Las
mujeres Millennials, del Milenio en castellano, o también llamadas de la
Generación Y o Generación Peter Pan, pertenecen a ese grupo de personas nacidas
entre 1981 y 1995. Son las que siguen a las Generaciones X y Baby Boomers,
criadas entre conflictos bélicos e inestabilidad económica. Quizás por eso, por
haberlo tenido más fácil que sus predecesores, Millennials son sinónimo de
malcriados. ¿Qué pensaís?
Yo
pertenezco a esa generación de mujeres Millennials y sí que debo decir que lo
hemos tenido todo mucho más viable a nivel social, laboral o estudios que las
que han vivido en otras generaciones y que, tal vez, muchas de nosotras se
hayan acomodado en esa vida fácil que se nos presenta en la actualidad. Siempre
he pensado que nuestras abuelas sufrieron la desigualdad de género, limitándose
su presencia al hogar, nuestras madres lucharon por escalar a nivel social y
laboral y nosotras nos estamos beneficiando de esa costosa evolución pero no
valoramos realmente todo el esfuerzo que nos ha precedido ni continuamos esa lucha con la misma intensidad. Pero bueno, eso es
una opinión personal, las catalogaciones generacionales de los antropólogos son
las que se encargan de sacar algunas generalidades para todas nosotras,
generalidades que se supone que nos identifican y nos distinguen y diferencian
de nuestras predecesoras. Veamos si nos sentimos identificadas con algunas de
éstas características atribuibles para todas las Millennials que he ido
catalogando:
1. Utilizamos tiempo para
nosotras mismas como forma de sentirnos felices. La felicidad la encontramos en
nuestro ocio individual; podemos hacerlo solas o acompañadas pero siempre buscando
el bienestar individual. Tal vez una sesión de pilates, un día de campo o playa
o una tarde de película. Sí, totalmente de acuerdo: hoy en día disponemos de
poco tiempo y éste está muy valorizado, priorizamos lo que realmente sabemos
que nos va a hacer sentir bien. Y ojo, eso
no es egoísmo.
2. Amamos sin tabú y disfrutamos plenamente de nuestra sexualidad.
Hace unas décadas, si le proponías juegos o revelabas tus gustos abiertamente a tu pareja o si tenías
relaciones esporádicas con hombres o mujeres distintos eras una guarra. Por
suerte, a pesar de que las propias mujeres somos a veces nuestras peores
enemigas y nuestro freno para evolucionar en ese sentido, vivimos en un momento
y una sociedad en la que no tenemos la necesidad ni el pudor de ocultar
nuestras preferencias sexuales a nuestra pareja, disfrutamos esa intimidad y comunicamos
lo que queremos sin sentirnos avergonzadas.
Pocas son las Millennials que se preocupan por “el qué dirán”.
3. Tenemos
libertad de decisión. Si hay que decir algo, se dice. Decidimos,
temas sencillos o importantes, sin temor a las consecuencias. Con esta
afirmación no estoy del todo de acuerdo; si lo aplicamos al ámbito laboral, la
libertad de decisión para cambiar de puesto de trabajo sin miedo a lo que venga
no es precisamente “libre”, porque también somos la Generación Hipotecada y la
seguridad también es algo que nos marca. No todas tenemos la suerte de
lanzarnos a la aventura con decisiones locas y espontáneas.
4. Estamos
conectadas a redes sociales. Ahí no discrepo para nada. Somos la primera
generación que sufrirá una evolución en su dedo pulgar de tanto tiempo que
dedicamos a la pantalla deslizante y a escribir por los chats. Qué lejos queda el
tiempo que esperábamos en cargar un ordenador; ahora buscamos inmediatez: si el
Facebook tarda más de tres segundos en abrirse, nos desesperamos. Muy pocas
serán las que no utilizan las redes sociales para compartir sus gustos,
experiencias y contactar con amigos y familiares.
5. Somos mujeres profesionales. Sí, estudiamos, nos preparamos durante años para buscan un trabajo que pueda ser parte del plan para lograr nuestras aspiraciones. Somos personas muy ambiciosas. Tenemos aspiraciones y buscamos un estilo de trabajo que se adapte a nuestras necesidades. Y sobre todo, nos interesa un trabajo para ser feliz y sentirse realizada, aunque debo decir que es muy difícil lograrlo. Esto también está un poco reñido con la desigualdad laboral en cuanto a género y el machismo que existe en las empresas; las mujeres siempre lo tendremos más difícil que los hombres en el camino al éxito, porque todavía pulula esa idea de que contratar a una mujer trae más problemas y el éxito en el trabajo y la maternidad es la gran encrucijada de toda mujer Millennial.
6. Seguridad
en nosotras mismas. Esto es más una cuestión de carácter, pero el hecho de ver
cómo el mundo se hace cada vez más cómodo y accesible tiene una enorme
influencia. Las mujeres millennials son seguras
de sí mismas, según la organización PricewaterhouseCoopers (PwC). El país en donde se encuentran las mujeres más seguras de sí mismas
de esta generación es Brasil (76%), La India (76%) y Portugal (68%).
7. A una Millennial le interesa mejorar la vida de los demás.
Dicen los expertos que se interesan por los demás y por qué hacer para
ayudarlos a tener una vida mejor;
se preocupan por los efectos de las cosas; prefieren poner en práctica la colaboración. Lo cierto es que en este punto también discrepo, más
tratándose de una generación en una sociedad cada vez más individualista y
competitiva. Y como antes he dicho: nosotras somos nuestras peores enemigas.
8. Deseamos
un trabajo que nos haga sentir realizadas. Como somos una generación obsesionada en
encontrar la felicidad, parece que nos importa trabajar por nuestras propias
metas en un lugar que nos haga feliz e inspire a mejorar. Somos muy soñadoras, pero eso nos motiva a
seguir cada día. Sin embargo, como ya
he dicho antes, la felicidad nunca será plena: para sentirnos completamente
realizadas en nuestro trabajo, tendremos que renunciar a otras aspiraciones del
ámbito personal. Aunque hay dos ventajas en este sentido y es que cada vez hay
más mujeres dispuestas a eso y, por otro lado, el trabajo nos absorbe tanto que
en muchos casos forma parte de nuestras vidas, por lo que tampoco parece tan “duro”
el luchar por esas metas laborales.
9. Somos críticas y exigentes. Al utilizar mucho las redes sociales, comentamos continuamente sobre productos y experiencias. De acuerdo a datos del portal Forbes, un 86% de los consumidores de esta generación dejaría de hacer negocios con una empresa por una mala experiencia de cliente. Además, toman en cuenta los comentarios hechos en las webs digitales para confiar en una marca. Sí, sí, eso es muy millennial, lo garantizo.
10. Tener un
trabajo es un medio no un fin para ti. Volviendo a otro punto del tema laboral
(el tema laboral es muy importante en las mujeres Millennials, se nota ¿no?), ser de la generación
millennials significa tener como prioridad evitar trabajos indeseados. El trabajo significa para nosotras
un medio para realizar nuestros sueños. Trabajos indeseados son los que tienen
horarios rígidos con jefes que no son líderes y que no permite avanzar en línea de carrera. A mi modo de
ver, aunque cada vez hay más empresas que se adaptan a la mujer, la
conciliación familiar, los horarios más óptimos, los jefes comprensivos etc, este tema sigue siendo
una Utopía.
Mujeres millennials y no millennials también, ¿qué opináis?, ¿estáis de
acuerdo?, ¿algo más que añadir? Yo me quedo con que, teniendo en cuenta a una
minoría, generalmente las Millennials somos mujeres trabajadoras e independientes, buscamos
continuamente el modo que más se acerque a la felicidad plena, valoramos los
pequeños momentos con amigos, disfrutamos de una buena cena, un paseo, una copa
de vino o de cualquier práctica que haga de nuestro poco tiempo de ocio algo
perfecto, nos acoplamos perfectamente a los cambios tecnológicos, es más,
cambiamos con ellos y, aunque queremos una vida tranquila, un piso propio,
pasar tiempo con amigo y familia, viajar y no privarnos de experiencias y
encontrar la persona adecuada con la que compartir nuestros gustos y manías y
formar una familia (o no), nuestra mayor dificultad a día de hoy, a pesar de
los progresos, gracias a la presión de las anteriores generaciones femeninas, reside
en el éxito laboral y la conciliación familiar, no hay igualdad en este sentido
y muchas tienen injusta situación de decidir hacia dónde decantar la balanza:
familia vs carrera. Como decía Carrie Bradshaw, siempre pienso que no se pueden
tener ambas cosas, a menos que hagamos algo por cambiarlo.
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