martes, 23 de agosto de 2016

Divas post-mortem (II)

Puede que a algun@s les suene el título del post, ya que ya he escrito sobre ese tema en el post de junio de 2014 Divas post-mortem. En él hablé de los datos más curiosos y de las desafortunadas muertes de artistas como Marilyn Monroe, Elisabeth Taylor o Grace Kelly entre otras, pero sí que es cierto y gracias a algún comentario de gente que me lee, me mencionaron nombres de mujeres icono del glamour y del artisteo en general que se quedaron en el tintero. En algunos casos por olvido mío y en otros porque no quería que el post abarcara demasiado. Así que aquí va una segunda entrega de las Divas post-mortem que he seleccionado y me mantengo a la espera de sugerencias para una tercera ronda. Espero que os guste e incluso os entre curiosidad con algunos de estos personajes femeninos, muchas de ellas pertenecientes al Hollywood dorado, y queráis saber más a fondo sobre sus interesantes vidas y trayectorias:
Audrey Hepbourn

Audrey Hepbourn: Dueña de una belleza angelical, más etérea que sexy, supo transmitir en la gran pantalla ese aura de heroína romántica y frágil que ponía en evidencia sus carencias afectivas en la vida real. Sabrina, Desayuno con diamantes o Charada, son algunos de sus éxitos en la gran pantalla, alternados con sus fracasos sentimentales, con los que sufrió mucho, primero con el actor Mel Ferrell y más tarde con el médico italiano Andrea Dotti. Tuvo un hijo de ambos. Su filmografía está llena de títulos inolvidables, siendo siempre una banderada de la delicadeza y la sencillez frente a los espectaculares y sofisticados vestidos de las actrices de Hollywood de la época. Hepburn es considerada por la American Film Institute como la tercera mejor estrella femenina de todos los tiempos. Además de su faceta como actriz, fue una mujer que se volcó en las causas humanitarias en sus últimos años de vida ejerciendo de embajadora de Unicef. Adicta al tabaco, falleció en 1993 a causa de un cáncer de colon.
Natalie Wood: Nacida como Natalia Nikolaevna Zakharenko por sus
Natalie Wood
orígenes rusos, fue una exitosa actriz que se dio a conocer sobre todo en los años 60 con películas como
Esplendor en la hierba, West Side Story o Rebelde sin causa; candidata tres veces al premio Oscar y ganadora de un Globo de Oro. Todo un icono de la época. Se casó en dos ocasiones y tuvo dos hijos. De hecho, su segundo marido, el también actor Robert Wagner, se vio involucrado en la extraña muerte de la diva: Natalie murió prematuramente(43 años) en 1981 cuando cayó de noche al agua desde su yate The Splendor (así llamado en honor a la película que la consolidó como actriz, Esplendor en la hierba). La nave estaba fondeada frente a la isla de Catalina, cerca de Los Ángeles, y en esos días Natalie terminaba la película Brainstorm, con Christopher Walken, amigo del matrimonio que estaba con ellos al ocurrir la desgracia.  En 2011, la policía reabrió el caso cuando se hizo público un libro de la escritora Marti Rully quien asegura que en la muerte de la actriz, su esposo Robert Wagner estaba plenamente involucrado. En dicho libro, la escritora exhibe un testimonio del capitán del yate, The Splendor, Dennis Davern, quien manifestó a la escritora que Wagner había intervenido en la muerte de la actriz. A día de hoy ese misterio sigue sin resolver.

Edit Piaf: Nació bajo la luz de una farola en plena calle Belleville de Paris, ya que a su madre no le dio tiempo a llegar a un hospital y su padre estaba emborrachándose en esos momentos. Su propio nacimiento anticipa lo que fue una vida marcada por abandonos y desgracias: fue criada por su abuela materna en la casa de
Edith Piaf
prostitución que ésta regentaba; se enamoró de un chico que la dejó embarazada a los dieciséis años, con quien tuvo una niña que murió con tan solo dos años de edad a causa de una meningitis; su gran amor fue el boxeador Marcel Cerdan, pero apenas duró unos meses, ya que éste falleció debido a un accidente de avión. A raíz de la muerte de Cerdan, Edit Piaf se volvió adicta a la morfina. Su vida continuó con fracasos amorosos, desintoxicaciones y el deterioro de su salud por la adicción a los medicamentos y en contraste con todo esto, triunfaba y se convertía en una figura importante del music hall. A La Môme Piaf, así llamada en sus inicios, se le deben numerosas canciones del repertorio francófono como La vie en rose, Non, je ne regrette rien o Hymne à l'amour, conocidas mundialmente. Piaf inspiró a numerosos compositores, siendo la mentora de jóvenes artistas que tuvieron fama internacional. Édith Piaf también destacó como actriz de cine y teatro participando en numerosos films y obras de teatro a lo largo de su carrera artística. El 11 de octubre (según algunos fue el 10 de octubre en París) de 1963, Édith Piaf fallece en Plascassier a los 47 años de edad, por causa de cáncer hepático. Se cree que se condujo su cuerpo de vuelta a París de manera secreta para hacer creer que había muerto en su pueblo natal.
Vivien Leigh: Nació en la India, pero cuando contaba con 6 años su familia regresó a Inglaterra. Se casó con un hombre totalmente ajeno a al mundo del cine, por lo que todo indicaba que su vida sería
Vivien Leigh
bastante hogareña, pero en 1934 intervino en sus tres primeras películas y en diciembre de ese año vio a Laurence Olivier en una obra de teatro y afirmó que ese sería el hombre con quien iba a casarse, aunque en aquel momento ambos estaban ya casados. En 1938 Leigh se marchó a Hollywood, donde rodó importantes películas, entre ellas Lo que el viento se llevó, aunque siempre prefirió el teatro. En 1940 Vivien, que ya había dejado a su primer marido, se casó por fin con Laurence Olivier, hasta 1960. Ya antes de su divorcio con Olivier, su  salud comenzó a debilitarse y después de un tiempo Vivien acudió al médico, quien le diagnosticó una recidiva de la tuberculosis de la que años antes se había curado. Se le prohibió actuar y exponerse a los cambios de clima. En su reposo, Vivien comenzó a preparar su vuelta a los escenarios, regreso que jamás pudo cumplir. Después de una larga agonía prolongada a causa de una avanzada tuberculosis, Leigh falleció a los 53 años. Laurence Olivier se encontraba ingresado en el hospital, pero al ser avisado de la noticia (por la pareja actual de Leigh) pidió el alta voluntaria y acudió inmediatamente al lado de Vivien; él mismo relata en sus memorias que permaneció junto a ella a solas «pidiéndose perdón por todo el daño que se habían hecho», siempre la recordaría como el gran amor de su vida. Desde que se casó con sir Laurence Olivier hasta su muerte nunca se quitó el título de Lady Olivier.

Carole Lombard: A los 15 años abandonó sus estudios para unirse a
Carole Lombard
una compañía de teatro, siendo esto el inicio de una gran carrera como actriz. En 1931 conoció al que sería su marido, el actor Clarke Gable, en el rodaje de una película que ambos protagonizaron. En 1936 recibió su única nominación al Oscar y por esa época comenzó a trabajar en una película de su elección por año. Su última película fue
Ser o no ser, que fue estrenada en febrero de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, con gran éxito de crítica y público; lamentablemente, Carole no vivió para ver su estreno. Finalizado el rodaje en diciembre de 1941, contando ella con 34 años, justamente cuando Estados Unidos entraba en la Segunda Guerra Mundial después del ataque japonés a Pearl Harbor, el gobierno solicitó a los más importantes actores americanos que colaboraran con la causa. Carole fue a Indiana para un acto de promoción de los bonos de guerra. El 16 de enero de 1942, Carole, su madre, su apoderado y otras 20 personas regresaban a California cuando el avión cayó en las afueras de Las Vegas. Todos los ocupantes perecieron. El presidente Roosevelt declaró que fue la primera mujer que cayó en la Segunda Guerra Mundial, y la premiaron con la medalla de la libertad. Su marido Clark Gable, totalmente destrozado, se unió a las tropas estadounidenses desplegadas en Europa. Cuando él murió, en 1960, se le enterró en una tumba junto a la de ella. Llegaron a modificar algunos diálogos de Ser o no ser, en post producción, como cuando Lombard preguntaba ¿Qué te puede pasar en un avión?

Rocio Jurado
Rocío Jurado: Es la diva española que no podía faltar en esta ocasión. Natural de Chipiona, Andalucía, despuntó con un repertorio mayormente de copla, género que empezaba a perder vigencia y que ella revitalizó con actuaciones enérgicas, tanto en voz como en presencia escénica. En los años 70 ya era bastante popular, en parte por algunas apariciones como actriz en televisión y cine, Rocío dio el salto a la categoría de estrella internacional al inclinarse a un repertorio melódico, de balada romántica, con instrumentaciones orquestales y una imagen personal (maquillaje, peluquería y vestuario) al gusto europeo. Se casó en dos ocasiones, primero en 1976 con el boxeador Pedro Carrasco, con quien tuvo una hija, y posteriormente, en 1995 con el torero José Ortega Cano, con quien adoptó dos hijos y vivió hasta su muerte en 2006 tras haberle sido diagnosticado en 2004 un cáncer de páncreas contra el que estuvo luchando durante todo ese tiempo. Tenía 60 años.


Jean Harlow: Fue una actriz de cine estadounidense y considerada
Jean Harlow
como 
símbolo sexual durante la década de 1930. Conocida como La rubia platino por su famoso cabello, su enorme popularidad y su imagen de vampiresa, contrastaron con su vida privada, llena de desilusiones, que acabó con una muerte prematura a los 26 años debido a un fallo renal. Durante el rodaje de Saratoga, Harlow comenzó a llegar tarde a los estudios debido a problemas de salud, hasta que el 29 de mayo de 1937 se desmayó en el plató y fue trasladada al hospital y diagnosticada de uremia, una enfermedad del riñón que Jean sufría a consecuencia de haber padecido en su niñez la escarlatina
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miércoles, 10 de agosto de 2016

¡Un libro para agosto!


Aprovechando los días libres que muchas tendréis, me tomo la libertad de recomendar una lectura que a mí me ha tenido enganchada durante el mes de julio (claro, mis vacaciones fueron en julio),¿qué hay mejor que acompañar los momentos de relax en la playa o en la piscina acompañada de un libro? Desde luego, un rato entre el baño y la cervecita lo podemos dedicar a eso, a meterse en una historia nueva, sobre todo cuando la historia vale la pena.
En este caso, mi libro recomendado es Mi Isla, de Elísabet Benavent. La verdad es que hacía tiempo que no leía nada de ella, comencé a leer el año pasado la saga Mi Elección pero no terminó de engancharme, me dio la sensación de que se había escrito rápido y si implicación emocional, o eso es lo que me transmitía, así que no quise seguir, la vida es muy corta y hay mucho que leer, y si algo no te engancha no hay nada que hacer, para gustos colores. También es cierto que con la saga de Persiguiendo a Silvia y Encontrando a Silvia, la Benavent dejó el listón emocional muy alto.
Pero en junio, antes de que comenzaran mis ya lejanas vacaciones, me estuve paseando por las librerías, buscando mi lectura perfecta para el verano, y vi ese libro con esa portada tan vistosa y veraniega, y pensé, ¿por qué no darle una oportunidad? Por lo menos de leer el resumen de la contraportada. La verdad es que también pude leer que se trataba de una novela con la que la autora llevaba años trabajando, le había dedicado mucho tiempo y que, después de dar con la trama perfecta, ahora había considerado que era el momento de que saliese a la luz. Eso ya daba puntos, ahí si que pude percibir esa implicación emocional que me faltó cuando leí Alguien que no soy. Compré ese libro, lo cargué en el equipaje y me fui rumbo a mi pueblo y lo cierto es que cada día, tarde y/o noche que dedicaba a leer sus páginas, este libro no me ha decepcionado, al revés, me ha emocionado. Digamos que es una historia poco probable, pero que por otro lado tiene cosas que dices, "¡joder, esto es como la vida misma!". Es muy inusual que un Andrés Velencoso reconvertido en hombre fiel, incondicional y enamorado hasta las trancas de ti de la noche a la mañana, te ofrezca el mundo; pero la cara oscura que envuelve a la industria de la moda y al ajetreo de las grandes ciudades, las fiestas, las drogas, la apariencia, las obsesiones, las traiciones, los desequilibrios, son tan reales y están tan a la orden del día, que tal y como se relatan en este libro casi asustan. 
Un tira y afloja entre lo probable y lo ensoñable, lo ideal y lo real, el paraíso y el infierno. Los personajes se pasean durante la lectura entre los dos extremos, pareciendo incapaces de encontrar el término medio. Sin duda, genial y recomendado cien por cien para las privilegiadas que disfrutan ya de las vacaciones de agosto.
Aquí dejo la sinopsis:
Maggie vive en una isla y regenta una casa de huéspedes...
Maggie tiene un huerto y casi siempre va descalza...
Maggie no quiere recordar por qué está allí; duele demasiado...
Maggie ha renunciado al amor y es complicado explicar los motivos...
hasta que conoce a Alejandro...
y la calma da paso a una tormenta de sensaciones...
y a la posibilidad de que tal vez sí se puede empezar de nuevo.
Y el audio con las voces de sus protagonistas, puestas por Vanesa Romero y Miguel Ángel Muñoz: Audio Mi Isla
Espero que disfruteis de días de sol y agua y de felices lecturas...

lunes, 8 de agosto de 2016

Caos vacacional

¿Qué tal van las vacaciones? Digo, para quienes las tienen, claro
está. Desde luego, la vara de medir no es la misma para quienes están disfrutando de destinos super cool como una casita en medio del mar de esas de Bora Bora o para las que se encuentran en un viaje rollo étnico por la India, en comparación a la familia numerosa que se pilla el apartamento en las atestadas playas de Benidorm o a quienes eligen la opción económica de llenar el maletero hasta los topes para pasar el verano en el pueblo.
Aquí todo se paga, sino, toca lidiar con el caos. Porque ya me dirá a mí la típica madre que lleva a sus tres hijos a la playa, qué no pagaría por que alguien le ahorrara el proceso de “recogida”: salid del agua, ni caso, he dicho que salgáis del agua u os quedáis sin playa para lo que queda de verano (mentira, no lo vas a poder cumplir, sé realista);ya salen, se secan, se caen, vuelven al agua a limpiarse otra vez la arena; ahora a espolsar la toalla que también la han tirado al suelo; vamos fuera de la arena a
enjuagar esos pies que no quiero que me pongáis el coche perdido, en fila para enjuagar los pies en el chorrito, ya están todos limpios, ahora me toca a mí y nos vamos; ¡mierda, se han vuelto a manchar los pies!, otra vez… Horrible, pero forma parte de la idílica estampa familiar, yo creo que estas cosas, cuando ya las has repetido tantas veces, ya se pasan con el piloto automático puesto y punto, por la tarde a ver la telenovela con el ventilador enchufado y a desconectar de los “monstruitos”.
El tema gastronómico. ¡Qué gusto esos cruceros por el Mediterráneo donde una puede disfrutar de un “todo incluido”, sin pensar en nada, solo sentarte y que te sirvan! Si no, siempre está la opción de las comidas multitudinarias en el campo de los amigos o en el merendero público, ahí, con toda la solana y el ruido de las chicharras acompañando. No sé por qué, en esta época asciende el índice de consumo de paella por día, parece que cuando nos juntamos más de
diez personas no se nos ocurre otra cosa que hacer, es lo que más gusta, desde luego, y en verano hay más ocasiones para juntarse, así que paella por un tubo. Pero lo mejor de todo no es sentarse a comerla, que va, ni el aperitivo mientras el encargado la está haciendo, más que nada porque tooodo el mundo está rodeado en torno a la paella mientras se hace, opinando además de cómo se hace: “yo le echaría más sal”, “pero, ¿no le bajas el fuego ya?”, “me parece que el arroz te va a quedar pasado”, “anda, trae, déjame que remueva un poco”. Pero, ¡¿Qué remueva ni qué leches?!, la gente no sabe que el o la encargad@ de hacer la paella es la única persona capacitada y autorizada para meter mano en ese fogón. Una amiga me comentaba el otro día su propia teoría al respecto: el escenario que se forma en torno a la elaboración de una paella no es ni más ni menos que una forma indirecta de observar las relaciones personales de los ahí presentes, y para mí que tiene razón, porque con una pequeña crítica de “le has echado tarde el azafrán”  se puede deducir muchas cosas, se puede pensar que es un modo de decirle al otro soso, aburrido, despistado… Parece una teoría muy rebuscada, pero ya lo digo, mucha gente la apoya.
No nos olvidemos del caos que supone a veces irse a pasar las vacaciones enteritas a la casa del pueblo. Después de llevar el coche hasta los topes de maletas y bolsas con ropa de todas las estaciones del año (porque en el pueblo igual te hace frío que calor) y zapatos para los diferentes tipos de terreno, comida que hay que coger sí o sí para que no esté podrida para cuando regresemos y otros posibles como el perro o el gato con todas sus “cositas”, toca descargar y colocar todo en su nuevo sitio para que en tres semanas haya, de nuevo, que recoger, meter al coche y otra vez a recolocar, además de limpieza, poner lavadoras etc, etc. Una vez en el pueblo nos acordamos de que estamos en un microclima y que poco importan ya las noticias internacionales.

Allí igual tiene el conflicto de Siria o que vayamos a terceras elecciones, lo único  que prima es estar al tanto del cotilleo local, sino estás socialmente muerta. Y mucho cuidadín de no ser carne de ese cotilleo local, es decir, que si vas a una verbena no acabes por los suelos pillando una mierda como un piano que luego todo se sabe; si eres de las que cada fin de semana se liga un maromo, en el pueblo mejor frénate, que nos conocemos todos y la reputación se gana y se pierde con una rapidez asombrosa. Vamos que estamos pilladas por todos los lados, que aquí todo el mundo sabe lo que una hace. Pero qué le vamos a hacer, es el destino vacacional más económico, ¿no? Algún precio tendremos que pagar.
Y a todo esto del caos, casi se me olvidaba, la famosa “Operación salida”. Eso debe de ser para volverse loca. Estar en una congestión de tráfico bestial y todos los motores de coches a la vez
envenenando el ambiente, con una calor que te quieres morir, eso de que miras por la ventana y lo ves todo difuminado, como cuando se escapa el gas y se distorsiona la imagen(no es que a mí se me escape muy a menudo). Qué sensación de agobio, y más ahora, que si te olvidas y sales de casa con chanclas para coger el coche, si la policía  te pilla,te cruje. Si, si, conducir con chanclas ya es oficialmente delito; y si se te rompe el aire acondicionado no se te ocurra quitarte la camiseta a pesar de que mueras de deshidratación sudorosa, aunque lleves un bikini recatadito, porque eso también es motivo de multa, imagino que porque despistas a los conductores, pero ya ves tú, que despiste vas a provocar en medio de una cola de tráfico con el coche parado.

En fin, que hay muchas formas de pasar el verano, unas más caóticas que otras. A mí me encantaría desaparecer por unas semanas en una playa paradisiaca en busca de tranquilidad y desconexión, pero por circunstancias, me ha tocado el caos. Pero dentro  del caos también hay un poco de calma, espero que tod@s podamos encontrarla.

¡Feliz caótico agosto!