sábado, 10 de octubre de 2015

La mala publicidad

He tenido la suerte de estar durante estos días impregnándome de información, en un curso que trataba sobre las relaciones de pareja y la violencia de género en la adolescencia. El caso es que hay una serie de factores que influyen en que el machismo y la violencia de género continúen estando patentes, a pesar de que públicamente sean rechazados, porque detrás de todo esto hay unas vivencias y un aprendizaje con la familia, una cultura, otros dirán que una predisposición genética aunque no estoy del todo de acuerdo, pero desde luego, si hay algo que nos absorbe el cerebro y que nos predispone a pensar de tal o cual manera, es la publicidad.

A veces no nos paramos a pensar que los anuncios que vemos por la tele que tienen que ver con productos de limpieza y detergentes siempre son protagonizados por mujeres y, como mucho, un niño con barro hasta las orejas y un mayordomo estirado y gordo que evalúa la limpieza del ama de casa con un algodón, como si lo de limpiar solo fuera cosa de mujeres.
Después hay otros anuncios que utilizan descaradamente el físico de una chica atractiva sin venir a cuento, sin tener que ver nada con el producto que se intenta vender. Por ejemplo aquel “Busco a Jacks” en el que una pava se bajaba la cremallera del escote para enseñar las pechugas, ¡como si esa acción fuera a ser decisiva para obtener una respuesta y que cualquiera de los empanaos que la miraban le fueran a decir dónde estaba el j***do Jacks!
Fijémonos también en muchas campañas publicitarias de grandes empresas de moda y complemento, esos pecan mucho de recurrir a los anuncios sexistas y han llegado a ser vetados en algunos países por el contenido, que incita claramente a la violencia contra la mujer. Esa imagen de Dolce & Gavanna en el que sale una chica tumbada y rodeada por hombres medio desnudos… más que un anuncio de ropa parece el comienzo de una bukake, y he querido ser suave.
Pero entonces, ¿qué requisitos tiene que reunir un anuncio publicitario para que se considere machista? Hay tres puntos clave:
  • Justificar comportamientos o actitudes que impliquen violencia contra la mujer.
  • Exhibir el cuerpo femenino como reclamo de venta cuando sea ajeno al contenido del anuncio y de lo anunciado.
  • Utilizar a la mujer y reducir su cuerpo a un mero objeto sexual.
Parece que para que se den algunos de los tres puntos, el anuncio en cuestión tendría que ser muy rebuscado y descaradamente sexista, pero como ya he dicho, lo podemos encontrar en cualquier sutileza, como ese anuncio del ambientador, en el que la mujer coloca el producto y espera la conformidad del marido que, aunque éste nota un cambio en el ambiente, no se preocupa de preguntar el por qué, simplemente le hace un gesto de aprobación a su esposa y ella tan contenta. Esos pequeños micromachismos de los que a veces no nos damos cuenta.


Si ya comenté anteriormente mi desaprobación por la música reggeaton por su contenido machista y violento y su influencia en los adolescentes, de la misma manera hago mi manifestación particular contra la publicidad de la tele, las calles y las revistas que utilizan a la mujer como un mero objeto. Son mensajes a los que todos tenemos accesos, hasta los más pequeñitos y pequeñitas a los que ya se les marca con mensajes de a qué juegos deben jugar y que crecerán pensando que el Don Limpio  es cosa de mujeres y que con una chuflada de Axe ellos pueden someterlas.
Y no exagero pero si nos fijamos bien, la diferencia entre estas dos publicidades que pongo a continuación es de más de cinco décadas, pero ambas incitan a la violencia contra la mujer.


Qué fuerte, ¿no?
Aquí dejo también enlaces de anuncios machistas, para que nos percatemos mejor de lo que ven nuestros ojos y lo que oyen nuestros oídos:


Cambiar estas cosas es muy difícil, pero si lo sabemos, si lo  tenemos en cuenta,aunque seamos una minoría, podemos prevenir en la medida de lo posible, explicándoselo a nuestros hijos, comentando estos anuncios en una cafetería con más gente o compartiendo éste post por ejemplo, para que quienes no hayan caído en la cuenta de la carga violenta y sexista que tiene la publicidad más actual y popular lo hagan y pongan también remedio utilizando microigualitarismos. Desaprender aprendiendo de nuevo.


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