempre me han gustado.

No estaría mal que me ocurriera como en la novela de Anne Rice, conocer a un vampiro nacido siglos anteriores y dispararle a preguntas sobre su conversión, sus costumbres, sus debilidades, su anterior vida, acontecimientos históricos que ha vivido… Eso sí, sin correr la misma suerte que el entrevistador de aquella historia. ¿Y qué haría después con toda esa información? ¡Intentaría escribir la próxima gran novela vampírica!

ü  Hacer un viaje a través del  tiempo: Sería una pasada poder, aunque fuera por una vez, hacer un viaje a través del tiempo, me da igual si es en un sillón con una palanquita o en un DeLorean. Y mira por donde, el viaje hacia el futuro lo descartaría, prefiero no saber en qué se va a convertir este planeta dentro de unos siglos, optaría por viajar al pasado, conocer el siglo XIX y comienzos del XX. Como veis no me quiero ir muy lejos, temporalmente hablando, el turismo en un pasado no muy lejano me sería más cómodo y familiar. El caso es poder tener ese privilegio hasta día de hoy imposible.



¿Y vosotr@s? ¿Alguna sugerencia para esta disparatada lista? Estaría bien que a partir de ahora tod@s hiciéramos esto cada 1 de Enero e ir superándonos cada año en absurdeces y locuras. Invito a compartir deseos imposibles para el 2016.

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