lunes, 11 de agosto de 2014

Mujeres encadenadas

Hoy quiero ponerme más seria en comparación a los últimos posts que he colgado en anteriores semanas. Últimamente he oído hablar más que de costumbre a cerca de Israel, su sociedad y todo lo que le rodea y mira por donde, me percaté de ciertas “costumbres ancestrales”  que forman parte del modo de actuar del pueblo judío. Desde luego, la comunidad judía siempre se ha enorgullecido de su historia, sus prácticas cotidianas y sobre todo de sus tradiciones.

Sin embargo, tanto hablar del judaísmo y de toda la calidez y unión que le caracteriza, que por otro lado está muy bien, recientemente me entero de la existencia, y bastante numerosa, en esas comunidades, de la mujer agunot o lo que es lo mismo, la mujer encadenada.
Digamos que cuando un matrimonio judío, como tantos otros,  no funciona y la mujer desea divorciarse, ésta no lo tiene tan fácil porque para que realmente ella quede divorciada en su totalidad y desvinculada de su marido, éste tiene que concederle el Get. El Get es lo que viene a separar, a romper el matrimonio, es más, si el marido no le concede a su esposa el Get, ella no podrá rehacer su vida sentimental con otro hombre y mucho menos aún volver a casarse y formar una familia nuevamente ya
que los hijos que pueda tener en otra relación serán tachados de ilegítimos y ellas estigmatizadas dentro de su comunidad.
 La mayoría de las víctimas, para qué engañarnos, son mujeres, las “agunot” que no pueden casarse (por el rito judío) hasta que su esposo decida darles el Get. Pero también existen hombres “amarrados” a su pareja, pocos, pero existen, y son aquellos cuyas esposas se niegan a recibir el divorcio y no acuden al tribunal rabínico y por lo tanto, el Get no se puede llevar a cabo. Qué manera de privarle el derecho a ser feliz a la persona a quien supuestamente se le ha querido tanto, ¿no?
Según las propias palabras de un rabino: “El matrimonio es una sociedad de dos. Firmaron ambos un compromiso que sólo ellos pueden romper, no los rabinos. Tanto el hombre como la mujer pueden pedir el divorcio, pero sólo el hombre lo puede otorgar, pero siempre con el consentimiento de la mujer”. Lo que vienen a decir estas palabras es que, aunque el matrimonio es un compromiso de dos y los dos tienen su “voto”, quién tiene realmente la sartén por el mango es el marido. Existen casos de abuso en que se pide un “rescate” a la esposa a cambio de la disolución religiosa del matrimonio, un chantaje, en pocas palabras.  En los casos en que el hombre se niega a dar el divorcio, las autoridades comunitarias y/o rabínicas lo convocan hasta en tres ocasiones e intentan convencerlo, llegando a aplicar presión para obligarlo, aunque no pueden otorgar el divorcio arbitrariamente.
Por lo tanto, el hombre puede condicionar la obtención del Get  o negarlo completamente. Desde luego que esos comportamientos han sido y siguen siendo denunciados, no solamente por lo machista de la situación con respecto a la posición de la mujer sino por los problemas que puede crear en la sociedad judía provocando serios enfrentamientos. Y es que las Escrituras consideran que se puede azotar a un hombre que se niega a dar el Get a su esposa, aunque esa sería una solución muy arcaica y poco ética, y más teniendo en cuenta lo que intento denunciar aquí. A la vez, en Israel, hay tribunales rabínicos, que pueden hacer valer el peso de la ley: si un hombre se rehusa a dar el Get, y se justifica que se tiene que divorciar, se le obliga, llegando incluso a sacarlo de la comunidad, publicar la situación o bajo pena de cárcel, pero en otros países no se puede usar este método.

Desde luego, esto a día de hoy sigue siendo un problema que preocupa no solo a los rabinos, que intentan buscar soluciones lo menos conflictivas posibles, sino para la sociedad en general, y por ello existen las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres Yad La'isha y Mavoi Satum, quienes señalan una cifra global de agunot de varios miles y sostienen que más mujeres judías sufren de extorsión financiera y de custodia de sus maridos para obtener un divorcio. Anualmente estas organizaciones marcan su lucha el Día Internacional de la Agunah, saben que las redes sociales tienen un gran poder de difusión, así que las campañas a través de Facebook para crear conciencia y convocar concentraciones a modo de protesta son algunas de sus armas para dar a conocer esta mancha en la Ley Judía.


Espero que cada vez se vayan conociendo más estas costumbres tan retrógradas que suceden incluso en sociedades que aparentemente consideramos que han progresado y son totalmente respetadas, en el caso de la judía, la del poder que otorga a un hombre la concesión del Get.

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