viernes, 15 de noviembre de 2013

Por favor, sin mentiras

Muchas de nosotras, nos habremos quedado más de una vez observando y analizando, con un poco de envidia sana, eso seguro, el reportaje fotográfico de alguna celebridad de tantas que nos suelen mostrar las revistas. Esas mujeres son muy afortunadas, ellas lo saben y el resto de los mortales también, pero el cuidado de la imagen de estas it girls forma parte de su trabajo: un cabello sedoso, una piel deslumbrante, ropa y accesorios cuidadosamente escogidos y, cómo no, el cuerpazo hecho a medida. Hasta ahí todo bien, porque no hay nada extraño en que una famosa luzca una imagen bien cuidada. El problema está en lo que sueltan por la boquita. Me explico, el otro día abrí una revista (no diré cuál es) y en las primeras páginas hay una entrevista y reportaje fotográfico de Paula Echevarría, una de las actrices, debo reconocer, más guapas y a su vez simpáticas que tenemos. La entrevista se centraba en la popularización de la belleza y el estilo natural que ella tanto y tan bien defiende, pero cuando le preguntan sobre el tipo de alimentación que sigue para cuidar su figura y ella responde “Como lo que quiero” y “tomo patatas fritas todos los días” porque, parece ser, “mi metabolismo es así”, me entran ganas de lanzarle la revista en la cara.
Seamos realistas, ¿una persona que vive de su imagen puede permitirse comer lo que quiere? Puedo asegurar que yo con 27 años, que soy delgada y quemo la comida con facilidad, si comiera todos los días patatas fritas probablemente me pusiera como un tonelete, por no hablar de cómo se me pondría la piel. Así que no me creo que esta actriz, de 36 años y que cuyo cuerpo ya ha pasado por un embarazo, se pueda permitir comer fritanga todos los días y seguir tan divina… El caso es que después la ves en otra revista sudando la camiseta y deslomándose con su entrenador personal, sin ser consciente de que la están fotografiando. Pero entonces, ¿por qué lanzan estos mensajes tan alejados de la realidad? Y digo “lanzan” porque lo de Paula Echevarría es solo un ejemplo de tantos, pero lo he contado porque es el más reciente que he visto. Hay muchas famosas que son referentes de estilo y que seguramente se cuiden como la que más pero, no sé por qué razón, les gusta alardear de que comen todo lo que quieren y no son esclavas de ninguna dieta, por ejemplo, otra que se va de la lengua, pero ya en el panorama internacional, Cameron Díaz, que dice no privarse nunca de las hamburguesas y la mantequilla, ¡vaya, que suerte la de ella! Tal vez solo digan esas cosas porque es lo que realmente les gustaría hacer pero, como por lo general, viven de su cuerpo, hay ciertos caprichos que deben sacrificar.
Sea lo que sea, por favor, no más mentiras o exageraciones sobre cuál es el secreto de tener esos cuerpos tan difíciles de conseguir, y más cuando se trata de mujeres que son el referente de otras miles de mujeres. Que no les de miedo decir que a ellas también les engorda el chocolate y la comida basura y que necesitan mantenerse en forma haciendo algún tipo de deporte y privándose de algunos alimentos, porque no son diosas, son humanas.

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