El tema de
las enrevesadas emociones de ellas frente a la simplicidad de ellos siempre ha
sido tema para chistes y bromas que, si se llega a enfocar bien, puede incluso
llegar a ser divertido. Eso de que las mujeres deberíamos venir con un manual
de instrucciones incorporado por lo peliagudas e incomprensibles que podemos
llegar a ser; los típicos chistes sobre la reacción de ellas ante el bajo
estado de ánimo de sus novios: “¿Qué le
pasará?. ¿Habré hecho algo mal?. ¿Me oculta algo?”, cuando lo único que les
ocurre a ellos es que el Real Madrid ha perdido un partido importante; o la
comparación de los gobernantes de los países de ahora, si se diera el caso de
que todo el mundo fuera gobernado por mujeres, “no habría guerras, tan solo un puñado de países que se criticarían
entre ellos y no se dirigirían la palabra”. Hay un montón de tópicos
hiperbólicos y exagerados con respecto al sentimentalismo y el exceso de
sensibilidad femeninos que por mi parte, si están bien planteados y sabiendo
que es una broma, no los considero para nada hirientes, es más, soy la primera en reirme de todo eso y también se hacen sobre
el arcaicismo emocional de ellos…
Tim Hunt: "Tres cosas ocurren cuando hay mujeres en el laboratorio...Te enamoras de ellas, se enamoran de ti y cuando las criticas, lloran". |
Por otra
parte, estos chistes y tópicos se sustentan en que también hay estudios científicos
serios que explican que las mujeres
superan a los hombres en la discriminación de emociones y hay una
diferenciación en el desempeño de
ciertas tareas entre ellos y ellas que se debe al papel que juegan las hormonas
sexuales en nuestros cerebros.
El problema
es cuando estos tópicos se utilizan para intentar hacer comentarios “irónicos y desenfadados” y el resultado
que se obtiene es otro, más bien hiriente e irreverente, como los que lanzó
hace unos días el bioquímico y premio Nobel Tim Hunt, con los que
explicaba que existen tres problemas si
tienes una compañera de laboratorio: "Primero
te enamoras de ellas, después se enamoran de ti y cuando criticas su trabajo
acaban llorando“… Muy simplista y poco profesional la
explicación ¿no?
Pues este
intento de sonar “irónico y desenfadado” le ha costado al científico su
dimisión como profesor emérito del University
College of London. ¿Ha sido muy duro el castigo? ¿Se le ha dilapidado muy injustamente?
A ver, no
se trata de un monólogo del Club de la Comedia ni de un chiste de Twitter, sino
de unos comentarios expuestos en una conferencia en Corea del Sur por parte de
un bioquímico-premio Nobel de medicina-Caballero de la Orden Brtánica… El
hombre debería de haber medido sus palabras, porque si una persona cultivada
ante una exposición seria muestra sus ideas de ese modo, ¿qué podemos esperar
de los catetos y machistas?
Humor Gráfico sobre el cerebro de hombres y mujeres. |
A pesar de
las disculpas, Hunt ha explicado que ciertos matices de sus declaraciones son
ciertos: "Me he enamorado de
compañeras y compañeras se han enamorado de mi, y es algo que perturba la
investigación porque es terriblemente importante estar al nivel en el
laboratorio. (…) Creo que los líos emocionales hacen muy
complicada la vida". Bueno, ¿y qué? Pues yo creo que las mujeres
profesionales somos personas adultas y serias con nuestro trabajo y podemos llegar
a ser capaces de separar, en el caso de que se produzca una relación
sentimental dentro del puesto de trabajo, lo laboral de lo sentimental, sin que
las maripositas en el estómago dificulten nuestro trabajo. Tal vez la
dificultad de concentrarse en su tarea la puedan tener ellos si no son capaces
de mantener el control y dejar de pensar con el rabo. Perdón.
El caso es
que cada comentario tiene su momento, está bien exagerar y burlarse de trivialidades
de género en un ámbito informal y dentro del respeto, pero cuando se trata de
mantener la seriedad hay que evitar caer en los tópicos. Nosotras podemos ser
igual de laboralmente competentes que de emocionalmente activas. Las estadísticas
demuestran la constancia y seriedad que
ponemos las mujeres en los estudios y en el trabajo, así que ahora que no me
hablen de que si un hombre tiene como compañera de trabajo a una mujer perturba
el rendimiento. Un verdadero profesional trabaja igual sin verse condicionado
por el género, sea del sexo que sea.
Pues ya
está, me he despachado a gusto. Y no hablo por hablar, que yo a mi pareja lo
conocí en nuestro puesto de trabajo y en ningún momento se me han disparado las
hormonas, ni he montado una escenita (al menos en el trabajo), ni he
dificultado las tareas a ninguno de mis compañeros por ello.
Señores,
no tengan miedo, no somos peligrosas, solo un poquito más complejas,
emocionalmente hablando.
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