jueves, 5 de enero de 2017

Aciertos y traspiés de mis Reyes Magos

¡Qué bien! ¡Ya están aquí! Hoy vienen los Reyes Magos y mayores y peques, no sé quienes tendrán más ilusión porque en
 
estas fechas todos nos convertimos en niños, esperamos ansiosos nuestros regalitos. La verdad es que a mis 30 años a mi aun me sigue entusiasmando coger los catálogos de las jugueterías y ver el “material” aunque sepa que ya se me ha pasado la época de escribir una carta con una parrafada inmensa diciendo lo buena chica que he sido y una lista interminable de regalos que se exceden, ahora lo sé, de la lógica de los bolsillos de mis papás.
Las costumbres siguen siendo las mismas para los niños de mi
Maltín viaje
Nenuco
época y de los de ahora: revisar el catálogo de juguetes casi desde el mes de noviembre, dejando las páginas arrugadas y a punto de desintegrarse, escribir lo que quieren y esperar. La diferencia es que, entre los juguetes del Top-10, hay pocos que atraigan mi interés si yo fuera una cría de 10 años. Es decir, que lejos han quedado las muñecas, los juegos de mesa, cochecitos, cacharritos de cocina y demás, siendo ahora las tablet, móviles de última generación, videojuegos e incluso muchos juegos de mesa se adaptan a las circunstancias y se venden en formato electrónico. Una tablet no debería ser, como juguete, la prioridad de un niño, pero bueno, eso solo son opiniones mías.
Ahora me divierte más recordar todos esos juguetes que invadieron mi infancia, algunos más acertados que otros, pero qué bien me lo pasaba. Algunos siguen estando en las páginas de los catálogos, otros directamente están descatalogados. Pero hagamos un repaso, tal vez toque la fibra sensible y despierte de nuevo al Peter Pan de alguna…
Sin duda, en mi carta de los Reyes siempre había una especial mención para las muñecas. El Nenuco con su maletín de viaje,
Pocas Pecas

Baby Feber
la Nancy, Pocas Pecas, ¡el pelirrojo Baby Feber! Qué gracia, ahora me doy cuenta de que era el hermano mellizo del Muñeco diabólico. Había una muñeca que en la vida llegué a pedir porque me parecía horrible: la Rosaura, esa niña de plástico de casi metro cincuenta, que le estirabas del pelo y le crecía un mega mechón, luego lo ponías en práctica con tu amiga y pasaba lo que pasaba y ¿a quién se le ocurre tener una muñeca más alta que yo? También estaba, para estirarle del pelo, el busto de Nancy, que la podías peinar y maquillar como a una puerta, nuestros inicios en el make up. Acordémonos también, por favor, de muñequitos aun más pequeños, las Barriguitas, los Pinypon,
He-man
los clicks de Playmovil y todavía más enanas, las Polly Pocket, esas muñecas de 1 cm que vivían en una concha abatible y que por dentro era un hogar de lujo, me están entrando ganas de buscar la mia. En esa etapa infantil también pasé mi fase masculina, inculcada por mi hermano, y cómo no, me pedía Masters del Universo, como él, y disfruté de una bonita época jugando con mi He-man, que por supuesto me lo trajeron los Reyes en unas Navidades, el Esqueletor y toda esa musculosa troupe.

Tal vez ahora se ve como un regalo estereotipado y sexista, pero disfruté mucho con mi primera cocinita y sus cacharros, mi verdulería con sus frutitas de plástico y la báscula, mi aspiradora de juguete y ¡hasta una máquina de coser mini! Mis abuelas ya no sabían qué hacer para que aprendiera las artes de la costura. Pero eran juguetes que al menos te hacían consciente de ciertas obligaciones que todos y todas debemos aprender algún día, y era divertido. Pero lo que digo, en ese momento muy estereotipado, porque ahora ves que algunos papás piden para los niños un carrito de limpieza, por ejemplo, pero hace algunos años era impensable, era solo terreno de chicas.
¡Chabel y su maromo!
De muñecos bebé, pasé a muñecas femeninas. Sindy y Barbie ahí siguen aguantando mecha frente a las flacuchas Bratz y Monster Hight, pero, ¿alguien se acuerda de Chabel? Yo sí y me encantaba, que muñeca tan bonita, ¿por qué tuvo  que desaparecer? Si lo llego a saber, la hubiese tratado mejor, no le hubiese perdido los vestidos ni le habría dejado el pelo como un estropajo. En fin, cosas que pasan. Pero por favor, un llamamiento: ¡¡¡ QUE VUELVA CHABEL!!!
Y lo que antes comentaba de los juegos de mesa. Cuánta creatividad despertó en mí el Tejenova o el Diseña la moda, y si no para jugar con los primos con el Quién es quién, el Rompehielos, el Tente, Hotel, Cluedo, La escalera, ¡La isla de fuego, con su tablero en relieve! El juego  del que me arrepentí enormemente de pedirme y que

Diseña la moda
La isla de fuegp

prácticamente no usé después de que me lo trajeran sus majestades fue, sin duda, el de Línea Directa: un teléfono,  un paquete de cartas con foto y características de tíos, según los fabricantes, buenorros y de los que solo se salvaban dos de ellos, y jugar a tener citas imaginarias, creo que ahí me comenzó a salir la vena feminista y lo escondí en el fondo de mi armario para no verlo nunca más.
Mi gran error:  Línea directa
No puedo decir que cuando era pequeña no pedía videojuegos porque mentiría, pero si ahora cada año un niño tiene una consola nueva, mi hermano y yo tuvimos a lo largo de década y media dos de  éstas: la Master Sistem y la Mega Drive, que por cierto, aún conservamos.
En fin, que la mecánica de los Reyes Magos sigue siendo la misma pero los
Mi primera consola
juguetes de hace 20 años, algunos más acertados que otros, eran más dinámicos y sanos que los que ahora el consumismo reclama a los niños. De todas formas, un regalo es un regalo y siempre será bienvenido con entusiasmo y alegría, ya sea a través de una escalera apoyada a la ventana mientras los pajes de los Reyes Magos nos las suben, bajo el icónico árbol de Navidad  o mediante la forma que cada cual tenga para recibirlos.

¡Feliz noche de Reyes!
Resultado de imagen de roscón de reyes

No hay comentarios:

Publicar un comentario