miércoles, 6 de febrero de 2013
Yo, por mi hijo mato... y me desnudo!
¿Quién dice que hoy en día no podemos tener un grupo de heroínas que luchen por nuestros derechos, en este caso los de los niños, sus niños? Pues bien, este acto digno de respetos y elogios demuestra que unas mujeres normales, de clase media, sin "superpoderes" pero con una gran fuerza de voluntad, pueden conseguir lo imposible, sobre todo en estos tiempos que corren de ajustes y recortes económicos de entre otros ámbitos, el de la educación.
No son modelos al uso, pero el pasado mes de Noviembre de 2012, las madres del colegio público Evaristo Calatayud de Montserrat, en Valencia, siguiendo el lema de “la unión hace la fuerza”, posaron ligeras de ropa ante las cámaras por una buena causa. En pocas semanas, pusieron a la venta un calendario erótico para financiar el autobús escolar de sus hijos después de que el Gobierno valenciano retirara dos de las cuatro líneas que hasta ese momento prestaban servicio a las urbanizaciones del municipio y por lo que se vieron afectados 83 niños de esa localidad y sus alrededores, ya que en éste curso académico, según los criterios de la Conselleria de Educación, se ha restringido la gratuidad del transporte a los estudiantes cuya residencia se encuentra a una distancia del colegio superior a los tres kilómetros en línea recta.
Ya que los menores afectados en Montserrat tienen que recorrer a diario 6 kilómetros por carreteras y zonas sin pavimentar para llegar a su centro educativo, el único de la localidad, no se podía prescindir de transporte escolar, pero el coste de los autobuses asciende a 7.000 euros al mes, alrededor de 80 euros por cabeza, una cuantía inasumible tanto para la Asociación de Madres y Padres como para muchas de las familias. "Las hay que sólo tienen un coche y lo necesitan para ir trabajar y que tienen a todos sus miembros en paro y no les da ni para gasolina", apuntaba una de las perjudicadas.
Gran parte de las madres, en seguida tomaron cartas en el asunto. Se asociaron para financiar el transporte escolar con la venta de un calendario erótico, prestándose a ser fotografiadas. Se hicieron muchas fotos, de las que posteriormente seleccionaron sólo 12. El objetivo era que el almanaque estuviera listo para aprovechar el tirón de la Navidad. Para lograr su objetivo, necesitaban vender "entre 3.000 y 4.000 ejemplares", aunque esta cifra podría reducirse si finalmente conseguían patrocinadores. Las madres contaron en todo momento con el respaldo del Ampa.
Las fotografías eróticas eran su gran baza después de haber fracasado los otros intentos de restituir las líneas, y desde luego, consiguieron más de lo que se imaginaban, haciendo famosa su causa incluso fuera de España.
Su último periplo para recaudar fondos lo han realizado subiéndose a la pasarela. Un total de veinticinco madres, catorce más de las que participaron en el calendario, se convirtieron en improvisadas modelos y desfilaron sobre la pasarela el pasado 1 de Febrero. La ropa ha sido prestada por la joven diseñadora Encarnación Delgado, las supermadres han contactado con maquilladoras y una agencia de modelos que les ha orientado sobre la organización del desfile, mientras que la modelo Lucía Hoyos se ha prestado a enseñarles a caminar sobre la pasarela y los hermanos Agramunt bailaron para amenizar el espectáculo. Desde luego no les falta ayuda.
Pero a estas madres si hay algo que les sobra son fuerzas e imaginación para hacer lo posible para que sus hijos tengan un mínimo de comodidades en sus vidas. Ésta clase de mujeres son las que deberían ocupar las portadas de las revistas y ser ejemplo de imitación. ¿Por qué nos empeñamos en subir a un pedestal a una Naomi Campbell o una Kate Moss, cuando existe gente anónima que realmente hace cosas que valen la pena?
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