La it girl por excelencia: Olivia Palermo |
El domingo estaba repantingada en
el sofá mirando la tele, por mirar, y en una de esas noticias de marujeo cool, por distinguirlo de otra crónica
de corazón más propia del clan Pantoja, mencionan a una chica neoyorquina muy
mona y elegante ella, igual de mona y elegante que todo lo que le rodea, joven,
rica y exitosa, refiriéndose a su ocupación como la de It girl. Había escuchado otras veces esa
palabreja en revistas, pero sin
prestarle ningún tipo de atención, pero viendo que cada vez hay más it girls de esas, y da la casualidad que
todas ellas están forradas, intento saber qué clase de fauna urbana son.
El origen del término it girl no es de ahora, ya en 1927
comenzó a utilizarse ese calificativo para definir a la actriz Clara Bow, en el
sentido de mujer con una gran atracción, magnetismo y un don especial, el
factor X que suele decirse, el “nosequé” que no sabemos cómo explicar. Pero
creo que va más allá: si hoy se quiere ser una it hay que apostar por un estilo con sello personal íntimamente ligado
a las tendencias del momento, por lo que deduzco que la it girl es una especie de top model callejera a tiempo completo, un
escaparate viviente que nos haga saber a tod@s qué es lo que se lleva, aunque no
nos podamos permitir económicamente ni el pañuelo que lleven atado al cuello.
Así que, nos guste o no, es un modo de ganarse la vida. ¿Fácil? Sí. ¿Clasista?
Puede. Pero del mismo modo en que se ha
sacado partido a un concepto de los años 20 para convertirlo en la profesión
por excelencia de una pija forrada de billetes, este tipo de ocupaciones no
terminan aquí.
¡Ojo! Que hay cursos para titularse en Personal Shopper |
Si la it girl es la que nos pone al día en cuanto a tendencias, el/la personal shopper se encarga de combinar
y comprar esas tendencias para otros. Puede que a mí me dé una pereza que te
mueres ir al Mercadona a hacer la compra, pero por desgracia, para eso no hay personal shopper; sin embargo, hay gente
que, o sea, no soporta entrar a Armani o a Gucci con todo el mogollón de gente
y puede pagar a uno de esos “compradores privados” para que elijan por ellos y
les lleven los modelitos a su casa para probárselos tranquilamente o
directamente les acompañan para escogerles la ropa y así el que paga no tenga que calentarse
la cabeza eligiendo, saliendo del probador para buscar otra talla y esas cosas
que hacemos el resto de mortales. Pero bueno, es que la gente lo paga.
Luego están las ocupaciones de youtubers y bloguers. Los primeros que descubrieron esta mina, los famosillos y
los que ofrecen cosas
novedosas, son quienes tienen el monopolio de estas cyber
profesiones que sí, pueden dar dinero. El problema es que El Rubius les está
dando falsas esperanzas a los niños y niñas del mundo de las
telecomunicaciones, que cada vez son más con una cuanta privada de YouTube para
subir tutoriales sobre cualquier chorrada, deseando que les ocurra como a aquel
suertudo chaval. Con el tema del blog
pasa algo parecido que con los youtubers:
el blog debe ofrecer un tema con gancho, casi siempre,
los más populares son los blogs de
moda (que casualmente los llevan las it
girls) y si no eres una Paula Echevarría o una Sara Carbonero, lo tienes
crudo crudo. Los que hacemos que sobrevivan nuestros blogs anónimos somos personas que, desde luego, escribimos por
gusto, no como acción lucrativa, porque si no mal andaríamos.
Blog de Paula Echevarrría |
Desde luego, suena mucho más
interesante decir “Soy personal shopper”
que decir “Trabajo en una oficina”,
pero no nos engañemos, si algo tienen en común personal shoper, it girl, bloguer y youtuber, unidas a la palabra “éxito”,
es una fama/fortuna previa o el apoyo de gente famosa: la fama llama a la fama.
Sé que puede sonar muy poco alentador y pesimista, pero antes de que las niñas
que se vuelven locas subiendo tutoriales sobre sus juguetes o sus vestiditos
(que lo hacen)se lleven el batacazo de su vida, deben saber que si no son compis de clase de la hija de alguna celebrity, no tienen mucho más que hacer;
lo de Dulceida, que alardea de haberse hecho famosa con su blog y sin la necesidad de terminar sus estudios básicos, fue un
pelotazo, pero ya está, es como la lotería, le toca a uno entre un millón.
¿Columnista? |
A mí por ejemplo, siempre me ha
gustado la profesión de Carrie Bradshaw: escribir una columna semanal para un
periódico, que te da para tener un apartamento en el Greenwich Village de Nueva York, comer todos los días fuera de casa y para un par de Manolo Blanik mínimo cada mes, además de proporcionarte un primer
libro de éxito con el compendio de los mejores artículos. Sí, me gusta. Lo de
columnista también suena cool,
diferente. Pero va a ser que no, no en esta vida chata. Me conformo con ser
escritora a tiempo parcial.
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