viernes, 6 de febrero de 2015

Muy por debajo de lo aceptable

La semana pasada escuché este titular en las noticias de TV: “Uno de cada tres jóvenes considera inevitable o aceptable controlar a su pareja”. Me quede tan de piedra que en seguida me puse a rebuscar por internet para ver si la noticia aparecía más detallada y en un diario digital encontré estos datos:
- “El 33% de los jóvenes considera que es lícito controlar los horarios, impedir que vea a su familia o
amistades o decirle cosas que puede o no puede hacer.”
- “El 96% de las mujeres y el 92% de los hombres en esta edad adolescente consideran "totalmente inaceptable" la violencia de género.”
- “El 28% de las adolescentes reconoce haber sufrido control abusivo por parte de sus parejas, según la Delegación del Gobierno.”
Cuando se dice “controlar” se refieren a vigilar los horarios de la pareja, impedir que vea a su familia o amistades, no permitir que trabaje o estudie o decirle las cosas que puede o no puede hacer a su chica. Suena super retrógrado, pero inexplicablemente hay gente que eso lo considera ¿aceptable? Sí.
Toda esta cantidad de porcentajes y números es el resultado de un estudio que fue presentado por la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero; la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, y la socióloga Verónica de Miguel, para la campaña 'Hay Salida' a los jóvenes y adolescentes. Los conejillos de indias del estudio fueron 2.500 jóvenes de entre 15 y 29 años, demostrando que la población joven, sorprendentemente, parece que es mucho más tolerante y complaciente que otros sectores de población a las conductas de control, con el dato de que el 33% considera aceptable esos comportamientos de “control” en algunos casos. Por ejemplo, está claro que la violencia de género es totalmente asumida como inaceptable, el 96% de las mujeres y el 92% de los hombres en estas edades lo corroboran y del otro 4% y 8% de enfermos mejor no hablamos. Pero al parecer no todas las formas de violencia generan el mismo rechazo. El control, el placaje, la supervisión, la prohibición, la vigilancia continua hasta llegar al punto de limitar la libertad de la otra persona solo es rechazada por un 66% de jóvenes.
Dicen que en esta forma de pensar y de ver las cosas influyen las campañas informativas. La verdad es que cuando nos han puesto en la TV o en algún cartel publicitario la imagen de una mujer con el ojo morado y hematomas por el cuerpo, nos ha impactado y se nos ha quedado grabada en nuestra mente, identificándola siempre como algo intolerable que enciende nuestra lucecita roja de amenaza. Pero el violento-controlador parece que pasa desapercibido y, al no haber palizas ni insultos claros de por medio, parece que sea algo normal e incluso algo necesario, como un favor que se le hace a la mujer para  “protegerla” o llevarla por el buen camino. Una demostración de cuanto la quiere y se preocupa por ella vamos.
Es muy importante concienciar a l@s adolescentes para que aprendan a detectar las primeras señales de maltrato y prevenir otras de sus variantes, como el ciberacoso. En un momento en el que nos manejamos con ordenadores y redes sociales y nos comunicamos a través de whatsapps, parece que es muy fácil caer en la concesión del control para tener contento al novio (“enseñame tus mensajes y tu lista de contactos, borra a este, contéstales a tus a migas y diles que no vas a quedar con ellas… etc”) y sorprendentemente difícil saber hasta dónde consentir, dónde poner la barrera que diferencia la simple curiosidad o las ganas de compartir, del control obseso y enfermizo que se traduciría en otra forma de violencia.
Y es que la percepción que tienen los adolescentes y jóvenes de esta generación sobre la violencia de género, es preocupante. La forma en la que llevan sus relaciones afectivas y sociales tienen comportamientos discriminatorios e inadmisibles, en las que se admite la ridiculización hacia ellas, la obligación de que tengan que dar explicaciones y decir dónde y con quien están, la sumisión ante una orden o una disconformidad por parte de ellos… son verdaderas señales incipientes de violencia que anticipan otras manifestaciones más graves de maltrato.
Definitivamente, hay cosas que no son para nada aceptables y el control obsesivo esuna de ellas.

2 comentarios:

  1. Es alucinante las cifras que se barajan.
    Personalmente, creo que hay mucho en lo que trabajar. En los adolescentes se puede empezar, puesto que están iniciando sus vidas, pero no hay que enviar mensajes confusos. A mí personalmente me molesta que los anuncios de maltrato, sea cuál sea, sean dirigidos únicamente a mujeres o chicas, cuando muchas muchas muchas veces los hombres son maltratados, espiados y controlados por sus parejas.
    Sólo basta ver y leer ciertos artículos de revistas, tales como 'las mejores app para espiar a tu pareja' 'cómo saber si tu novio te engaña', etc, etc.

    ResponderEliminar
  2. Tienes mucha razón en tos aportaciones. El enfoque que se le da a veces al maltrato está algo desenfocado. Sin menospreciar a las campañas divulgativas sobre violencia de género. Pero es cierto que, mujas mujeres someten a sus parejas a un control abusivo que puede llegar a lo patológico y en esta posición el hombre puede quedar olvidado y menospreciado.

    ResponderEliminar