Es comenzar la
primavera y no sé si por sugestión o por costumbre o vete tú a saber, la gente
encuentra un motivo para tuitear frases de buen rollo, llenar los escaparates
de tiendas de tonos pastel y comportarse como un adolescente salido. “Es que la
primavera, la sangre altera”, ese dicho lo tengo ya aborrecido de escucharlo
cada año, siendo la excusa de mucha gente para explicar las excitaciones y
arrebatos que ocurren a su alrededor e incluso a uno mismo pero, ¿es cierto?
¿Tiene la primavera el poder de ejercer sobre nosotros una fuerza sobrehumana
más fuerte que la propia voluntad? ¿Influye en otras cosas que ni siquiera
sabemos?
El equinoccio
de primavera trae consigo una serie de
mitos y realidades, donde quedan evidenciadas alteraciones en el mundo
de las telecomunicaciones, el calendario… Pero todo eso nos lleva a tecnicismos
y tonterías de esas, aquí lo que nos interesa son las emociones y las hormonas
locas. Porque con la primavera enlazamos
muchas veces con el sentimiento de felicidad,
y es que el calorcito, los colores vivos y la luz del sol sobre todo,
ahora es cuando me pongo fina, aumenta los niveles de serotonina,
la hormona de la felicidad, que también enciende una especie de reloj
interno que altera nuestro ánimo. En resumen, estamos más energéticos y
por lo tanto, esa energía hay que quemarla, por lo que salimos más, estamos más
predispuestos a hacer actividades; ese no parar de actividad nos da la
posibilidad de conocer a más gente y bueno, ya cada cual sigue viviendo su
primavera particular, quemando su serotonina, a su manera.
Con decir que “primavera” a
veces me lleva a esos cuadros de pinturas barrocas en las que aparecen dioses
mitológicos en mitad de orgías, hercúleos guapísimos con el culito prieto y
ninfas desnudas en pose sugerente y con esos muslos exageradamente escamados, pero
tan sensuales para la época… Es que la historia y el arte también corroboran ese mito que siempre ha habido sobre la primavera con respecto a la atracción, el
sentimentalismo y, por qué no, el aumento del apetito sexual.
Ahora, como todo en esta vida,
el buen rollo y erotismo primaveral también tiene su lado opuesto, como las pilas alcalinas. Todo los psiquiatras aseguran que estos
meses la población experimenta un notable aumento de las depresiones. Da la
sensación de que cuando llega la primavera solo puede haber
un único sentimiento, el de alegría. ¿Pero qué pasa con los que
están sufriendo? Pues que esa idea generalizada de
felicidad puede hacerles sentirse mucho peor. El que tiene los
niveles de primavera (o serotonina) en sangre bajos, corre el riesgo de que le
ocurra todo lo contrario al entusiasmo. Eso confirma que no a todos les sienta
la primavera igual y que hay que respetar que el rollo flower power no hay que generalizarlo, ya que tanta flor (y
desflor) podría ejercer en alguien la necesidad de tirarse por un balcón.
Y ¡PUM! Con
este dato reventamos el mito de la primavera, no altera la sangre a todos, al
menos de forma positiva, no siempre. Lo suyo sería saber los niveles de
primavera que llevamos cada uno en la sangre, total, con tantas palabrejas
raras que nos ponen en las peticiones de analíticas, algo tan simple y conocido
como la primavera no seria tan descabellado incluirlo. Así sabríamos todos a
qué a tenernos: o nos frotamos las manos y nos preparamos para la época de
apareamiento rollo chimpancés o cogemos el primer vuelo a la Argentina a buscar
el fresquito.