La verdad, es que parece que la
expresión “ha nacido con un trébol
en el culo” fue inventada para ella. No estoy diciendo que la chica no tenga méritos, que seguro que lo suyo le ha costado. Pero hay gente que escoge un camino y se pasa toda la vida luchando por lograr su meta consiguiendo poco y otras veces nada, y está ese otro grupo de privilegiados que, partiendo de la misma línea de salida, por una serie de circunstancias de la vida y una alineación de planetas, logra lo que ni se imaginaba.
en el culo” fue inventada para ella. No estoy diciendo que la chica no tenga méritos, que seguro que lo suyo le ha costado. Pero hay gente que escoge un camino y se pasa toda la vida luchando por lograr su meta consiguiendo poco y otras veces nada, y está ese otro grupo de privilegiados que, partiendo de la misma línea de salida, por una serie de circunstancias de la vida y una alineación de planetas, logra lo que ni se imaginaba.
¡Ay!, ¿por qué negarlo? Si es
que la tía lleva una vida que a una le pone verde de envidia y, en parte, ella
se lo ha montado fenomenal. ¿Nos acordamos de la serie Al salir de clase? Seguro que Lucía Jiménez o Pilar López de Ayala
se están acordando de ella… ¡Mare si se acordarán! Porque es cierto que esa
serie juvenil de rollos de instituto que
hacían en Telecinco fue una cantera de actores y actrices españoles y Elsa
Pataky precisamente no era de las mejores. Peeeero tenía ese algo (un cuerpazo)
que encandiló a directores de cine y la cirugía estética hizo el resto, porque
esa nariz que tiene ahora no era así antes, eso lo añado yo para desquitarme un poquito.
El caso es que la Pataky empezó
a hacer películas, comenzó a perfeccionar una técnica de posado en los photocalls que todo el mundo intentaba
imitar y que a nadie la salía igual y que convirtió
en su sello personal (la pose Pataky), trabajó con directores como Garci o Bigas Luna y, por fin, llegó la oportunidad hollywoodiense con el truño ese de película de Serpientes en el avión, que peor carta de presentación en E.E.U.U. no podía tener, pero al menos, se empezó a codear con Samuel L. Jackson y cía. Luego lo de empezar a formar parte de la saga Fast & Furius fue como un braguetazo cinematográfico porque, no son precisamente películas de culto o de las que destacan en las muestras y festivales de cine, pero tienen una enorme cantidad de seguidores y frikis que garantizan unos beneficios y una publicidad tremenda.
en su sello personal (la pose Pataky), trabajó con directores como Garci o Bigas Luna y, por fin, llegó la oportunidad hollywoodiense con el truño ese de película de Serpientes en el avión, que peor carta de presentación en E.E.U.U. no podía tener, pero al menos, se empezó a codear con Samuel L. Jackson y cía. Luego lo de empezar a formar parte de la saga Fast & Furius fue como un braguetazo cinematográfico porque, no son precisamente películas de culto o de las que destacan en las muestras y festivales de cine, pero tienen una enorme cantidad de seguidores y frikis que garantizan unos beneficios y una publicidad tremenda.
Pero seamos sinceras, ¡¡¡el
verdadero braguetazo lo pegó con su Thor!!! No es lista ni nada la Pataky. Pero
la chica no es de las que piensan que el físico lo es todo, que cuando llegó a
Hollywood comenzó a salir con Adrien Brody alias “Manolete”, y ese no es que
sea muy mono (aunque estaba forrado, le regaló un castillo y todo, en fin). El
caso es que lo consiguió, y encima sin que nadie se lo esperara: le echó el
lazo a Chris Hemsworth, muy sigilosa ella, se casó con él y para culminar con
ese triunfo, porque el chico se estaba empezando a convertir en una gallina de
los huevos de oro a partir de que rodó la primera película del semidiós del
martillo gigante, empezó a parir hijos rubitos y sonrosados de esos de anuncios
de televisión, había que aprovechar la combinación de los genes. Y encima no es
de las que se les pone un pandero enorme o se le quedan las tetas caidongas
después de la maternidad, nooo. Después de ser madre ha sido de esas que a las
dos semanas está brincando y haciendo yoga, pilates, boxeo y no sé qué más,
recuperando la figura en tiempo record, y para que les conste a todos, escribió
un libro junto con su entrenador personal para explicar cómo se ponía en forma.
Ahora, cuando ya ha conseguido
lo que necesitaba para sentirse realizada, y desde luego no era un Oscar ni un
BAFTA, la suertuda Elsa se está dedicando a vivir la vida que nos venden en las
películas de sobremesa de los domingos: una mujer rubia exuberante viviendo con
su marido de hombros de croissant y sus churumbeles calcos del muñeco Nenuco,
afincados en una enorme casa rodeada de naturaleza y territorio salvaje junto a
las playas en la costa de Australia, alejados de los focos de Hollywood y de la
civilización en general, para dedicarse
a llevar un estilo de vida de hippie rico, una versión moderna de El lago azul (si no fuera porque están
forrados, me imaginaba a la mismísima Pataky pescando peces con un arpón
mientras su Chris prepara una fogata frotando dos palos).
Teniendo asegurado el Fast
& Furius hasta las quincuagésima entrega, a la Pataki no le va a faltar
trabajo de actriz secundaria, algo que no le quitará mucho tiempo mientras,
sigue perfeccionando su “pose Pataky” y esculpiendo su figura para disfrute de
su dios Thor, y los niños se entretienen corriendo asalvajados por los
alrededores de la playa virgen donde tienen situada su residencia. Y para no
aburrirse y no olvidar la vida glamurosa, de vez en cuando combina su aventura
de ama de casa australiana con anuncios de lencería en los que canta y baila
cual corista de un cabaret, ¿qué ama de casa no ha fantaseado alguna vez con
tener esa faceta?
Uffff… Espero que, si existe la
reencarnación, en otra vida pueda probar esa existencia tan idílica. ¡Cómo te
odio Elsa Pataky! Pero es envidia sana, mañana seguro que se me pasa.