jueves, 19 de febrero de 2015

Ana y Mia, apología de la autodestrucción

Mira que en mi vida he oído hablar de dietas pero es la primera vez que escucho algo sobre las llamadas dietas Pro-Ana y Pro-Mia. ¿Las conocíais? Disculpen mi ignorancia pero ha tenido que ser viendo el telediario esta noticia: La Policía Nacional ha retirado un vídeo que circulaba por internet y hacía apología de la anorexia y la bulimia. Un centro educativo de la Región de Murcia denunció la existencia de las imágenes. La propietaria del vídeo es autora de un blog en el que relata su experiencia con este trastorno alimentario., para ponerme a investigar sobre el tema, ver con mis propios ojos que de
verdad existe esta especie de corriente y saber exactamente cuáles son sus ideologías y mandamientos.
 La verdad es que el saber que en el tema del vídeo borrado había una niña de por medio (“[…] había sido visionado por una menor de edad en tratamiento médico intensivo por bulimia, y en él se informaba de las diferentes pautas a seguir para comenzar a experimentar con la anorexia y la bulimia.) me preocupó bastante y cuando puse las palabras clave en el buscador, flipé en colores al encontrarme tantos blogs, fervientes seguidoras y comentarios alentadores hacia este estilo de vida. Os juro que al principio pensaba que cuando decían algo como “Ana y Mia son fantásticas” se referían a blogueras o dietistas, y resulta que, cortita de mí que no sabía nada de todo esto, ¡las susodichas Ana y Mia son la puta dieta! Esto  no es más que una jodida secta sorbe-cerebros que venera y admira con total y abierta devoción a los trastornos alimenticios conocidos como anorexia y bulimia.



Blogs como Princesa Lorelei, Princess of Darkness o Princesita Fernanda entre otros, porque resulta alarmante todo el material que hay suelto por internet, se dedican a colgar posts con consejos para esconder comida, trucos para que los padres y amigos crean que te alimentas, grupos de apoyo para no comer o técnicas para vomitar. No se trata de páginas web con dietas o ejercicios para chicas guapas y delgadas que quieren mantener su talla, esto va mucho más allá, se trata de un atentado contra la propia vida al fomentar un estilo de vida que genera graves trastornos psicológicos y alimenticios y que no solo afecta al típico grupo de modelos y chicas adolescentes, esto cada vez va sumando más seguidores y está empezando a captar a deportistas y grupos de hombres.




Las blogueras se refieren a todas sus seguidoras como “princesas” (“Porque nadie dijo que llegar a ser princesa iva a ser fácil” dicen algunos blogs, incluida la “v” en “iba”, porque además son incultas) y las animan a probar esas dietas destructivas, disfrazándolas de remedios de belleza útiles y necesarios, acogiendo a las nuevas princesitas y ejerciendo de coach para ellas, no aceptando las opiniones contrarias a las suyas en los foros y creyéndose con derecho a ser superiores y llamar “gordas pendejas” a todas aquellas que no cumplen con los ideales de una Pro-Ana como ellas. Unas fanáticas y extremistas de la delgadez, además de unas faltonas que en el fondo dan lástima, porque en realidad son unas enfermas que no quieren ver su problema ni ponerle remedio o ser ayudadas.
Por ahora, en España, este tipo de sitios web son legales y no se puede hacer nada por impedir su publicidad, todo queda en manos del nivel de moralidad que tienen los portales a los que pertenecen sus blogs. Sin embargo en Italia ya están tomando medidas legales con este tema y en Francia existe una regulación en su código penal desde 2008 para controlar y sancionar este tipo de ideología en la red.
Yo, sinceramente, a todas estas princesas anoréxicas, que por desgracian no quieren ver que lo son, abanderadas de la dieta Pro-Ana-Mia, les recomiendo que  su vida la llenen más de esto…



Y menos de esto…


martes, 17 de febrero de 2015

¡Bienvenido Mr. Grey!

Por fin llegó el día tan esperado: este fin de semana fui a ver la película de Cincuenta sombras de Grey y pude ponerle cara y cuerpo al macizorro más famoso de la novela erótica. Y es que, sabiendo todo el revuelo que causaron los libros era normal que se armara semejante revolución por el estreno de su adaptación cinematográfica.
Aquí todas nos mordíamos las uñas, ha sido un tiempo de espera muy largo pero claro, con sus contratiempos: críticas porque los actores no gustaban, el primer aspirante a ser Christian Grey se echó atrás por la presión y abandonó el  proyecto, los personajes secundarios se hicieron de esperar… en fin que se iba posponiendo el estreno y nosotras sin poder ver a un Mr. Grey de carne y hueso y comenzaba a crearse una especie de presión en todo lo que tenía que ver con el tema.
Cuando ya parece que está todo en orden, los días previos al estreno comienzan las críticas de todo tipo, las que más sonaban eran las de asociaciones feministas que denunciaban el interés mediático por una película que invita a las relaciones sadomasoquistas y degrada a la mujer. Yo ahí discrepo, creo que exageraban  y quien se ha leído los libros sabe que todo lo que ocurre en ese famoso cuarto rojo del dolor es totalmente consentido y… ¡con un contrato previo!
Pero bueno, a pesar de todos los problemillas, la peli se estrenó con un enorme éxito aunque tuviera que competir con Carnavales y San Valentín, todas las locas de la trilogía pudimos ver a nuestro Christian, con mayor o menor  nivel de satisfacción.
Entradas compradas con antelación y una buena cena con amigas a pesar de las demandas en los restaurantes por ser San Valentín… puedo decir que prueba superada.
Y ahora va mi crítica:
Después de leer la trilogía completa (en tiempo record, por cierto) debo decir que, al contrario de lo que suele ocurrir la mayoría de las veces cuando adaptan un libro al cine, la historia ha sido muy fiel a la de su autora. A ver, que la historia va de lo que va y no hay mucho  que cambiar, pero a pesar de que no todas las escenas que el libro cuenta han podido verse, yo creo que no ha faltado de nada, cada personaje ha tenido su momento y las escenas sexuales han sido las justas porque creo que en una versión cinematográfica tanto folleteo empalaga. Dakota Jonhson ha clavado su personaje, que mira que era difícil y Jamie Dornan, con tantas críticas negativas que recibió al principio, creo que ha callado unas cuantas bocas.
Mi única queja, si es que puede haberla, es que a Anastasia Steele le hemos visto hasta el código de barras y de nuestro querido Christian Grey solo nos hemos podido conformar con algún que otro plano de su perfecto trasero. Ahí no he visto igualdad de oportunidades.
Pero por lo demás, disfruté muchísimo de la película, tanto, que no recordaba ese final  tan “no jodas, no nos dejéis así” y me va a tocar volver a leerme las Cincuenta sombras más oscuras para aguantar un poco hasta que se estrene la segunda parte.
Una película para disfrutarla con un grupo de amigas fanáticas de este personaje con pasado tormentoso, obseso del control y de gustos sexualmente peculiares.

Ahora sí que podemos decirlo… ¡Bienvenido Mr. Grey!


viernes, 6 de febrero de 2015

Muy por debajo de lo aceptable

La semana pasada escuché este titular en las noticias de TV: “Uno de cada tres jóvenes considera inevitable o aceptable controlar a su pareja”. Me quede tan de piedra que en seguida me puse a rebuscar por internet para ver si la noticia aparecía más detallada y en un diario digital encontré estos datos:
- “El 33% de los jóvenes considera que es lícito controlar los horarios, impedir que vea a su familia o
amistades o decirle cosas que puede o no puede hacer.”
- “El 96% de las mujeres y el 92% de los hombres en esta edad adolescente consideran "totalmente inaceptable" la violencia de género.”
- “El 28% de las adolescentes reconoce haber sufrido control abusivo por parte de sus parejas, según la Delegación del Gobierno.”
Cuando se dice “controlar” se refieren a vigilar los horarios de la pareja, impedir que vea a su familia o amistades, no permitir que trabaje o estudie o decirle las cosas que puede o no puede hacer a su chica. Suena super retrógrado, pero inexplicablemente hay gente que eso lo considera ¿aceptable? Sí.
Toda esta cantidad de porcentajes y números es el resultado de un estudio que fue presentado por la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero; la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, y la socióloga Verónica de Miguel, para la campaña 'Hay Salida' a los jóvenes y adolescentes. Los conejillos de indias del estudio fueron 2.500 jóvenes de entre 15 y 29 años, demostrando que la población joven, sorprendentemente, parece que es mucho más tolerante y complaciente que otros sectores de población a las conductas de control, con el dato de que el 33% considera aceptable esos comportamientos de “control” en algunos casos. Por ejemplo, está claro que la violencia de género es totalmente asumida como inaceptable, el 96% de las mujeres y el 92% de los hombres en estas edades lo corroboran y del otro 4% y 8% de enfermos mejor no hablamos. Pero al parecer no todas las formas de violencia generan el mismo rechazo. El control, el placaje, la supervisión, la prohibición, la vigilancia continua hasta llegar al punto de limitar la libertad de la otra persona solo es rechazada por un 66% de jóvenes.
Dicen que en esta forma de pensar y de ver las cosas influyen las campañas informativas. La verdad es que cuando nos han puesto en la TV o en algún cartel publicitario la imagen de una mujer con el ojo morado y hematomas por el cuerpo, nos ha impactado y se nos ha quedado grabada en nuestra mente, identificándola siempre como algo intolerable que enciende nuestra lucecita roja de amenaza. Pero el violento-controlador parece que pasa desapercibido y, al no haber palizas ni insultos claros de por medio, parece que sea algo normal e incluso algo necesario, como un favor que se le hace a la mujer para  “protegerla” o llevarla por el buen camino. Una demostración de cuanto la quiere y se preocupa por ella vamos.
Es muy importante concienciar a l@s adolescentes para que aprendan a detectar las primeras señales de maltrato y prevenir otras de sus variantes, como el ciberacoso. En un momento en el que nos manejamos con ordenadores y redes sociales y nos comunicamos a través de whatsapps, parece que es muy fácil caer en la concesión del control para tener contento al novio (“enseñame tus mensajes y tu lista de contactos, borra a este, contéstales a tus a migas y diles que no vas a quedar con ellas… etc”) y sorprendentemente difícil saber hasta dónde consentir, dónde poner la barrera que diferencia la simple curiosidad o las ganas de compartir, del control obseso y enfermizo que se traduciría en otra forma de violencia.
Y es que la percepción que tienen los adolescentes y jóvenes de esta generación sobre la violencia de género, es preocupante. La forma en la que llevan sus relaciones afectivas y sociales tienen comportamientos discriminatorios e inadmisibles, en las que se admite la ridiculización hacia ellas, la obligación de que tengan que dar explicaciones y decir dónde y con quien están, la sumisión ante una orden o una disconformidad por parte de ellos… son verdaderas señales incipientes de violencia que anticipan otras manifestaciones más graves de maltrato.
Definitivamente, hay cosas que no son para nada aceptables y el control obsesivo esuna de ellas.