La semana pasada escuché este titular en
las noticias de TV: “Uno de cada tres
jóvenes considera inevitable o aceptable controlar a su pareja”. Me
quede tan de piedra que en seguida me puse a rebuscar por internet para ver si
la noticia aparecía más detallada y en un diario digital encontré estos datos:
- “El
33% de los jóvenes considera que es lícito controlar los horarios, impedir que
vea a su familia o
amistades o decirle cosas que puede o no puede hacer.”
- “El 96% de las
mujeres y el 92% de los hombres en esta edad adolescente consideran
"totalmente inaceptable" la violencia de género.”
- “El 28% de las
adolescentes reconoce haber sufrido control abusivo por parte de sus parejas,
según la Delegación del Gobierno.”
Cuando se dice “controlar” se refieren a vigilar los horarios de la pareja,
impedir que vea a su familia o amistades, no permitir que trabaje o estudie o
decirle las cosas que puede o no puede hacer a su chica. Suena super
retrógrado, pero inexplicablemente hay gente que eso lo considera ¿aceptable?
Sí.
Toda esta cantidad de porcentajes y números
es el resultado de un estudio que fue presentado por la secretaria de Estado de
Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero; la delegada del Gobierno para
la Violencia de Género, Blanca Hernández, y la socióloga Verónica de Miguel,
para la campaña 'Hay Salida' a los
jóvenes y adolescentes. Los conejillos de indias del estudio fueron 2.500
jóvenes de entre 15 y 29 años, demostrando que la población joven,
sorprendentemente, parece que es mucho más tolerante y complaciente que otros
sectores de población a las conductas de control, con el dato de que el 33%
considera aceptable esos comportamientos de “control” en algunos casos. Por
ejemplo, está claro que la violencia de género es totalmente asumida como
inaceptable, el 96% de las mujeres y el 92% de los hombres en estas edades lo
corroboran y del otro 4% y 8% de enfermos mejor no hablamos. Pero al parecer no
todas las formas de violencia generan el mismo rechazo. El control, el placaje,
la supervisión, la prohibición, la vigilancia continua hasta llegar al punto de
limitar la libertad de la otra persona solo es rechazada por un 66% de jóvenes.
Dicen que en esta forma de pensar y de ver
las cosas influyen las campañas informativas. La verdad es que cuando nos han
puesto en la TV o en algún cartel publicitario la imagen de una mujer con el
ojo morado y hematomas por el cuerpo, nos ha impactado y se nos ha quedado
grabada en nuestra mente, identificándola siempre como algo intolerable que
enciende nuestra lucecita roja de amenaza. Pero el violento-controlador parece
que pasa desapercibido y, al no haber palizas ni insultos claros de por medio,
parece que sea algo normal e incluso algo necesario, como un favor que se le
hace a la mujer para “protegerla” o
llevarla por el buen camino. Una demostración de cuanto la quiere y se preocupa
por ella vamos.
Es muy importante concienciar a l@s
adolescentes para que aprendan a detectar las primeras señales de maltrato y
prevenir otras de sus variantes, como el ciberacoso. En un momento en el que
nos manejamos con ordenadores y redes sociales y nos comunicamos a través de whatsapps, parece que es muy fácil caer
en la concesión del control para tener contento al novio (“enseñame tus
mensajes y tu lista de contactos, borra a este, contéstales a tus a migas y
diles que no vas a quedar con ellas… etc”) y sorprendentemente difícil saber
hasta dónde consentir, dónde poner la barrera que diferencia la simple
curiosidad o las ganas de compartir, del control obseso y enfermizo que se
traduciría en otra forma de violencia.
Y es que la percepción que tienen los adolescentes y jóvenes de esta
generación sobre la violencia de género, es preocupante. La forma en la que
llevan sus relaciones afectivas y sociales tienen comportamientos
discriminatorios e inadmisibles, en las que se admite la ridiculización hacia
ellas, la obligación de que tengan que dar explicaciones y decir dónde y con
quien están, la sumisión ante una orden o una disconformidad por parte de
ellos… son verdaderas señales incipientes de violencia que anticipan otras
manifestaciones más graves de maltrato.
Definitivamente, hay cosas que no son para nada
aceptables y el control obsesivo esuna de ellas.
Es alucinante las cifras que se barajan.
ResponderEliminarPersonalmente, creo que hay mucho en lo que trabajar. En los adolescentes se puede empezar, puesto que están iniciando sus vidas, pero no hay que enviar mensajes confusos. A mí personalmente me molesta que los anuncios de maltrato, sea cuál sea, sean dirigidos únicamente a mujeres o chicas, cuando muchas muchas muchas veces los hombres son maltratados, espiados y controlados por sus parejas.
Sólo basta ver y leer ciertos artículos de revistas, tales como 'las mejores app para espiar a tu pareja' 'cómo saber si tu novio te engaña', etc, etc.
Tienes mucha razón en tos aportaciones. El enfoque que se le da a veces al maltrato está algo desenfocado. Sin menospreciar a las campañas divulgativas sobre violencia de género. Pero es cierto que, mujas mujeres someten a sus parejas a un control abusivo que puede llegar a lo patológico y en esta posición el hombre puede quedar olvidado y menospreciado.
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