viernes, 28 de mayo de 2021

El feminismo paternalista

 Mucho tiempo sin escribir por aquí y no por falta de ganas ni de temas que me rondan por la cabecita (había un proyecto de escritura entre manos que no podía dejar), de hecho, últimamente ha habido una cuestión que me ha tenido dándole vueltas a si, en cuestión de la liberación de la mujer, vamos un poco hacia atrás, un retroceso muy sutil, muy micro, que casi no se percibe pero que, de tanta ejemplificación que leo en noticias o en frases de nuestras políticas comienzan a dar un poco de tufillo. Lo que he querido llamar "el feminismo paternalista".

Es evidente que el movimiento feminista, su tercera ola, cogió fuerza, y mucha, unos tres años atrás; de repente ya nadie se callaba, salían de bajo tierra temas y denuncias sociales que hacía un tiempo ni se hubieran planteado y esa pequeña bola de poder


parecía ir creciendo, una tendencia o una corriente que se notaba que no era pasajera, que llegaba para quedarse, para intentar rescatar a las adolescentes esclavas del reggeaton entre otras tribus que se salen del buen camino. Sin embargo, últimamente, y ya no sé si se debe al parón y al "ahora qué hago" de la Covid-19, están llegando muchas absurdeces a las redes. La que me hizo plantearme esto del "feminismo paternalista"  fue la que soltó Beatriz Gimeno, la directora del Instituto de las Mujeres (nota: no sé qué gasto habrá supuesto para el Ministerio de Igualdad cambiar el nombre  del Instituto de la Mujer por el actual, al igual que muchas otras nomenclaturas, pero si nos preguntaran por medidas de igualdad, yo les pediría que se dejaran de juegos de palabras y comenzaran a buscar recursos reales para la ansiada conciliación laboral y familiar, como más guarderías públicas, poooor ejemplo). Sigo, el caso es que Beatriz Gimeno tuiteó a comienzos de este año "¿En serio están poniendo Pretty Woman en tele 5?"... A partir de ahí han ido surgiendo más quejas y denuncias a la integridad de la mujer de según qué películas, literatura, costumbres pasadas etc, por no hablar de la guerra abierta entre feministas y queers. 

Vamos a ver, está claro que la cultura de los 90 está cargada de machismo disfrazado de humor, es que digo cualquier cinta al azar... ¡El príncipe de Zamunda!, por ejemplo, y si te pones a analizar, el machismo es impresionante, comenzando por la princesa que salta a la pata coja y ladra como un perro y continuando por las "limpiadoras reales". Y sí, lo mismo ocurre con las comedias románticas de la época como Pretty woman, por la comicidad de la prostitución y todo lo demás. Pero, dicho todo esto, ¿qué quieren? ¿qué pretenden? ¿restringir o vetar cualquier película, libro, pintura o canción que suponga una idea contraria al feminismo por el que tanto luchamos hoy?

¿Tan tontas e inocentes nos creen estas señoras como para pensar que si vemos Pretty woman o el clásico de Blancanieves, nos vamos a tirar de cabeza a la búsqueda del amor romántico y ser esposas sumisas? ¿Es necesaria esta protección?

Creo que esta cultura anterior a la nueva ola feminista no hay que vetarla, es más, si no te gusta ignórala. Pero como tantos episodios desagradables de la historia, errores humanos, perspectivas y opiniones claramente equivocadas, forman parte de eso, de la historia y de la evidencia de nuestra evolución, de cómo estábamos antes y de cómo estamos ahora. Creo que esa "cultura fea" debe existir para concienciarnos aún mejor, con ejemplos más evidentes, de lo que no es adecuado al igual de que en los libros de historia se siguen explicando los sucesos bélicos, no podemos borrar todo esto de nuestra existencia. Somos lo suficientemente adultas, hemos recibido una educación adecuada que nos permite identificar qué mensajes son positivos o no, y si no es así, el evitarnos esos mensajes no es la solución. El "protegernos" del cine que abandera el amor romántico a toda costa o que normaliza el machismo, nos idiotiza como mujeres, es un paternalismo puro y duro que nos dice claramente "voy a evitarte estas imágenes por que sino vas a caer en la trampa".


Precisamente, por estos mensajes, opiniones o decisiones de responsables políticos o personajes mediáticos de hoy en día, que condicionan cómo debes posicionarte en las redes para no parecer más misógina o más feminazi, de extremo a extremo, porque así funcionan las cosas, siento que nos cohíben y que no nos permiten, indirectamente, ser totalmente auténticas en nuestras opiniones, por el miedo a ser catalogada como tal o cual. A veces me pregunto si empezamos a retroceder en esto de la libertad de expresión, muy sutilmente, pero todo empieza con sutilezas. El hecho de que yo no pueda compartir un tweet del tipo "La 45º vez que estoy viendo Pretty Woman", por las veces que la echan en la tele, debido a que puedo resultar retrógrada y apoyar una cultura machista cuando únicamente busco un rato de entretenimiento y de no pensar en nada, ya canta un poco, ¿no?

Es exagerado este planteamiento de feminismo paternalista, puede ser que este texto resulte fatalista al leerse pero, una puede anticiparse para ver las opciones que hay y a mí no me gusta que me protejan diciéndome lo que es adecuado o no de ver, lo que es feminista y lo que es machista. Yo ya sé todo eso. Tampoco me gusta tener que pensarme lo que voy a escribir por cautela, siempre y cuando se haga desde el respeto.